Autoridades brasileñas, en colaboración con autoridades nacionales, lograron la captura del supuesto narcotraficante brasileño Lindomar Reges Furtado, contra quien pesa una orden de captura emitida desde nuestro país en febrero de 2022.
Según informaron medios de comunicación del país vecino, el operativo que derivó en la captura de Reges Furtado se llevó a cabo este domingo en un condominio ubicado en Recreio dos Bandeirantes, un lujoso barrio de Río de Janeiro.
Si bien desde nuestro país pesa una orden de captura internacional emitida en febrero de 2022, luego de que el investigado por nexos con el narcotráfico lograra fugarse de las autoridades nacionales tras una intervención de la Secretaría Nacional Antidrogas y el Ministerio Público en el Paraná Country Club, en Brasil también era buscado desde hace tres años por tráfico de drogas.
Según las investigaciones, el ahora detenido cuenta con más de 67 antecedentes en el país vecino y fue ligado al presunto narcotraficante Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, quien fuera capturado por la Policía Federal en Foz de Yguazú; así también, contaría con fuertes nexos con el también prófugo Sebastián Marset.
Lindomar Reges Furtado sería parte fundamental de un esquema de tráfico de drogas internacional que operaba en nuestro país y en Brasil, logrando enviar toneladas de cocaína a varios países de Europa. Ahora las autoridades paraguayas deben de iniciar los procesos para el cumplimiento de la orden de captura y que se pueda dar curso al proceso correspondiente por los crímenes que se los sindica en nuestro país.
REACCIÓN DE LA PRENSA BRASILEÑA
El diario Globo de Río de Janeiro informó que la Policía Federal (PF) detuvo, en la tarde del domingo a Lindomar Reges Furtado, de 46 años, identificado por la policía federal y autoridades paraguayas como uno de los mayores traficantes de cocaína de Brasil.
Lindomar estaba en una casa, ubicada en un condominio en Recreio dos Bandeirantes, en la Zona Oeste de Río. El narcotraficante era buscado por la Policía Federal desde hacía tres años. Alrededor de las 4 de la tarde, un equipo de la Unidad Antidrogas (DRE) de Río arrestó a Lindomar.
El lugar donde se encontraba oculto Reges Furtado, está ubicado en una zona de condominios de lujo y el el lugar, la policía encontró 55 mil reales.
Según la PF, agentes de la Unidad Antidrogas (DRE) localizaron a Lindomar luego de labores de inteligencia. El sospechoso usaba un nombre falso y se sometía constantemente a procedimientos cosméticos para cambiar su apariencia y hacer más difícil su localización.
Según el sitio web Campo Grande News, Lindomar era parte de una red que mantenía templos religiosos y empresas fantasma en la línea internacional con Mato Grosso do Sul. Miguel Ángel, conocido como “Tio Rico”, también fue detenido en Recreio dos Bandeirantes, en febrero de 2023. Marset sigue fugitivo, todos ellos presuntamente vinculados Lindomar.
CIRUGÍA DE ROSTRO Y PELUCAS
El que es considerado uno de los mayores traficantes de cocaína del Brasil, Lindomar Reges Furtado, detenido en Río de Janeiro hace dos días, apelaba a todo tipo de trucos para huir de la Policía. La prensa brasileña informa que el capo narco se hizo una armonización facial, se puso carillas dentales y al momento de su detención usaba pelucas. Al registrar su domicilio, la Policía encontró otra más guardada.
En su plan de huida y de búsqueda de clandestinidad permanente, además del cambio visual, Lindomar utilizó otro nombre: Fabiano. Así se presentó a los vecinos de Recrecio dos Bandeirantes, el condominio de lujo donde vivía en Río de Janeiro. Más delgado, el criminal esperaba pasar desapercibido para la Policía. Cuenta con dos órdenes de captura: una del Tribunal Federal de Río y otra de Paraná.
Lindomar era uno de los objetivos de la Operación Turf, en febrero de 2022, pero el brasileño logró huir luego de ser alertado por sus aliados en el Gobierno paraguayo.
UNA FOTO OFICIAL DE MARITO EN EMPRESA DE NARCOS
Black Eagle era la empresa de fabricación de blindaje a la que estaba ligado Marcus Vinicius Espindola Marques de Padua y Lindomar Reges Furtado. En el marco del operativo Turf, realizado a mediados de 2022, una de las intervenciones llegó hasta este local ubicado en Ciudad del Este, por agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). La escena, captada en una imagen del procedimiento, presenta elementos que llaman la atención: sobre una de las paredes cuelga un retrato oficial del expresidente Mario Abdo Benítez, y a su lado, un documento enmarcado con el logo de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad).
Este tipo de imágenes y certificaciones son comunes –y hasta obligatorias– en oficinas estatales, pero resultan al menos sospechosas en un espacio privado. La pregunta es inevitable: ¿por qué un empresario optaría por colocar la imagen de un expresidente en su despacho? En ciertos entornos, este tipo de exhibiciones pueden servir como una señal de respaldo institucional, buscando transmitir una apariencia de cercanía con el Gobierno o de legitimidad ante clientes y autoridades. Sería loable de tratarse de una empresa común, no una ligada a dos capos del narcotráfico, y uno de ellos con frondosas causas en el Brasil. El otro cuadro es también llamativo. Es la autorización de una entidad pública del Estado paraguayo que sugiere que la empresa vinculada a Marcus Vinicius y a Lindomar Reges tenía toda la “legalidad” para poder operar en el citado rubro.