El próximo viernes 24 de enero se cumple un año desde que la Fiscalía obtuvo autoriza­ción judicial para acceder a elementos probatorios que sustentaron la imputa­ción contra el expresidente Mario Abdo Benítez y varios de sus exministros. Este proceso penal, conocido como el caso de la filtración de información confiden­cial (de manera tergiver­sada y maliciosa), incluye siete hechos punibles, entre ellos revelación de secretos de servicio, usurpación de funciones públicas y asocia­ción criminal.

Según informó el perio­dista Aldo Insfrán en el canal GEN, la investigación avanzó con la incautación de datos clave tras la autorización de una jueza penal, lo que permitió a los fisca­les fundamentar las impu­taciones. No obstante, las diligencias enfrentaron obstáculos, incluyendo numerosas chicanas lega­les presentadas por los abo­gados de los imputados.

La Fiscalía debe presentar en marzo el requerimiento conclusivo, optando entre la acusación formal o el sobreseimiento provisio­nal, dependiendo de los ele­mentos recabados. Pese a los retrasos, las autoridades aseguran contar con prue­bas suficientes para susten­tar un juicio oral y público.

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ANTECEDENTES

En fecha 31 de julio de 2023, Horacio Manuel Cartes Jara, bajo patrocinio del Abg. Pedro Ovelar Valen­zuela presentó denuncia, entre otros hechos, por supuestas filtraciones de informes de inteligencia de la Seprelad, incursando las conductas en los hechos punibles de denuncia falsa, simulación de hechos puni­bles, persecución de inocen­tes, asociación criminal y usurpación de funciones públicas. Más adelante, el 30 de agosto de 2023, Car­tes Jara, bajo patrocinio del Abg. Pedro Ovelar Valen­zuela amplió la anterior denuncia, específicamente con respecto a la filtración de información confidencial relacionada a un pedido de cooperación por parte de la Fiscalía de la República de Panamá, subsumiendo la conducta en el hecho puni­ble de revelación de secretos de servicio.

Por último, en fecha 30 de octubre de 2023, se volvió a ampliar la denuncia, en esta ocasión con relación a una nueva filtración de docu­mentos de la Seprelad a tra­vés de una página web deno­minada Ddos (Distributed Denial of Secrets).

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