La Ley n.º 7411/24 que regula el manejo, uso, fabricación, comercialización y registro de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materia­les relacionados, fue promul­gada por el Poder Ejecutivo ayer jueves. El presidente de la República, Santiago Peña, sostuvo que esta ley es un paso clave para la regulación de armas en Paraguay.

“Promulgamos la Ley n.º 7411/24, un paso deci­sivo hacia una regulación moderna y responsable de armas en Paraguay. La nor­mativa introduce cambios claves: clasificación técnica de armas, trazabilidad mediante el sistema Digemabel, regis­tros de huellas balísticas y requisitos más estrictos para la tenencia y portabilidad. Además, fomenta el deporte olímpico bajo supervisión”, expresó el mandatario en las redes sociales.

El ministro de Defensa Nacio­nal, Óscar González, explicó que la nueva ley introduce una regulación más deta­llada y adaptada a las necesi­dades actuales, fortaleciendo el control, la transparencia y el fomento de actividades deportivas relacionadas en el uso de armas. “Con esto, las fuerzas de seguridad del Estado cuentan a par­tir de ahora con una herra­mienta jurídica fundamental, para redoblar los contro­les, siguiendo la política del Gobierno de Paraguay de erradicar en la brevedad posi­ble el tráfico ilegal de arma­mentos y otros delitos cone­xos”, expresó.

Entre los cambios impor­tantes destacan: la clasifica­ción técnica de armas para una regulación precisa, el sis­tema Digemabel (Dirección General de Material Bélico) y registro de huellas balísti­cas para mayor trazabilidad.

También se subrayan los requisitos más rigurosos y el fomento del deporte con la obligación de presentar certificados médicos y ante­cedentes judiciales para la tenencia y portación de armas, y el permiso supervi­sado para que jóvenes desde los 14 años practiquen depor­tes olímpicos con armas. Esta nueva normativa de regula­ción cuenta con 283 artícu­los y abarca varios aspectos, entre ellos que permitirá como institución a la Dige­mabel, actuar y controlar en las mejores condiciones.

Contempla una clasificación de las armas más apetecibles para el crimen organizado, dentro en un grupo especí­fico, clase 3, estableciendo requisitos más exigentes para acceder a las mismas. Así también se prevé un control estricto del origen del dinero para la compra de cualquier tipo de armas, para erradicar la compra y tráfico ilegal, que en la normativa anterior no estaba contemplado.