A pocos días del vencimiento del plazo para que la empresa Mota Engil recurra a la aclaratoria y que, de este modo, quede firme la sentencia a favor del Estado paraguayo, que anuló el laudo arbitral impuesto a nuestro país por el caso metrobús, el procurador general de la República (PGR), Marco Antonio González, reiteró la negligencia en la que incurrió el gobierno anterior de Abdo Benítez y el MOPC bajo la titularidad de Arnoldo Wiens, al irrumpir los trabajos.
Esta decisión llevó al actual gobierno a defender los derechos del Estado paraguayo a través de la PGR y esta logro un ahorro de UDS 16 millones, monto que podría confirmarse en la Justicia paraguaya.
PERJUICIO
En aquel entonces el gobierno de Abdo no contempló el perjuicio que ocasionaría a todo el país la decisión de suspender las obras y dar marcha atrás con todo lo avanzado. “La consecuencia de esto hoy la afrontan todos los paraguayos”, señala parte de un comunicado que en su momento fue emitido por la PGR.
Tanto Abdo como Wiens se dividieron la responsabilidad por esta situación pues, como bien públicamente lo había anunciado Marito, él mismo asumió la decisión de ejecutar la póliza y Arnoldo Wiens fue quien dio el mazazo final a la obra, al firmar la rescisión del contrato con la empresa española.
Un momento que marcó el final del proyecto fue aquel cuando Arnoldo Wiens derramó lágrimas en una reunión con los frentistas. Poco tiempo después, los mismos ciudadanos quienes fueron testigos de su llanto, lo cuestionaron por prometer un nuevo sistema de transporte y olvidar todo lo acordado.
PODRÍA HABER CONTINUADO
Meses atrás, el procurador Marco Aurelio González explicaba que, a pesar de los contratiempos con los frentistas, la obra del metrobús podría haber continuado en otros tramos en donde no existían esos focos de conf lictos, pero el MOPC, bajo órdenes de Abdo Benítez, dio por terminado el contrato, generando un conf licto legal con la empresa portuguesa, a l punto de tener que recurrir a un laudo.
Algunos actores políticos afirman que Abdo Benítez tomó la decisión de “bajar el pulgar” a esta obra, que hubiese cambiado para bien al sistema del transporte público en el área metropolitana, pues ya lo consideraba como enemigo político a su antecesor, el también expresidente paraguayo Horacio Cartes.
La inoportuna como lamentable decisión que fue tomada por la administración anterior dejó expuesto a nuestro país a una millonaria demanda, pero lo peor de todo fue que se privó a una gran parte de la población paraguaya de contar con un sistema de transporte que bien podría haber reconfigurado a toda el área metropolitana, comercial, estructural y socialmente.