Por tercera vez el Tribunal de Sentencia, integrado por las juezas Adriana Planás, nieta del exministro de la Corte, el liberal Miguel Bajac; Yolanda Morel, esposa del actual ministro de la Corte, el liberal Manuel Ramírez Candia, y Karina Cáceres, suspendió el inicio del juicio oral y público para el exministro del Interior Arnaldo Giuzzio, acusado de cohecho pasivo agravado por mantener vínculos con el presunto narcotraficante detenido en Brasil Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua.
Inicialmente la audiencia oral se había reprogramado para los días 21, 22, y 23 de octubre, pero grande fue la sorpresa cuando el colegiado de forma llamativa volvió a suspender la audiencia oral, alegando que le coincide otro juicio oral a la misma hora que la de Giuzzio y por tal motivo pospuso el inicio para el 18 de noviembre. En varios casos cuando se suele generar este tipo de situación se suele fijar en horas de la tarde la realización del juicio oral, pero en el caso Giuzzio tuvo un trato especial y para favorecerle, las juezas con antecedentes liberales decidieron posponer para noviembre donde no se descarta que se presente alguna chicana y el juicio pase para el 2025.
Giuzzio inicialmente fue defendido por el abogado Guillermo Duarte, pero llamativamente el mismo renunció a la defensa del exhombre fuerte del gobierno de Mario Abdo Benítez y ahora es defendido por el defensor público Francisco Acevedo.
ACUSACIÓN
El 16 de agosto de 2023, los agentes del Ministerio Público Jorge Arce y Diego Arzamendia presentaron acusación contra Giuzzio por la supuesta comisión del ilícito de cohecho pasivo agravado y solicitaron juicio oral y público.
El exministro ocupó la titularidad del Ministerio del Interior hasta el 22 de febrero de 2022, cuando fue destituido por el presidente Mario Abdo Benítez, luego de trascender pruebas del trato que mantenía con el presunto narco brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, hoy procesado en Brasil.
SEPA MÁS
Capo narco proveedor del Estado
Se había comprobado cómo Giuzzio viajó en el vehículo prestado del capo narco brasileño para ir al Brasil en plan de vacaciones. Esto sin mencionar que Espíndola pretendía convertirse en proveedor de equipos de blindajes y chalecos antibalas para el Ministerio del Interior y la Policía Nacional, cuando Giuzzio seguía al frente de la cartera.