Apenas se mencionó su nombre como posible compañero de fórmula del intendente esteño para la campaña pre­sidencial del 2028, el senador Eduardo Nakayama rechazó la posibilidad de que lo ubi­quen como candidato a vice­presidente.

En filas opositoras comien­zan a barajar algunas posi­bles duplas presidenciales, y es así que surge el nombre del intendente esteño Miguel Prieto como candidato presi­dencial y al senador Eduardo Nakayama como posible compañero de fórmula.

La candidatura presidencial de Miguel Prieto fue promo­cionada desde el pasado fin de semana por el presidente del Partido Cruzada Nacio­nal, Payo Cubas, quien dijo que desistía de su aspiración presidencial a favor del jefe comunal.

Ante el respaldo de Payo con miras al 2028, el intendente de Ciudad del Este dijo a una emisora capitalina que “hay que tomar esto con calma y seguir trabajando. Ahora tengo una misión y un man­dato donde quiero llevar un buen gobierno y combatir la corrupción”, y agregó que “es un espaldarazo gigan­tesco que Payo diga que debe ser Miguel”.

Consultado sobre una posible dupla Miguel Prieto-Eduardo Nakayama, el jefe comunal señaló que a su criterio el can­didato presidencial debe ser un independiente y un libe­ral como vicepresidente. Sin embargo, al senador Naka­yama, quien meses atrás salió del PLRA y fundó su propio partido denominado Libera­lismo, no le agradó la idea de ser candidato a vicepresidente.

“Nunca aspiré ni a la vice­presidencia de mi colegio. Si se da el caso, me quiero pos­tular a la presidencia, pero con mucha tranquilidad. La musculatura para el 2028 se debe hacer en el 2026, debe­mos aumentar la cantidad de municipios para articu­lar mejor el 2028″, indicó el senador.

Ante la prematura campaña electoral que inició el Par­tido Colorado con la reacti­vación política del expresi­dente Mario Abdo Benítez y el anuncio de la candida­tura presidencial de Pedro Alliana por el presidente Santiago Peña, el exsenador Payo Cubas apresuró tam­bién el nombre de Prieto como candidato a fin de conocer la aceptación o rechazo que podría tener en la ciudadanía.