El Gobierno tiene una posición respecto a la forma en que fueron comunicadas estas medidas administrativas por parte del embajador norteamericano en Paraguay.
El canciller Rubén Ramírez Lezcano, en representación del Gobierno, pide la salida del embajador de EE. UU., Marc Ostfield. La solicitud se da tras la comparecencia del diplomático estadounidense en la Cancillería, en el caso Tabesa.
Desde Mburuvicha Róga, a través de una conferencia de prensa, informó que en representación del Gobierno de Paraguay están urgiendo al Gobierno de los Estados Unidos el retiro del embajador Ostfield. El Gobierno paraguayo ha perdido la confianza en este diplomático en particular y con el fin de no dañar las relaciones bilaterales realizan este petitorio, dijo el canciller.
El titular del Ministerio de Relaciones Exteriores enfatizó que no hacen juicio de valor sobre el uso de herramientas administrativas que se enmarcan en la legislación americana. No obstante, indicó que el Gobierno paraguayo sí tiene una posición respecto a la forma en que fueron comunicadas estas medidas administrativas por parte del embajador norteamericano en Paraguay.
“Desde el inicio de este gobierno hemos transitado un período en el cual se construyó confianza, por lo que recibimos con desagrado la mediatización y politización de las sanciones administrativas. Por eso, estamos solicitando al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica acelerar el proceso de salida del embajador y así evitar que la pérdida de confianza hacia una persona dañe la relación que mantenemos históricamente”, expresó.
Igualmente, el canciller Ramírez recordó que la Constitución Nacional en su artículo primero dispone que la República del Paraguay es para siempre libre e independiente. En tanto el artículo segundo reafirma su calidad de República soberana, e indica a las claras que la soberanía en el Paraguay reside en el pueblo.
PREOCUPACIÓN POR IMPACTO NEGATIVO EN LA ECONOMÍA
Desde el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) celebraron el pronunciamiento realizado por el Gobierno respecto a las sanciones que son comunicadas desde Estados Unidos. El ministro Javier Giménez advirtió que las formas en que se han realizado estos anuncios están generando un impacto negativo en el empleo.
“Mi visión es más económica, el MIC y yo en lo personal estamos extremadamente preocupados con el impacto que están teniendo estas medidas en nuestra industria, porque sostiene a 10.000 empleados de forma directa e indirecta. Haciendo una estimación por familia, estamos hablando de un universo de 30.000 paraguayos que dependen de que funcione la industria en general”, expresó.
Giménez indicó que en esta cifra no se incluye a toda la cadena de valor que depende de la industria tabacalera como lo son la imprenta, la industria creativa, publicidad, diseñadores, productoras, papelería, cartón, logística de distribución, entre otros. “Es una cosa alarmante”, señaló e indicó que como institución su rol es defender a la industria y los puestos de trabajo.
ANTECEDENTES DE CASOS SIMILARES
A mediados de los años 80, el entonces embajador de los EE. UU., Donald-Clyde Taylor, fue acusado en varias ocasiones por el régimen de Alfredo Stroessner de inmiscuirse en los asuntos internos de carácter político del Paraguay. Una reunión de Taylor con dirigentes de partidos y movimientos proscriptos fue una de las razones por las que el embajador fue duramente cuestionado.
Otro incidente entre el mandatario paraguayo, en ese entonces Juan Carlos Wasmosy, y el embajador Jon Glassman se produjo en 1993, cuando el norteamericano cuestionó relevos militares que ordenó Wasmosy, quien fue claro en su respuesta: “Aquí mando yo”. Glassman no vacilaba en advertir y amenazar, cuando el Gobierno paraguayo tomaba alguna decisión que no agradaba a Estados Unidos.
“En el gobierno anterior hizo lo que quiso”
El senador colorado Antonio Barrios indicó que no le sorprende la postura que ha sentado la Cancillería Nacional en nombre del Gobierno de Paraguay ante las declaraciones realizadas por el embajador norteamericano Marc Ostfield. Indicó que esperaba una reacción de este nivel de parte del presidente de la República, Santiago Peña, y valoró la postura firme de la clase política.
Indicó que a la salida de esta reunión, el embajador salió de vuelta con el mismo discurso, que evidenció que no fue una reunión cordial.
“Este señor se cree un virrey, que en el Paraguay puede hacer lo que quiere. En el gobierno anterior hizo lo que quiso; hizo el show mediático en cada uno de sus anuncios, tuvo el público que quiso, porque era amigo del entonces presidente Mario Abdo Benítez; volvemos a lo mismo, porque trabajaron juntos por la alternancia; trabajaron juntos para echar del gobierno al Partido Colorado”, dijo el legislador.
“Es una situación que rompe la confianza”
El excanciller Eladio Loizaga expresó su conformidad respecto a esta decisión dado que situaciones como la que sucedieron en los últimos días podrían afectar la relación bilateral. “No se puede recibir informaciones por la vía pública, adelantar y no transmitirla directamente en la Cancillería en una reunión. Me parece un comunicado muy claro y, por sobre todo, es una situación que rompe la confianza que uno tiene en su contraparte”, manifestó el exministro en contacto con “Tarde de perros”, emitido por Universo 970 AM/Nación Media.
A esto Loizaga añadió, “no hay otra cosa más que compartir que lo que señala el Gobierno del Paraguay” y afirmó que las comunicaciones que fueron realizadas por parte de la embajada no pueden darse desde la informalidad, sino que siempre debe haber un contacto entre autoridades diplomáticas y representantes del Gobierno.