Los presidentes de Paraguay, Santiago Peña, y de Bolivia, Luis Arce, reafirmaron ayer la voluntad de fortalecer la inversión para la cooperación en materia de infraestructura física y logística, con el objetivo de incrementar el tránsito y facilitar el comercio entre ambas naciones.
En la Casa Grande del Pueblo, sede gubernamental en La Paz, los jefes de Estado firmaron un acuerdo marco y un memorándum de entendimiento relacionados con la agenda bilateral y el incremento del comercio.
El documento firmado plantea el incremento del comercio, mediante el impulso de los sistemas multimodales de transporte y las obras de infraestructura como corredores carreteros, ferroviarios y fluviales, que son algunos de los proyectos impulsados entre Paraguay y Bolivia.
Además, existe el compromiso de realizar los mayores esfuerzos para concretar el proyecto del Corredor Bioceánico de Integración y consolidar la Hidrovía Paraguay-Paraná para la integración de ambos países y de la región.
Antes de la firma de los documentos, ambos mandatarios encabezaron la reunión ampliada con los ministros de la delegación paraguaya y sus pares del Estado Plurinacional de Bolivia.
CONMEMORACIÓN DE ANIVERSARIO
La visita de Peña a Bolivia coincide con la conmemoración del aniversario 89 de la firma del protocolo de Paz del Chaco, que puso fin al conflicto bélico de 1932-1935 entre ambos países.
Peña fue recibido con honores por la canciller Celinda Sosa y el Batallón Colorados de Bolivia. El encuentro entre ambos líderes políticos coincide con la conmemoración del 89 aniversario de la firma del protocolo de Paz del Chaco, que puso fin a la contienda bélica que enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935.
El acto fue en conmemoración a los combatientes de la guerra del Chaco. “Hoy conmemoramos la Paz del Chaco con una emotiva ofrenda floral en la plaza Murillo de Bolivia. Honramos a los protagonistas de este importante momento de nuestra historia que nos recuerda el valor de la paz y la unidad entre nuestras naciones. Que este acto nos inspire a seguir trabajando juntos por un futuro de armonía y cooperación”, sostuvo.
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Definición de las fronteras entre Paraguay y Bolivia en la Conferencia de la Paz del Chaco
La Conferencia de la Paz del Chaco celebrada en Buenos Aires en 1938 fue el escenario en el que se debatió la definición de los límites territoriales entre Paraguay y Bolivia tras tres años de guerra y una larga controversia diplomática.
- Por María Victoria Benítez Martínez *
- Fotos: Gentileza
Un informe diplomático fechado el 4 de julio de 1938 describe las deliberaciones de la Conferencia de la Paz del Chaco y los temas tratados en ella tres años después del final de las operaciones bélicas.
En la Conferencia de la Paz los debates se centraron en las diversas dificultades que entrañaba la demarcación de la frontera entre los dos antiguos países beligerantes, Paraguay y Bolivia.
Esta se reunió desde principios de junio de 1938 en Buenos Aires bajo la presidencia de José María Cantilo, ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina. La delegación paraguaya estuvo integrada por el Dr. Cecilio Báez, ministro de Relaciones Exteriores de la República del Paraguay; el general de Ejército don José Félix Estigarribia, presidente de la delegación ante la Conferencia de Paz, y los delegados Luis A. Riart y Efraim Cardozo. En tanto, la delegación boliviana estuvo integrada por el canciller, Dr. Eduardo Diez de Medina, y el doctor Enrique Finot, presidente de la delegación de ese país ante la Conferencia de Paz, además de representantes de los países mediadores: Estados Unidos de América, Brasil, Perú, Argentina, Uruguay y Chile.
A los delegados de Paraguay y Bolivia fue presentada la propuesta de delimitación de la frontera entre Bolivia y Paraguay: una línea que parte de Esmeralda y pasa por 27 de Noviembre, cerro Cristian, laguna sin nombre y termina en el río Paraguay, ligeramente al norte de Bahía Negra.
El Gobierno boliviano dio su aprobación. Según el proyecto, la prioridad sigue siendo la región petrolera, que por sí misma reviste gran interés. Pero el Gobierno paraguayo protestó inmediatamente y envió una contrapropuesta.
PROPUESTA PARAGUAYA
Paraguay pretendía retener todo el territorio ocupado por sus tropas al final de las hostilidades y presentó la siguiente propuesta de demarcación fronteriza: Cururenda, D’Orgigny, Carandayty, Mativo, Ravelo, Fuerte San Juan.
Esta línea le daría acceso a las tierras situadas al noroeste de los yacimientos petrolíferos actualmente en explotación, donde también esperaba encontrar petróleo.
Por otra parte, se opuso formalmente a que Bolivia obtuviera el puerto Caballo en el río Paraguay, impidiendo así cualquier tráfico boliviano por el río.
Desde hacía un mes que los miembros de la Conferencia de la Paz intentaban convencer a Paraguay de que adopte una actitud más conciliadora y prosiguieron los esfuerzos de conciliación con vistas a la adopción de una línea intermedia entre las reivindicaciones territoriales de ambas partes.
ARBITRAJE
Si la Conferencia de la Paz del Chaco fracasaba, la posibilidad que quedaba era que el diferendo sea sometido al arbitraje de la Corte Permanente de Justicia Internacional de La Haya.
Por lo tanto, los dos países tendrían primero que aceptar el principio de este arbitraje y después comprometerse a someterse a la propuesta.
En este sentido, el historiador Ricardo Scavone Yegros señala que “Bolivia pensaba recurrir a la Corte Permanente de Justicia Internacional a fin de que esta se avocara al estudio de la controversia en vista del compromiso asumido en el Protocolo de Paz de 1935. Por tanto, a la delegación del Paraguay no le quedó mucho margen de maniobra. De mantenerse en su intransigencia sobre la línea de hitos, se hubiese clausurado la negociación del arreglo directo para pasar a la del compromiso arbitral. Meses más o menos, con su consentimiento o sin él, la cuestión del Chaco caería bajo la jurisdicción de la Corte Permanente de Justicia Internacional y no sería imposible un fallo que, salomónicamente, partiese el Chaco en dos, o que dejase a Bolivia una sección del litoral del río Paraguay al sur de Bahía Negra. La negativa paraguaya a admitir la competencia o las resoluciones de dicho tribunal podría llevar de nuevo a los dos países a la guerra y, antes de eso, serían cinco, siete, diez años de paz armada. En contrapartida, la Conferencia de Paz ofreció una fórmula con la que se anulaba la aspiración portuaria boliviana, lo que se estimaba como una garantía para la seguridad paraguaya, y se reconocía al Paraguay la mayor parte de lo que pudo recuperar militarmente durante la guerra del Chaco”.
Las negociaciones continuaron hasta que, finalmente, el 21 de julio de 1938 se firmó en Buenos Aires el Protocolo de Paz, Amistad y Límites que puso fin a la larga controversia por la posesión del Chaco Boreal. En virtud del acuerdo final, Bolivia conservó la zona petrolífera, pero sin litoral al río Paraguay al sur de Bahía Negra, mientras que nuestro país se quedó con la mayor parte del territorio en disputa.
Scavone Yegros y Liliana Brezzo detallan en el libro “Historia de las relaciones internacionales del Paraguay” que la frontera paraguayo-boliviana “está formada por once hitos principales que se extienden desde el río Pilcomayo (I, Esmeralda; II, 10 de Octubre; III, Villazón o Sargento Rodríguez; IV, 27 de Noviembre o Gabino Mendoza; V, Cerro Capitán Ustares o Coronel Cabrera; VI, Palmar de las Islas; VII, Coroneles Sánchez; VIII, Cerro Chovoreca; IX, Cerrito Jara), hasta el río Negro (X, 12 de Junio) y sigue luego por el cauce de este hasta su desembocadura en el río Paraguay en la denominada Bahía Negra (XI, confluencia de los ríos Negro u Otuquis y Paraguay)”.
* Ph. D. en Historia y Civilizaciones - Université Paris Cité - Francia. Máster en Relaciones Internacionales. Máster en Letras. Licenciatura en Letras Modernas, Sorbonne Université. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers
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Trabajando juntos, Paraguay y Bolivia podrán crecer más para acelerar su desarrollo
El jueves pasado el presidente Santiago Peña visitó oficialmente el Estado Plurinacional de Bolivia, en cuya capital, La Paz, tuvo una entrevista con el presidente de ese país, Luis Arce. El encuentro sirvió especialmente para reafirmar el propósito de ambos gobiernos de aumentar la cooperación entre las dos naciones para mejorar el relacionamiento comercial, político y social. Para ello suscribieron un acuerdo en que se comprometen a dar los pasos necesarios para hacer realidad las diferentes propuestas que interesan. La ocasión del encuentro de los presidentes y la firma del documento mencionado se produjeron en una fecha muy importante, un día después de haberse conmemorado el octogésimo noveno aniversario de la firma del Protocolo de la Paz del Chaco, el 12 de junio de 1935, que puso fin a la contienda entre los dos países. Tres años después, el 21 de julio de 1938 se suscribió el Tratado de Paz que reafirmó el propósito de amistad y estableció los nuevos límites geográficos.
El acuerdo marco y el memorándum de entendimiento que suscribieron los presidentes Peña y Arce, en la sede del gobierno, la denominada Casa Grande del Pueblo, abarcan varios asuntos de común interés. En el documento principal se dispone aumentar las actividades comerciales entre ambas naciones, impulsar los sistemas multimodales de transporte. Incluye además disposiciones para incrementar las diversas obras de infraestructura que se requieren, tales como los corredores viales para automotores, infraestructuras para ferrocarril y el transporte fluvial, con el fin de hacer más fluida la comunicación física y facilitar el incremento de los procesos de comercialización.
Entre los proyectos más importantes de Paraguay y Bolivia está el compromiso de impulsar por todos los medios posibles el Corredor Bioceánico de Integración. Esto además de procurar la consolidación de la Hidrovía Paraguay-Paraná, que es fundamental para estos dos países mediterráneos. Hacer realidad estas propuestas será de mucha utilidad para el comercio de ambos, dentro de un esquema de integración efectiva.
“¡Unidos podemos lograr grandes cosas!”, expresó el presidente Peña en su cuenta oficial, como propósito central, resaltando que con el diálogo y la cooperación “fortalecemos nuestros lazos y trabajamos juntos por el progreso y el bienestar de nuestros pueblos”.
El presidente boliviano, por su parte, manifestó: “Reafirmamos el inquebrantable compromiso de consolidar nuestra integración definitiva y hermandad basada en la solidaridad entre pueblos y Estados”. La historia de los pueblos es una de los mejores instrumentos para aprender y seguir adelante. Porque contiene lecciones contundentes para andar con éxito los caminos del futuro.
El doloroso acontecimiento de la guerra del Chaco, de 1932 al 1935, felizmente hoy es cosa del pasado. Las heridas se han curado y tenemos que mirar para adelante. Nos ha dejado la inolvidable lección de la importancia de la paz entre los pueblos hermanos, que deben aprovechar su proximidad física y su cercanía afectiva para luchar, no uno contra el otro, sino contra el subdesarrollo y los problemas comunes que les afectan.
Las relaciones de Paraguay con Bolivia deben incrementarse para avanzar con mayor velocidad en la ruta del progreso. Tienen muchas cosas en común que explotar de manera conjunta para obtener más beneficios para ambos. El drama geográfico de la mediterraneidad de ambos países debe servir para unirlos con más fuerza y hacer que se trabaje de manera conjunta para conseguir los objetivos que requieren.
El recuerdo del pasado de una estúpida guerra fratricida tiene que servir para unirlos con más fuerza con el fin de procurar los comunes objetivos que tienen ambos pueblos, sea en el desarrollo como en la integración. Esa es la idea que han manifestado los presidentes de Paraguay y Bolivia, para concertar nuevos proyectos y reafirmarse en la convicción de trabajar unidos para progresar. No hay otra mejor alternativa.
En ese común afán de afianzar el desarrollo deben desplegarse los esfuerzos de todos. Principalmente el sector privado, que ya ha avanzado mucho en las numerosas transacciones de índole comercial con las compañías del vecino país. Cuantos más negocios se realicen entre las empresas de ambas naciones habrá más utilidades y beneficios para la gente de Paraguay y Bolivia, que en el pasado han perdido la oportunidad de trabajar juntos en los asuntos de común interés. Urge ahora recuperar el tiempo perdido.
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Se conmemoran 89 años de la paz del Chaco entre Paraguay y Bolivia
- Por Karina Ríos
- karina.rios@gruponacion.com
Este miércoles 12 de junio se cumplen 89 años de la firma del Protocolo de Paz, que dos días después cesó definitivamente el fuego entre Bolivia y Paraguay, poniendo fin a la Guerra del Chaco, que abarcó entre 1932 y 1935. Este acuerdo se firmó en Buenos Aires (Argentina), mientras que el Tratado de Paz, Amistad y Límites se concretó el 21 de julio de 1938.
Según el historiador, investigador y nieto de un veterano del Chaco, Juan Marcelo Cuenca, durante la contienda se perdieron unas 33.000 vidas paraguayas, pero Bolivia perdió casi el doble. Además, Paraguay tal vez cedió tierras, pero fue una victoria para los compatriotas de aquella época.
De los veteranos locales quedan 4 con vida, luego que el 18 de mayo pasado falleciera José Domingo Vargas González, a los 108 años, en San Juan Nepomuceno. Los últimos excombatientes sobrevivientes son Canuto González Britos, Virgilio Dávalos, Juan Bautista Cantero y Anselmo Zayas Garcete.
“Al estar muy alejado de Asunción, el Chaco era muy inexplorado y una zona lejana tanto para Paraguay como para Bolivia. Como los límites no estaban bien definidos, en la búsqueda de llegar al río Paraguay y tener salida al mar, Bolivia aprovechó que las tierras no estaban pobladas y poco a poco fue ocupando el territorio hacia el sur”, explicó Cuenca a La Nación/Nación Media.
Afirmó que las tropas bolivianas fueron armando fortines en zona del Chaco y fue el principio de las primeras escaramuzas. “Incluso años antes de la guerra fundaron el puerto de Pacheco. En ese entonces el Gobierno paraguayo expulsó a los bolivianos que pusieron bandera en zona de Bahía Negra”, confirmó.
El investigador refirió que Paraguay intentó llegar a acuerdos diplomáticos antes de que se desate la guerra, incluso recurrió a la Liga de las Naciones, pero Bolivia no respetó el statu quo que se ordenó para evitar que avancen con su ejército y siguieron creando fortines con el paso de los meses.
“En 1927 se da la muerte del teniente Adolfo Rojas Silva. Ya en junio 1932, Bolivia había tomado la laguna Pitiantuta que estaba custodiada por el fortín Carlos Antonio López. En ese lugar, en julio, muere un cabo paraguayo y los soldados compatriotas retoman el fortín por sorpresa. En este lugar se enciende la chispa de la guerra de Chaco”, apuntó.
La victoria de Boquerón
Agregó que recién en setiembre se declaró oficialmente la guerra entre ambos países. “Cuando ocurre esto se da la movilización total para la defensa nacional. Para ese entonces las tropas bolivianas ya habían tomado tres fortines, entre ellos, el de Boquerón, que desata la batalla de los 20 días, tiempo en que se rindieron los bolivianos”, aseguró en LN.
Afirmó que al recuperar este fortín y ganar esa batalla, fue una prueba de fuego para el ejército del país y se convirtió en una muestra de que Paraguay podría defender victoriosamente su territorio. “Para la recuperación de Boquerón las tropas paraguayas rodearon el fortín y no dejaron salir a nadie, esto hizo que los soldados bolivianos se rindieran”, aclaró.
Con menos tropas
El historiador resaltó que las tropas bolivianas tenían mayor número de soldados y fuerza armamentista como la aérea, pero a pesar de todo Paraguay supo librar sus batallas. Por un año los soldados nacionales tomaron una ofensiva y después volvieron a la etapa defensiva, porque tenían un menor número de efectivos.
“Gracias a la conducción del mariscal José Félix Estigarribia y los jefes militares que supieron administrar las estrategias paraguayas en combate, pudo sobreponerse a la superioridad de personal, armamentos y tecnología que tenía Bolivia. A pesar de todo, Paraguay salió victorioso. Considero que fue una victoria militar y geopolítica”, aseguró en nuestro medio.
Bolivia perdió unos 50.000 hombres
Cuenca indicó que como resultado de la guerra se tuvo la firma del Protocolo de Paz, que se firmó en Argentina el 12 de junio de 1935. Luego de que autoridades de ambos países llegaran a un acuerdo y ante la gran cantidad de personas fallecidas decidieron poner fin a la guerra.
“Las bajas de Paraguay ascienden a unos 30.000 soldados, pero Bolivia perdió cerca de 50.000 hombres, doblando en bajas a nuestro país. Se llega a un cese al fuego en junio, por el hecho de que las tropas paraguayas sobrepasaron incluso las estribaciones andinas, que sería el límite histórico. Tuvieron que retroceder porque desconocían el terreno y estaban lejos de su centro de abastecimiento”, confirmó.
Tierras recuperadas y cedidas por la paz duradera
Finalmente, el historiador expresó que luego de la guerra Paraguay introdujo la política financiera y armamentista, que fueron cruciales para que los posteriores mandatarios pudieran comprar las armas, buques y otros. Se cedieron tierras, pero fue en pos de una paz que sea duradera para ambos países.
“Paraguay cedió territorio, pero hubo territorio ganado por las armas que no fue tomado por las tropas, que tal vez fue injusto. Creo que se cedió territorio para asegurar una paz duradera, recordemos que Bolivia no usó a todos sus hombres y podía intentar una nueva invasión militar, para la cual no estábamos preparados”, detalló.
Paraguay ya estaba exhausto política y financieramente, situación que tal vez fue tomada en cuenta por las autoridades y decidieron cerrar de esa forma la guerra. “Lamentablemente las tropas paraguayas no recuperaron el territorio que pregonaba que era el Parapití que quedó en territorio boliviano. Lo que se debe tener en cuenta es que todos los paraguayos salieron a pelear por el país, existió la unión entre clases sociales y políticas para la defensa nacional”, concluyó.
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Buscan fomentar el flujo turístico entre Paraguay y Bolivia
Las autoridades del área del turismo de ambos países iniciaron conversaciones tendientes a promover la oferta turística para los viajeros.
Se trata de un trabajo conjunto entre la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y el Viceministerio de Turismo de Bolivia, que apunta además a consolidar el turismo en la región. Mediante una reunión virtual se presentó días pasados a operadores mayoristas de nuestro país la oferta boliviana de paquetes de viajes.
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Del encuentro vía zoom participaron la viceministra de Turismo de Bolivia, Eliana Ampuero; la encargada de Negocios de Bolivia en Paraguay, Aylin Oropeza; el gerente comercial Boliviana de Aviación, Hugo Estrada; representantes de la Cámara Nacional de Operadores de Turismo (Canotur), y la Asociación Boliviana de Agencias de Turismo Receptivo (Abatur).
La embajadora de Paraguay en Bolivia, Terumi Matsui de Claverol, también acompañó la actividad, informan desde la Senatur.
Desde Paraguay apreciaron la oferta turística
Los operadores turísticos de Paraguay y técnicos de la Senatur pudieron apreciar la oferta de Bolivia, que entre otras cosas incluye su cultura, patrimonio histórico, la diversidad de paisajes y climas en sus regiones. Además, resalta los sitios arqueológicos, una apuesta al turismo sostenible, productos turísticos como el Salar de Uyuni y como elemento fundamental un destaque a sus pueblos originarios.
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