Las fuerzas de seguridad en conjunto lograron el traslado hasta puntos fronterizos de estas personas, miembros del Primer Comando Capital (PCC) de forma rápida y sin inconvenientes. Las Fuerzas Armadas tuvieron un rol fundamental en este segundo golpe al crimen organizado.
“Nosotros, como Fuerzas Armadas, estamos decididos a cooperar en el combate al crimen organizado, siempre apoyando a la Policía Nacional y haciendo las tareas que a nosotros nos compete y las vamos a llevar adelante, respetando nuestra doctrina, el marco constitucional y legal y lo haremos para esta difícil tarea de combate al crimen organizado”, sostuvo el ministro de Defensa, el general Óscar González.
En comunicación con La Nación/Nación Media, el secretario de Estado manifestó que la voluntad y el respaldo político fue la clave tanto en Veneratio, que fue realizado el 18 de diciembre del año pasado, como en Joapy. En el operativo de 2023, las fuerzas de seguridad lograron desarticular al clan Rotela, en el más reciente procedimiento, expulsando a los líderes del PCC y otras facciones criminales, dando como resultado un golpe brutal a estas estructuras.
OPERACIÓN DELICADA
“Fue una operación delicada porque si se hubiera filtrado eso, no sé las consecuencias que podía haber tenido. Joapy se llama porque es una operación resultante de Veneratio. Todos los operativos que se realizan siempre deben ser analizados en sus resultados y así también lo que se viene posteriormente, una de las cosas que se tenía que realizar era esta y así se hizo”, explicó.
En Veneratio participaron más de 1.200 agentes militares, Joapy contó con unos 200 efectivos, cuyo rol fue clave para el traslado y custodio de los buses que llevaban a los reos hasta Ponta Porã y Foz de Yguazú, donde fueron entregados a la Policía Federal del Brasil y para lo cual la actuación de la Dirección Nacional de Migraciones también fue clave. “Nuevamente demostramos militares y policías que haciendo un trabajo en conjunto los resultados son siempre muy buenos. Fue un trabajo coordinado, el planeamiento de la operación se hizo de forma conjunta, esto se planeó con tiempo y todos los detalles se tuvieron en cuenta para que la operación salga de la manera en que salió”, refirió González.
PREPARACIÓN
Tomó aproximadamente dos meses la planeación para la ejecución de Joapy, del cual se cuidó hasta el último detalle de modo tal que la información no sea filtrada y que tampoco se viera obstaculizada por normas jurídicas. También hubo una preparación táctica y física de las Fuerzas Armadas, las cuales entrenan de forma permanente para estar prestos para cada intervención que sea necesaria.
“Esto es continuo, a lo que nosotros nos corresponde, siempre estamos preparados para apoyar a las instituciones del Estado encargadas de la seguridad. Permanentemente estamos entrenándonos para que cuando seamos convocados podamos planear y ejecutar una operación”, sostuvo.
Más allá del trabajo coordinado con otras instituciones como el Ministerio del Interior, de Justicia, Migraciones, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), entre otras, también es importante la colaboración internacional y en este caso en específico del Brasil, con quien se coordinó la entrega de las 25 personas.
CONTINUIDAD
El Ministerio de Defensa está presto para seguir colaborando con el combate al crimen organizado; de hecho, de modo de darle continuidad a las operaciones ya realizadas, en el marco del operativo Veneratio, las fuerzas militares siguen custodiando los penales, especialmente los de Emboscada y Tacumbú. “Seguimos con custodia en las penitenciarías porque en esto está en juego la defensa y la seguridad del Estado, por esa razón seguimos cooperando con el Ministerio de Justicia y con la Policía Nacional y hacemos la custodia periférica externa de las penitenciarías. Veneratio fue mucho más grande, necesitó de muchos más efectivos militares, pero esta actuación (Joapy) no deja de tener su importancia y su delicadeza”, resaltó.