El periodista Ignacio Martínez hizo un análisis de la coyuntura política criticando la incapacidad de la oposición de impulsar y consolidar una agenda propia sobre los grandes temas nacionales y limitarse exclusivamente a seguir el libreto de los medios de comunicación que impiden debatir las iniciativas que beneficien a los paraguayos.
“Parecería que ese maniqueísmo mediático se está haciendo adrede para evitar las grandes discusiones que en verdad benefician al Paraguay. Acá hay una alta responsabilidad en la clase política y yo hago la carga de presión en la oposición, ya que es el sector que tiene que pensar diferente, el que tiene que poner la agenda para que de alguna forma pueda ayudar a la gente que no está recibiendo toda la ayuda gubernamental”, sostuvo Martínez en “Cara o cruz”, emitido por Unicanal.
Manifestó que actualmente la oposición se encuentra “desquebrajada”, situación que termina apuntalando un maniqueísmo mediático y político. “Terminamos ocultando lo que en verdad favorece o beneficia al país, un Gobierno que pueda ser más eficaz, una ciudadanía que pueda crecer en calidad de vida, ver cómo se están repartiendo los kits escolares, ver si la salud será abarcante, que el seguro social nos pueda servir a todos”.
Martínez continuó sosteniendo que “la oposición solo reacciona mediáticamente para ocupar algún espacio en portadas o tener espacio en las radios. Que la oposición no termine culpando únicamente al partido oficial cuando su responsabilidad es hacer las cosas diferente. La oposición termina consolidando el maniqueísmo mediático y también son responsables de ese maniqueísmo político porque no terminan haciendo algo diferente”.
El comunicador explicó que el maniqueísmo mediático afecta a la democracia y genera un quebranto al estado de derecho. “Esto termina afectando la calidad de vida de la gente, posterga las deudas históricas que tiene el Paraguay porque parecería que vivimos en un shock permanente, nos está haciendo un gran daño”, puntualizó.
Mientras que el maniqueísmo político se centra en “ocultar los matices, ignorar la capacidad de discernimiento que tiene la gente y por repetición termina colocando una agenda que por ahí le beneficia a unos pocos nada más, en una discusión no necesariamente toda la verdad está de un lado y toda la mentira en otro, hay matices. No se discrimina, no se analiza, se trata de meter todo en una misma bolsa”.