Ministra jefa de Gabinete, Lea Giménez, explica a NM detalles sobre el proyecto “Hambre cero en las escuelas”, sus alcances y la incidencia de este plan en factores fundamentales para el desarrollo del capital humano

¿Cuál es el obje­tivo del pro­yecto ?

–Este proyecto persigue el noble objetivo que es lograr la universalización de la ali­mentación escolar con equi­dad. Existe una trascendental conexión entre la nutrición adecuada y el rendimiento académico de nuestros niños, y este, a su vez, impacta en el acceso a oportunidades. Este proyecto busca contri­buir a quebrar la transferen­cia intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.

–¿Sería entonces un pro­yecto muy importante para el futuro del país?

–En realidad, es un proyecto fundamental para el pre­sente y el futuro del país. Hoy, cerca del 25 % de los para­guayos no cuentan con sufi­cientes ingresos para cubrir el costo de la canasta básica de consumo. La mayoría de los miembros de estas fami­lias son niños, por eso se dice siempre que la pobreza tiene rostro de niño. La desnutri­ción crónica afecta a cerca del 13 % de los niños, cifra que se duplica en las poblaciones indígenas. Estos números son inaceptables para un país que produce alimentos para más de 10 veces su población.

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Un niño sin suficientes nutrientes no puede apren­der, no tiene ganas de jugar, se siente triste, tiene poca acti­vidad, se enferma con mayor frecuencia, y todo eso por supuesto tiene consecuencias para sí mismo y para sus seres queridos. Todo esto es hoy.

La falta de nutrientes en la infancia y niñez también tiene consecuencias en el largo plazo. Impide el desa­rrollo cognitivo y conduc­tual, el rendimiento escolar y la buena salud, impactando negativamente en la produc­tividad y el desarrollo del capital humano. Esto es per­manente, de largo plazo.

–¿Quiénes recibirían el almuerzo escolar?

–El programa tiene el ambicioso objetivo de proveer almuerzo escolar a la población estudian­til del país, priorizando aque­llos sectores más vulnerables. Cuando el programa esté ple­namente en vigencia, más de un millón de estudiantes reci­birían el almuerzo los 180 días del año lectivo.

–Ante los reclamos de los intendentes, ¿tuvieron que “retroceder” en lo que fue la propuesta original?

–De ninguna manera. Escu­chamos los reclamos de los intendentes. Fue una con­versación muy provechosa y constructiva. Logramos que parte de los recursos del Fonadice (80 %) formen parte del Fonae (Fondo Nacional de Alimentación Escolar); y, el 20 % (porcentaje que hoy reciben del Fonacide) seguirá a cargo de los municipios para financiar obras de infraes­tructura y mejora edilicia que permitan una mejor pro­visión del alimento escolar. Es un resultado beneficioso para los niños, para los municipios, y para el programa ya que per­mitirá una mejor coordina­ción de la micro-planificación de la provisión del almuerzo y de la infraestructura necesa­ria para el efecto.

–¿Cuáles son las principa­les deficiencias del modelo actual de almuerzo escolar?

–La principal debilidad es la falta de reglas claras y cohe­rentes, como así también su cobertura en cuanto a canti­dad, calidad y plazo. Primero, la distribución de los recur­sos del Fonacide pone énfasis en la afectación de los terri­torios por la construcción de Itaipú y no en las necesida­des territoriales del sistema educativo, esto exacerba las existentes desigualdades territoriales, perjudicando a los territorios con mayor incidencia de pobreza (ver gráfico). Segundo, no existen estándares adecuados para garantizar la calidad, conte­nido nutricional y salubridad de los alimentos que se sir­ven en las escuelas, lo cual es grave. Tercero, varios infor­mes independientes encon­traron debilidades en la pro­visión del alimento escolar, evidenciando graves proble­mas en la capacidad de gestión y ejecución de los recursos, a pesar de contar los responsa­bles con disponibilidad presu­puestaria. Cuarto, la falta de control y una baja y casi nula fiscalización y seguimiento de los contratos de provisión de alimentos, como así tam­bién, las convocatorias públi­cas para el suministro de la alimentación realizadas fuera de los plazos legales, causa­ron daños irremediables en la alimentación de los niños. Es realmente nuestra obli­gación plantear un rediseño de este programa que busque remediar estas falencias y ali­mentar a nuestros niños en las escuelas durante todo el año lectivo.

–¿Cómo se enumeran los puntos más relevantes que los ciudadanos deberían saber sobre este plan?

–”Hambre cero” busca universalizar el almuerzo escolar con criterios bien estableci­dos y el objetivo de erradicar el hambre en la etapa escolar, basándose en: 1) La universa­lidad en la equidad como meca­nismo para priorizar a los sec­tores más vulnerables del país, garantizando el ejercicio pleno y efectivo del derecho a la educación, reduciendo la inseguridad alimentaria y nutricional. 2) Una gestión eficiente, que contribuya a reducir las debilidades en la ejecución de los recursos. En Asunción y su zona metropo­litana (que representa más del 35 % del estudiantado) la gestión será dirigida por el MDS; y, a nivel departa­mental será dirigido por las gobernaciones, involucrando a su vez a las municipalida­des, el MEC y organizaciones civiles en la micro-planifica­ción y el control.

También se menciona, en ter­cer lugar, las reglas de juego claras. Con la creación del Consejo Nacional de Ali­mentación Escolar (Conae), como instancia que esta­blecerá reglas para la provi­sión y regulará los controles administrativos y operati­vos, de rendición de cuentas y de fiscalización. Además, la CGR realizará controles concurrentes que permiten generar alertas tempranas y evitar que los recursos sean mal utilizados. La ciudada­nía tendrá una participación activa en el cumplimiento de la ley. Se establecerá a través del Mitic mecanismos de con­trol en línea que permitirán a la población denunciar el incumplimiento en la provi­sión y la calidad del almuerzo.

En cuarto lugar se coloca la creación del Fondo Nacio­nal de Alimentación Escolar (Fonae) que permitirá trans­parentar y blindar dentro de una misma “caja” todos los recursos que financiarán el programa permitiendo una mejor trazabilidad del origen y destino de los recursos. Esta propuesta amplía las fuentes de financiamiento vigentes y una redirección de los recur­sos del Fonacide.

Para mayor información, se puede acceder a la siguiente página web que cuenta con toda la información del pro­grama: https://hambrecero.gobiernodelparaguay.gov.py/.

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