El Ministerio del Interior procedió a la recepción de 2.000 nuevas armas para reforzar al personal de la Policía Nacional. La entrega se hizo oficial luego de un proceso de inventario en un acto que contó con la presencia del presidente de la República, Santiago Peña, y el ministro del Interior, Enrique Riera.
Inicialmente, la jueza penal de Garantías especializada en Crimen Organizado, Lici Sánchez, dispuso el secuestro de todas las armas de fuego, municiones y accesorios, incautados por el Ministerio Público tras las incautaciones desarrolladas. Posteriormente, se determinó que el arsenal sea depositado en el Departamento de Intendencia de la Policía Nacional a fin de realizar un acabado inventario.
“Deberá realizarse el inventario del contenido de cada caja que poseen las evidencias, debiendo en consecuencia consignarse la serie, procedencia, características y precio referencial de compra, para lo cual este juzgado deberá constituirse nuevamente en dicha sede policial el 2 de enero de 2024 a las 8:30″, establece parte de la disposición establecida por la jueza.
El armamento que fue entregado a los efectivos policiales es procedente de las incautaciones realizadas en la operación Dakovo y el operativo Ignis, que se llevaron a cabo este mes. El primero implicó una colaboración entre Paraguay, EE. UU. y Brasil, para poner fin a una red que importaba armas desde Europa a Paraguay, y desde allí se distribuía a facciones criminales en Brasil. Con el segundo se logró desarticular a un grupo criminal con alto poder de fuego que operaba en la zona de Canindeyú.
El secretario de Estado destacó la posibilidad de compartir la distribución de las armas entre todas las fuerzas de seguridad. “Las armas de guerra de alcance letal, que sean para las Fuerzas Armadas y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), las que necesiten la Policía, que son las armas cortas, serán para la institución y especialmente para el Grupo Lince”, dijo.