Tras conocerse el fallecimiento del diputado Walter Harms, del movimiento Honor Colorado, en la sede del Congreso Nacional se aglutinaron sus colegas, correligionarios y amigos para acompañar en el dolor a los familiares del dirigente itapuense, quien sufrió un accidente aéreo este último sábado junto con otras personas en la zona de Guayaibí, departamento de San Pedro, luego de haberse retirado del festejo de cumpleaños del gobernador de San Pedro, Freddy D’Ecclesiis.
Después de ser confirmada la identidad del legislador en la morgue judicial, su féretro fue trasladado hasta el Poder Legislativo para rendirle un homenaje por su larga trayectoria parlamentaria y partidaria. La ceremonia se realizó en la Sala Bicameral del Congreso Nacional cerca de las 12:00 del mediodía de ayer.
El ataúd del político fue recibido por el presidente del Congreso Nacional, Silvio “Beto” Ovelar, y el titular de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre. La ceremonia reunió a varios congresistas de diferentes bancadas. El Congreso Nacional y la Asociación Nacional Republicana (ANR) se declararon en duelo por tres días. Ambas instituciones expresaron sus condolencias y cristiana resignación a los familiares del extinto parlamentario.
Harms llegó a ocupar cargos relevantes en el transcurso de su vida política, ya sean nacionales como partidarios. Fue miembro titular de la Junta de Gobierno, presidente de la Seccional n.° 165 Encarnación y diputado titular por el departamento de Itapúa en el periodo 2013-2018, reelecto en el 2018-2023 y 2023-2028.
Posteriormente, los restos serán trasladados hasta su ciudad de origen, Encarnación, donde se prevé un velatorio íntimo a solicitud de sus hijos. Sus restos serán trasladados hoy hasta la seccional colorada de la citada localidad para que sus amigos puedan despedirlo en un velatorio público, que durará aproximadamente 2 horas.
El féretro partirá a las 10:00 hasta el cementerio de la ciudad de Encarnación. En el accidente aéreo también resultaron víctimas fatales Carlos Harms, hermano del parlamentario; el dueño de la avioneta, José González, y el piloto César Godoy.