Cada 11 de noviembre se recuerda el Día Nacional de la Diplomacia Paraguaya, en conmemoración de la mediación de Francisco Solano López en el conflicto armado que existía entre la Confederación Argentina y Buenos Aires, en 1859.

La intervención de Solano López en el conflicto interno argentino fue considerado como la primera actuación diplomática desarrollada por Paraguay, marcando así el inicio del potencial para­guayo en términos de sus relaciones exteriores.

“Durante la época del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, Paraguay estuvo en un periodo de aislamiento y, una vez que fallece e inicia el gobierno de Carlos Anto­nio López, comienza a efec­tuarse la apertura de Para­guay al mundo”, comentó Alberto Caballero, presi­dente de la Asociación de Funcionarios de la Carrera Diplomática y Consular del Paraguay (ADEP) a La Nación/Nación Media.

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Relatando la manera en que la diplomacia paraguaya se fue desarrollando hasta consti­tuirse de la manera en que actualmente se ha consoli­dado, Caballero dejó entre­ver el aporte esencial de las gestiones diplomáticas no solo para la elaboración de alianzas estratégicas a nivel regional e internacional, sino también para lo que fue con­cebida la carrera en un prin­cipio: la defensa del país como República.

Diplomáticos escalafonados de la Cancillería Nacional.FOTO: GENTILEZA

Es así como la creación del primer periódico nacio­nal, “El Paraguayo Inde­pendiente”, fue el paso ini­cial al posicionamiento del país en el exterior. El primer logro regional fue el recono­cimiento de Bolivia a Para­guay como República inde­pendiente, en 1843, que lejos de ser un evento aislado, se logró mediante la promoción del país a través de las herra­mientas con las cuales con­taba en ese entonces.

“Ya con un Paraguay abierto al mundo, Francisco Solano López empieza a dar a cono­cer la imagen de Paraguay a través de lo que hoy en día catalogamos como las prime­ras misiones diplomáticas en Europa, hasta llegar a lo que consideramos como el hito que dio el puntapié al desa­rrollo de la diplomacia para­guaya: la mediación de Solano López un 11 de noviembre de 1859, para la firma del Pacto San José de Flores”, comentó.

Celso R. Velázquez, embajador en los EE. UU., jefe de la delegación del Paraguay, firmando la Carta de las Naciones Unidas el 26 de junio de 1945.FOTO: GENTILEZA

LA POLÍTICA EXTERIOR PARAGUAYA

El primer secretario del servicio diplomático, Rodrigo Caballero Garay, manifestó también para La Nación/Nación Media que se puede hablar de muchas situacio­nes que lograron consolidar a Paraguay como un país activo en torno a la política exterior, recordando, por ejemplo, que la nación había sido miem­bro pleno de la Sociedad de las Naciones, el organismo ante­cesor de la Organización de las Naciones Unidas.

“Pero lo concreto es que Para­guay tiene una clara agenda internacional que llegó a con­vertirse en una política de Estado que se mantiene a lo largo del tiempo en los suce­sivos gobiernos. El Paraguay protege mucho su relaciona­miento internacional, aparte de defender de manera férrea la vigencia del derecho inter­nacional”, expresó.

Esto se observó desde el momento en que llegamos a salir en 1935 de la Sociedad de las Naciones, por lo que con­sideramos un embargo anti­jurídico en torno al conflicto por el Chaco, hasta nuestra interferencia en la Conferen­cia de San Francisco en 1945, comenzando a participar nue­vamente de una manera activa en el plano internacional.

MOMENTOS ESTRATÉGICOS PARA PARAGUAY

“Otro hito que lastimosa­mente pasa desapercibido en la historia de la diplomacia de Paraguay es la Convención Gondra de 1923, propuesta por el delegado paraguayo Manuel Gondra en la V Con­ferencia Iberoamericana en Santiago de Chile. Consistió en una postura doctrinaria acerca de la necesidad de que los países pequeños accedan al derecho internacional como medio de solución de controversias”, relató Caballero Garay.

Luego, con una política exterior y regional mucho más consolidada, en 1966 se firmó el Acta de Yguazú, documento considerado como la piedra angular para la edificación de la Central Hidroeléctrica Itaipú, lo que siete años más tarde, en 1973, se consolidaría con la rúbrica del tratado.

Posteriormente, en marzo de 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay comen­zaron el proceso de integra­ción del Cono Sur, firmando el Tratado de Asunción, que constituyó al Mercado Común del Sur (Mercosur).

Alberto Caballero, presidente de la ADEP.FOTO: GENTILEZA

LA DIPLOMACIA PARAGUAYA EN LA ACTUALIDAD

El presidente de la ADEP manifestó que algunos de los desafíos actuales que enfrenta la diplomacia paraguaya se encuentran fijadas en torno a la defensa de la institucio­nalidad, así como el fortale­cimiento de la profesionali­zación de la carrera. Es así como la ADEP quedó cons­tituida hace 23 años, bus­cando seguir contribuyendo a la formación de cada uno de los futuros representantes del Paraguay.

La carrera diplomática como tal tiene sus antece­dentes con la ley de 1999 y a partir de 2007 inicia el con­curso público de oposición. Desde el segundo grupo se desarrollaron 16 exámenes de ingreso, contabilizando poco más de 107 diplomá­ticos. Para el presidente de la ADEP, una lucha cons­tante que debe enfrentar la carrera desde entonces es el equilibrio entre profesiona­les diplomáticos y el mante­nimiento de la capacidad y la preparación de cada uno.

“Finalmente, el rol de los diplomáticos no solo se ve reflejado a través de las alianzas estratégicas que vamos generando, sino que también nos ayuda a seguir apuntando a la resolución de conflictos, como hoy en día observamos con lo refe­rente a la problemática en la hidrovía Paraguay-Paraná. El papel de la Cancillería, a través de sus diplomáticos, es fundamental y debemos continuar con nuestra coo­peración internacional cons­tructiva”, subrayó.

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