La Comisión Europea sigue empeñada en cerrar un acuerdo comercial entre la UE y los países de Mercosur “antes de que acabe el año”, tal y como dijo recientemente la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, por lo que no comenta el ultimátum del presidente de Paraguay, Santiago Peña, que avisó de que el bloque del Cono Sur abandonará las conversaciones si no hay pacto a más tardar el 6 de diciembre.
“No comentamos declaraciones ni posibles plazos, pero lo que puedo decir es que seguimos trabajando sobre la base de lo dicho por la presidenta Von der Leyen de concluir las negociaciones antes de que acabe este año”, ha dicho en una rueda de prensa en Bruselas el portavoz de Comercio en el Ejecutivo comunitario, Olof Gill.
De este modo, Bruselas, que negocia en nombre de los 27 los acuerdos comerciales con terceros países, ha indicado que prosiguen las conversaciones entre las dos partes, que tuvieron la última ronda técnica el pasado 14 de setiembre y que, previsiblemente, fijarán esta semana una nueva fecha para el siguiente contacto.
EL 6 DE DICIEMBRE A MÁS TARDAR
En una entrevista con The Financial Times, Peña evocó el 6 de diciembre como plazo para alcanzar el acuerdo o romper las negociaciones y mostró su confianza en el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo país ejerce la presidencia rotatoria de Mercosur. “Si hay alguien que puede cerrar este acuerdo, es Lula. Será este año, o si no, no ocurrirá”, zanjó el presidente de Paraguay.
Aunque las partes anunciaron en julio de 2019 haber concluido un acuerdo de libre comercio entre las dos regiones, el pacto está bloqueado por las desavenencias en materia medioambiental, en especial con Brasil durante el mandato de Jair Bolsonaro, pero también por las divisiones dentro de la propia Unión.
En todo caso, los 27 presentaron el pasado mayo una propuesta de declaración adjunta al pacto comercial para reforzar las salvaguardas en materia de lucha contra el cambio climático y la deforestación. Bruselas insistió entonces en que no quiere reabrir un acuerdo que tardó dos décadas en llegar, pero estudia el modo de reforzar las garantías para convencer a los países de la UE más reticentes, como Francia.
La oferta europea fue recibida desde el principio con malestar por parte de los socios de Mercosur –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay–, que vieron en el documento la “amenaza” de sanciones si no cumplían los estándares medioambientales más estrictos. Sin embargo, la respuesta oficial no llegó hasta este mes de setiembre, por lo que aún está siendo examinada por los negociadores europeos.