El viceministro de Administración Financiera, Óscar Lovera, manifestó que desde el Ejecutivo se aguarda la convocatoria del Congreso Nacional para explicar el alcance del proyecto de ley por el cual se autorizan medidas extraordinarias de gestión para las finanzas públicas.
La iniciativa requiere una autorización de endeudamiento y de medidas extraordinarias para lo que resta del año, con el objetivo de cancelar las millonarias deudas que fueron generadas durante el anterior gobierno de Mario Abdo Benítez.
“Nos ponemos a disposición de todos los que están dentro del circuito de análisis de la ley, con todas las comisiones para poder cumplir con las consultas que harán. El proyecto fue presentado en la Cámara de Senadores y esperamos nosotros la convocatoria para poder explicar cuáles son las intenciones, de qué monto hablamos y el destino que le daremos a los recursos”, sostuvo a través de una entrevista con el programa “Así son las cosas”, emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
La iniciativa apunta al pago de una deuda flotante de USD 600 millones contraída con las farmacéuticas y las constructoras. No obstante, todo deberá pasar por una revisión y una auditoría que confirmen las cifras finales.
“Esa emisión será exclusivamente para cancelar las deudas con estos dos sectores, luego de una auditoría de las deudas, para certificar que las facturas reclamadas respondan a la provisión de un insumo o la ejecución de una obra”, indicó.
Con respecto a la distribución, el viceministro mencionó que son unos 250 millones de dólares por medicamentos y 350 millones de dólares por obras. El proyecto de ley deberá ser remitido a las diferentes comisiones asesoras del Senado para sus respectivos dictámenes y posterior tratamiento en el pleno.
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“Un poco de amor propio y quedarse callado”
Sana recomendación le hizo el presidente Santiago Peña a su antecesor que ha dejado un país en ruinas, con las arcas vacías y con instituciones saqueadas económicamente y moralmente. “Creo que debería tener un poco más de amor propio y quedarse callado luego de haber sido el gobierno más corrupto de la historia del Paraguay”.
Peña tiene razón. En un país donde la justicia funcione, Abdo debería estar en la cárcel por corrupción. El expresidente no solamente se enriqueció ilícitamente chantajeando a las empresas constructoras para que sigan ganando licitaciones del MOPC a cambio de que compren asfalto de sus empresas importadoras, sino que testimonios de funcionarios vinculados a diferentes instituciones públicas detallan cómo circulaban los “maletines para la corona”.
Abdo hoy disfruta lo que ha saqueado al Estado paraguayo, sin ningún remordimiento de conciencia y con absoluta impunidad. Blindado por los principales grupos de medios (Grupo Vierci y Zuccolillo), que fueron cómplices de sus fechorías a cambio de negocios con el Estado, desde pautajes hasta impresiones de libros, transmisiones oficiales, depósitos de dinero público en sus bancos, además de coincidir en “liquidar” al adversario político y empresarial que tienen en común: Horacio Cartes. A este equipo de cómplices de Abdo se suman los referentes de la oposición que tuvieron el apoyo económico del gobierno anterior para las elecciones y no pudieron vencer a Peña.
Este mismo grupo hoy está operativo con el único propósito de destruir al oficialismo. Metidos en las campañas sucias para oponerse a todas las iniciativas gubernamentales beneficiosas para el país. Son los mismos boicoteadores, los mismos que han frenado las reformas que se están emprendiendo y los mismos que frenaron proyectos de infraestructuras vitales para la gente y que ojalá hoy avancen.
Acorralado por las evidencias de los negocios turbios mínimamente descubiertos por la Contraloría, sobre el análisis de las declaraciones juradas de Abdo, aparece el expresidente en la arena política en busca del blindaje y a utilizar la vieja confiable de los sospechados por corrupción: “persecución política”.
El gobierno de Peña debe seguir con su hoja de ruta, en beneficio de todos los paraguayos, a pesar de este equipo de carroñeros liderados por Abdo, que solo han generado robos y miserias para el Paraguay. Peña no debe distraerse con esta gente, incluyendo las campañas de la prensa amiga de Abdo. En un año se dieron logros significativos en varios frentes (económicos, seguridad y social). Un ápice de desvío nos costará muy caro, podrían volver los mismos de siempre. Mientras tanto, es oportuna la recomendación de Peña al líder de los destructores del Paraguay: “Cállese”. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.
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Es vital investigar al gobierno más corrupto de la transición
De que la administración de Mario Abdo Benítez fue una de las más corruptas de la transición democrática no cabe duda alguna. Es nuestra prédica desde hace tiempo. Y tal afirmación no es arbitraria ni supone posicionamientos políticos, sino que se sustenta en documentaciones con caracteres de irrefutables que corroboran los grandes hechos de latrocinios durante el ejercicio 2018-2023, periodo en que estuvo al frente del Poder Ejecutivo el hijo del exsecretario privado de una de las dictaduras más atroces que tuvimos a lo largo de nuestro itinerario político, la del general Alfredo Stroessner.
Días atrás el presidente de la República, Santiago Peña, declaró en ese mismo sentido, aunque él fue un poco más lejos y lo definió –con el condicionamiento de “probable”– como “el más corrupto en la historia del Paraguay”. De nuestra parte, la razón de ubicarlo –siempre dentro de la clasificación de rapacidad y saqueo– en la época posterior a la caída del déspota es porque en el pasado hubo presidentes de la República que ejercieron el poder de manera caótica y abusiva, sin posibilidad alguna de que se pudieran poner en práctica los controles estipulados por la ley. Y en ese cuadro se mezclaron protagonistas de diferentes partidos políticos.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, la reacción del jefe de Estado tiene que ver con los últimos discursos de Abdo Benítez, cuestionando la identificación ideológica de Peña con el partido al cual está afiliado, la Asociación Nacional Republicana. Durante la ceremonia de inauguración de viviendas sociales en la ciudad de Benjamín Aceval, el presidente respondió: “Debería tener un poco más de amor propio (refiriéndose al exmandatario) y, por lo menos, quedarse callado antes de hablar luego de haber sido, probablemente, el gobierno más corrupto en la historia del Paraguay”. Por una situación similar ya había pasado el entonces candidato a la presidencia de la República, Horacio Cartes.
Y, precisamente, en un documento publicado en junio de 2011 advertía que “militancia no es sinónimo de antigüedad. Uno puede conseguir antigüedad sentándose en su casa, mirando pasar los años, sin pulsar el sentimiento de los correligionarios y correligionarias ni conocer sus necesidades y deseos más fervientes. La militancia, en cambio, es servicio activo, igual que el coloradismo mismo”. En ese mismo tenor asumió su defensa Peña: “El coloradismo no se mide por la antigüedad, sino por la conducta”. Esta aseveración debería ampliarse a la política misma, pues muchos, durante años, se sirvieron del Estado, sin haber aportado absolutamente nada para la dignificación de nuestro pueblo ni el bienestar de los sectores más humildes de la sociedad paraguaya.
Esta discusión sobre quién es más o menos colorado cae dentro del ámbito personal y partidario. Lo que a nosotros nos interesa es lo atingente a la corrupción. Santiago Peña acaba de meter el dedo en esa herida que desde hace meses venimos haciendo supurar. Y lo hacemos con la responsabilidad de quienes, primero, verifican la información y, luego, actúan con la certeza de que las investigaciones se compadecen de los hechos cuestionados. Las desprolijidades administrativas, o sea, en términos sencillos, el descarado robo a las arcas del Estado, son tan evidentes que no existe resquicio por el cual Mario Abdo Benítez y varios de sus hombres más influyentes puedan escabullirse.
A un año y semanas de haber asumido el cargo, el actual presidente de la República ha sido muy cauto sobre este asunto. Sin embargo, ahora tiró sobre el tapete lo que la sociedad entera ha estado esperando con notable expectativa: que no queden impunes los crímenes del reciente pasado. Ni del presente, si los hubiere. Queda, pues, en el campo del mandatario apurar a sus ministros, a los directores de entes y a la propia Auditoría General del Poder Ejecutivo para que vayan cerrando el círculo de las investigaciones y que las pruebas pertinentes sean elevadas a consideración de la Fiscalía General del Estado, pero con estándares solventes de irrebatibilidad jurídica, fundados en la absoluta certeza probatoria y sin margen de duda razonable, para que la Justicia pueda actuar con todo el peso de la ley.
Este anuncio, repetimos, que toda la ciudadanía estaba aguardando para recuperar la confianza en sus autoridades y para que las autoridades proyecten credibilidad a la ciudadanía, tiene que tener necesariamente su continuidad práctica con la denuncia correspondiente ante las instancias jurisdiccionales, para enviar un mensaje claro y firme a toda la sociedad de que no habrá contemplaciones con la corrupción ni con su brazo multiplicador de delitos: la impunidad. Estamos convencidos de que Santiago Peña habrá de actuar en consecuencia, honrando su compromiso con la gente, el país y la historia.
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Abdo y gavilla robaron desde el poder, acusan
El diputado por Central Rodrigo Gamarra cuestionó los dichos del expresidente Mario Abdo, quien en un discurso político menospreció el coloradismo del actual mandatario Santiago Peña. Para el legislador, las acciones del jefe de Estado reflejan la visión partidaria, mientras que el anterior gobierno acumula hechos de corrupción y vínculos con el narcotráfico.
“Un cuarto de colorado es aquel que desde el poder le robó a su gente con contratos amañados en plena pandemia, comprando agua tónica en vez de medicamentos, dejando a su pueblo indefenso. Un cuarto de colorado es el que permitió que la corrupción floreciera en cada rincón del Estado, un símbolo de la burla a la ciudadanía”, aseveró el diputado Gamarra.
En contacto con La Nación/Nación Media, el parlamentario indicó que si hay que poner una vara para medir el nivel de coloradismo de sus afiliados, un elemento importante es comparar las acciones y no limitarse a los discursos o “etiquetas vacías”.
“El Gobierno más corrupto de la historia del Paraguay que desayunaba, almorzaba y cenaba con Desirée (Masi) y los enemigos del partido, con ministros narcotraficantes y cómplices de bandas delictivas en instituciones que debían combatirlas. Todo eso encabezado por Mario Abdo Benítez, quien es el que encarna lo que significa ser menos de medio colorado”, sostuvo.
En contrapartida, destacó que en apenas un año de gestión, el gobierno de Santiago Peña logró hitos históricos que no fueron alcanzados por la administración de Abdo, la cual califica como “corrupta y nefasta”.
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Santiago Peña recomienda a Abdo Benítez mantener la boca cerrada
El presidente Santiago Peña reaccionó a las expresiones del expresidente Mario Abdo Benítez, quien manifestó que en las pasadas elecciones generales votó a un “semicolorado”.
“Creo que debería de tener un poco más de amor propio y por lo menos quedarse callado antes de hablar luego de ser, probablemente, el gobierno más corrupto en la historia del Paraguay”, manifestó Santiago Peña tras ser consultado sobre las declaraciones de Abdo.
Sobre las dudas que puso Marito con relación al coloradismo del actual mandatario, Peña dijo que es demostrable que el coloradismo no se mide por antigüedad en los padrones partidarios.
“El coloradismo no se mide por la antigüedad sino por la conducta y ese privilegio, el pueblo colorado primero votó el 18 de diciembre y luego todo el pueblo paraguayo el 30 de abril”, resaltó el jefe de Estado.
Las declaraciones del presidente de la República fueron vertidas tras la inauguración de viviendas populares que fueron construidas y entregadas por el Gobierno a pobladores de Presidente Hayes.
Y no solo el jefe de Estado respondió a las manifestaciones lanzadas días atrás contra el oficialismo colorado por Abdo. También el ministro Juan Carlos Baruja dijo que Marito priorizó en su gobierno sus intereses o negocios personales.
“Resalto tu condición de patriota y también tu condición de colorado (a Peña). ¿Acaso es colorado aquel que en plena pandemia asfalta por poco hasta el río Paraguay con tal de vender asfalto?; el verdadero colorado es lo que vos (Peña) estás haciendo hoy, dando almuerzo a todos los escolares y viviendas dignas a las familias paraguayas”, indicó Baruja dirigiéndose al presidente Santiago Peña en la entrega de viviendas en el Chaco.