El tedeum, una palabra en latín que significa “A ti Dios”, forma parte de un antiguo himno de alabanza en la liturgia católica y representa la acción de gracias a Dios.
“La Iglesia católica tiene el derecho y el deber de acompañar el ser y quehacer de la vida nacional, aportando la riqueza de su enseñanza social, que de hecho es adoptada por muchos jefes de Estado para atender cuestiones relacionadas a las gestiones del Estado”, puntualizó Martínez durante su discurso, apelando además a que desde el nuevo periodo de gestión se construya con justicia y rectitud, favoreciendo la paz social y la felicidad del pueblo paraguayo.
Compartió además una serie de parámetros sociales que desde la Iglesia católica observan como aspectos prioritarios a ser solucionados, remarcando que esto no significa que la institución religiosa busca generar algún tipo de injerencia o introducirse en el poder, sino que en realidad se procura contribuir al fortalecimiento de la integridad de cada uno de los pobladores.
“Con esperanza hemos tomado nota de cada una de las promesas expresadas por el presidente que hoy inicia su mandato, las cuales tienen relación con promover políticas públicas que favorezcan al bien común de la nación para lograr el desarrollo sostenible y la prosperidad del país”, dijo.
El cardenal manifestó también que “las autoridades públicas tienen especial responsabilidad en el fortalecimiento de la concordia, propiciando el diálogo social para buscar el consenso para el logro del Paraguay que queremos”.