Durante la segunda sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, algunos legisladores abogaron por mantener la honorabilidad del plenario en alto y no caer en la chabacanería como se vio en el periodo pasado, al punto que les llevó a ganarse el mote de “Cámara de la vergüenza”.
Esto debido a que el día de ayer, una de las diputadas de la bancada del Partido Liberal, Graciela Aguilera, llegó a la sala de sesiones con una canasta cargada de chipas, y comenzó a repartir a sus pares y funcionarios gritando “¡chipa Barrero!”. La parlamentaria aseguró sentirse orgullosa de sus orígenes como vendedora de chipa, teniendo en cuenta que es oriunda del departamento de Cordillera.
Esta situación, incluso, fue tomada jocosamente por los propios diputados, y rápidamente se viralizó en redes sociales. No obstante, el diputado colorado reelecto Walter Harms lamentó que la Cámara Baja haya perdido su formalidad, y se incline nuevamente a convertirse en un circo, como se tuvo en el periodo pasado, teniendo en cuenta que por la Cámara han pasado legisladoras que montaban su show para llamar la atención mediática.