Una licitación para provisión de una cantidad máxima de 60 mil almuerzos escolares que la Municipalidad de Ypacaraí adjudicó por G. 750 millones generó muchas irregularidades, según un examen especial de la Contraloría General de la República concluido en marzo de este año. La carátula de la auditoría señala una evaluación de la compra, distribución de alimento escolar y control sanitario correspondientes a los años 2021/2022.

De entrada, entre las conclusiones del informe cuestionan que la administración del intendente liberal Raúl Fernando Negrete redujo la entrega del almuerzo escolar, suministrando hasta el 4 de noviembre de 2022 cuando el contrato establece la provisión hasta el 30 de noviembre. El reporte incluso hace referencia de disponibilidad de fondos, con lo que no se justifica el recorte.

Se observan, además, varios incumplimientos del pliego de bases y condiciones para la adjudicación a la empresa Stencil SA, como la falta de documentos de habilitación de Senacsa, del Senave, estipulados como normativa de la logística para el servicio.

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En teoría hubo platos no consumidos en las escuelas por ausencia de los alumnos que fueron entrega dos fuera de las instituciones, sin embargo, el equipo auditor no halló documentos que avalen el suministro efectivo de los alimentos.

No existe control de calidad, según el informe. El servicio del almuerzo escolar se realiza en un lugar sin equipamientos suficientes para la cantidad de alumnos beneficiarios, no se contrató personal idóneo para la fiscalización de calidad, frutas como, por ejemplo, las bananas servidas en presencia de los auditores se encontraban en mal estado, señala el informe con lo que se deja en evidencia que se vulneraron varios puntos de los condicionamientos estipulados en la licitación.

Según el pliego de bases, el servicio exige equipamientos como heladeras y congeladores, según volumen de alimentos a almacenar a diario. Cocina industrial o fogón, mesada (elaborada de material de fácil limpieza y desinfección y que no constituya por sí misma un agente contaminante). Mobiliarios para almacenamiento de los alimentos y para los utensilios, separados de los insumos domisanitarios, mesas y sillas, según volumen, pero al parecer estas condiciones solo se traducen en los papeles.

Parte del informe de la CGR


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