Poco a poco se va hilando y desentrañando los pormenores del mayor escándalo de corrupción en la historia del fútbol. La justicia norteamericana inició otro juicio a más implicados en el esquema de soborno para la transmisión de los partidos con un mismo modus operandi que también salpica al empresario A. J. Vierci, quien se encuentra en la mira por sus negocios con una empresa acusada de sobornar a dirigentes del fútbol sudamericano.
- Fuente: La Caja Negra
La semana pasada, un tribunal federal de Nueva York inició un juicio a dos antiguos ejecutivos del conglomerado estadounidense 21 Century Fox y la empresa uruguaya de marketing deportivo Full Play por su implicación en el escándalo de corrupción de la Federación de Fútbol Internacional (FIFA). El mexicano Carlos Martínez y el argentino Hernán López, que trabajaban en el negocio de la Fox en Latinoamérica, y la agencia Full Play, están acusados de numerosos cargos de corrupción, fraude y blanqueo de dinero, y se enfrentan a penas de hasta 20 años de cárcel.
Ambos son supuestos responsables del pago de sobornos a directivos de la Conmebol para asegurarse de que la empresa mantuviera los derechos de TV de los principales torneos sudamericanos, y también de haber obtenido información privilegiada para la licitación de las transmisiones de TV de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.
El empresario argentino Alejandro Burzaco, quien se declaró culpable en el 2015 de asociación ilícita y otros cargos, dijo la semana pasada ante la justicia norteamericana que Hernán López, Carlos Martínez y Full Play pagaron colectivamente hasta 32 millones de dólares en sobornos para asegurarse contratos por debajo del mercado.
El escándalo conocido como FIFAgate, destapado por Estados Unidos en mayo del 2015, dejó al descubierto una trama de sobornos millonarios pagados por empresas de marketing deportivo a dirigentes del fútbol latinoamericano a cambio de derechos en las retransmisiones televisivas y promoción de torneos. La Fiscalía estadounidense acusó a 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos. De ellos, 27 se declararon culpables y media docena han sido sentenciados.
VIERCI, EN LA MIRA DE LA JUSTICIA DE EEUU
En medio de este esquema aparece salpicado el empresario paraguayo Antonio Juan Bautista Vierci, más conocido como A.J. Vierci, quien hizo negocios con Full Play, la agencia que actualmente está en el banquillo de los acusados en Estados Unidos.
El 6 de diciembre del año 2017, en plena sala donde se llevaba a cabo un juicio anterior por el caso FIFAgate en la Corte de Brooklyn, un fiscal norteamericano exhibió en un proyector la fotografía de Vierci al testigo Nelson Sanabria en el momento de su declaración. Sanabria, quien fuera asistente del ex presidente de la Conmebol Juan Ángel Napout, había sido convocado al estrado como otro de los testigos del juicio. “¿Usted conoce a este hombre?”, preguntó el fiscal. Sanabria respondió: “Sí, lo he visto en varios eventos organizados por la Conmebol”. El testigo agregó que una vez lo llamó para saber si podrían darle una ayuda con algunos sorteos.
Esta no fue la primera vez que el apellido Vierci se mencionó en el juicio, pero sí sorprendió que la Fiscalía tenga bien identificado al empresario paraguayo, lo que hizo suponer que siguen recabando información acerca de su participación en el esquema del pago de sobornos a dirigentes del fútbol.
El que en forma categórica había invocado el nombre de Vierci fue el ex empleado de la empresa acusada Full Play Santiago Peña (aclarando que se trata de un homónimo del actual candidato presidencial colorado), cuando en el momento de su intervención en el juicio mencionó que el dueño del Grupo Vierci había firmado un contrato con Full Play para ceder los derechos de televisación de los partidos de la selección paraguaya.
La copia de dicho contrato fue arrimada a la declaración de Peña, quien afirmó que Napout, cuando era presidente de la APF, recibió una coima de US$ 1 millón pagada por Mariano y Hugo Jinkis, dueños de Full Play y socios de Datisa, por los derechos de transmisión de los partidos de la selección de Paraguay.
Los negocios de Vierci
El empresario paraguayo se ve implicado con la creación de varias empresas de portafolio en paraísos fiscales, según revelaron filtraciones de la prensa mundial a través del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación denominadas Pandora Papers.
En mayo del 2018, el diario La Nación publicó parte de los informes generados tras el escándalo de los Panamá Papers, en los que se reveló cómo las empresas de Vierci eran usadas para cerrar contratos millonarios por los derechos televisivos de los partidos de la selección paraguaya.
Los documentos confidenciales revelaron que A.J. Vierci tenía varias empresas de portafolio, como por ejemplo, Ciffart Sport SA y Juampa Trading Corp., esta última creada en julio de 1996 en Bahamas. Estas empresas tienen en común que fueron gestionadas por el mismo estudio jurídico.
A pesar de haber negado cualquier vínculo con estas empresas, finalmente, cuando se filtró la información, se confirmó que Vierci era accionista de las citadas firmas “de escritorio”, que fueron creadas para hacerse con los derechos de televisación de los partidos de la selección paraguaya y también tenía negocios con al menos una de las empresas acusadas de sobornar a dirigentes del fútbol sudamericano.
CREADA EN PANAMÁ
Según los documentos, Ciffart Sport SA fue creada en Panamá a través de Mossack Fonseca por el Grupo Vierci, apenas unas semanas después de que Juan Ángel Napout –actualmente preso y condenado en EEUU– asumiera como presidente de la APF. Dos meses después, consiguió los derechos de televisación de los partidos de la Albirroja. Para ello, presentó una oferta de casi US$ 6.000.000, cuando tenía capital declarado de apenas US$ 10.000.
Ciffart Sport SA también aparece vinculada a Datisa, una de las empresas acusadas por la justicia estadounidense de haber pagado sobornos a dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para adjudicarse los derechos de transmisión de todas las competencias organizadas por esta última.
Hasta la aparición de Ciffart, los derechos de televisación de los partidos de la Albirroja eran manejados por Traffic (Ciffart es Traffic al revés), cuyo dueño, el empresario brasileño José Hawilla, confesó haber pagado millonarios sobornos a dirigentes de la FIFA. Llamativamente, una empresa con un capital declarado de apenas US$ 10.000 realizó una oferta de casi US$ 6.000.000 para obtener estos derechos. Cuatro años más tarde, en el 2011, la firma habría pagado unos US$ 20 millones por los derechos de televisación de los partidos de la Copa América a nivel local.
El 4 de octubre del 2011 se selló la continuidad de la relación entre Ciffart y la APF con la firma de un nuevo contrato de cesión de derechos, esta vez por las eliminatorias de Brasil 2014 y Rusia 2018. Como representante de Ciffart se presentó Pablo Troche, quien firmó el contrato.
A cambio de la cesión de derechos, Ciffart le pagó 7 millones de dólares por los partidos de las Eliminatorias del 2014 y US$ 8 millones por las Eliminatorias del 2018.
En junio del 2015, a pocas horas del inicio de la Copa América de Chile y siendo centro de un sinnúmero de cuestionamientos por las negociaciones para la cesión de los derechos de transmisión a las radios paraguayas, que debían pagar una cifra exorbitante por las transmisiones, Ciffart Sport pagó un espacio reservado en los medios de prensa escrita en el que aseguraba no tener ni haber tenido nunca relación alguna con las empresas Traffic o Datisa.
Sin embargo, poco después, se dio a conocer un contrato por el cual Datisa le cedía los derechos de transmisión radial de los partidos de la Copa América de Chile a Ciffart, y esta a su vez, a la firma Servicios Digitales SA, otra empresa del Grupo Vierci que se encargaba de las negociaciones con las diferentes emisoras interesadas en poder transmitir los partidos de la competencia. Los precios de los derechos para las radios oscilaron entre los US$ 20.000 y US$ 5.000. Las negociaciones fueron realizadas por Alejandro Peralta Vierci, director de medios del Grupo Vierci y sobrino de A.J.
EVASIÓN DE IMPUESTOS
La offshore Ciffart Sport SA, creada por el Grupo Vierci, dejó de pagar sumas millonarias en concepto de impuestos en el país. La citada firma de portafolios fue instituida en Panamá y tenía contrato vigente hasta octubre del 2018 para las transmisiones de los partidos por eliminatorias de la Selección Paraguaya, y comercializa los derechos de transmisión de los encuentros de la Albirroja de local a los países sudamericanos. Pese a tener un movimiento de millones de dólares, nunca tributó en Paraguay.
El representante legal de la empresa, con sede en un paraíso fiscal, era Pablo Troche, quien fue asesor jurídico de TV Acción (Telefuturo y Radio Monumental) y está casado con Gisela Peralta Vierci, sobrina de Antonio J. Vierci.