Por Josías Enciso Romero.
Durante la pandemia provocada por el covid-19, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y su gavilla encerraron al pueblo para “dragar” sus bolsillos. Los bolsillos del pueblo. Pero, en vez de sacar piedras, barro o arena del fondo del mar o del río (según la definición de la Real Academia Española), se empecinaron en dejarnos “secos”, en toda la extensión que la palabra encierra.
Extrajeron cuanto podían hasta de los humildes obreros, sin compasión alguna. Mediante este esquema de saqueo exitoso, y hasta hoy impune, durante la interminable cuarentena, desfondaron nuestros bolsillos y profundizaron los suyos. Mediante los constantes “dragados”, la corrupción tenía mejores condiciones de navegabilidad. Y le tomaron el gusto y ya no pararon más. Viento en popa continuaron “dragando” las arcas del Estado. Y nuestras escuálidas billeteras, monederos y faltriqueras. Ni la bolsa que el mendigo lleva sobre el hombro atado a un palo se salvó. Pero, ¡hay que ser, pues…!
Ahora apuestan a la literalidad. Quieren “dragar” con el dragado. El que maneja los controles de esta licitación es el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), donde hasta hace poco sentó sus reales el actual precandidato a la Presidencia de la República por el proyecto oficialista Fuerza Republicana, el ex pastor Arnoldo Wiens. Obviamente, dejando a un sucesor que responde a su línea directa: el ingeniero Rodolfo Segovia, quien ocupaba el cargo de viceministro de Obras Públicas. Como digno sucesor del inventor de la “pasarela de oro”, este secretario de Estado, según la propia prensa amiga, quiere beneficiar a sus “empresas mimadas” con el presupuesto más alto de la historia en materia de dragados del río Paraguay: 53 millones de dólares.
Una de esas empresas mimadas pertenece a Conrado Hoeckle, que hará una parte del trabajo por 124 mil millones de guaraníes. ¿Y quién es Conrado Hoeckle? Ex asesor ad honorem del presidente Abdo Benítez y quien, durante la jefatura de Wiens se benefició con el trazado del puente entre Asunción-Chaco’i, en cuya zona de influencia, casualmente, este empresario tiene una propiedad de 1.200 hectáreas. Así nomás. Vaivai. Nada planificado. La suerte de cada uno. Los malpensados aseguran que algún vuelto caerá en la alcancía que tiene Wiens para su actual campaña.
Y el miércoles 9 de noviembre sí que nos “dragaron” de lo lindo. Limpieza profunda. Encerrados nuevamente, esperando la realización del Censo Nacional de Población y Viviendas 2022. Y los censistas que jamás llegaron a miles de hogares (casas, ranchos, palacios). Este chiste mal contado nos costó 43 millones de dólares. Mientras, Marito haciendo lo que mejor sabe: sacarle la nalga a la jeringa. Como si ya supiera el desastroso resultado de esta recolección de datos imprescindibles para estructurar programas de Gobierno, se rajó a Alemania. Desde allí ha de venir para juzgar a los vivos y a los muertos. Menos asumir su responsabilidad. Ya saldrá algún vocero ajúra galleta a declarar que “la culpa es de Horacio Cartes”.
Mientras nos “dragan” de lo lindo –ajépa que somos nobles–, no cesan los ataques distractores. Y, por otro lado, de beatificación de la corrupción y la mediocridad. Según el “mariscal de la derrota”, el único (pre)candidato que tiene autonomía es Arnoldo Wiens. En realidad, su lengua trabada, al parecer, le jugó una mala pasada. Wiens no es autónomo. Es autómata. Repite los pésimos y desfasados discursos que le escriben. Vive en la cárcel del humor del “mariscal” y es prisionero del bolsillo de Abdo Benítez. Anda con el guión oficial bajo el brazo.
A veces se le chispotean algunos disparates de propia producción, como sacar a todos los morosos de la nómina de Informconf. O cuando demasiado “orrenega” porque en los hospitales no hay medicamentos, ni jeringas ni insumos ni oxígeno. O su tutorial de “cómo ordeñar una vaca”. Previamente le jodió al “Toro”. Hasta que le dijeron: “Tu autonomía no tiene límites para decir todo cuanto te decimos que digas”. Además, se olvida de que fue parte de este gobierno corrupto y que es precandidato de ese mismo gobierno. Es decir, esas deficiencias en el campo de la salud son también su responsabilidad. Pero él se da por “eludido”.
El presidente Abdo Benítez, que estará de visita en nuestro país, vuelve con las manos vacías, tanto de España como de Alemania. Pero su excursión europea sirvió al menos para matar el estrés de la pareja presidencial. Total, aquí le esperan 53 millones de dólares por el dragado más caro en la historia del Paraguay y los vueltos de 43 millones de dólares de un censo que acabó en un rotundo fracaso. ¡Siga, siga, siga el baile! Y siguen “dragando” los bolsillos del pueblo. A toda máquina.
Y le tomaron el gusto y ya no pararon más. Viento en popa continuaron “dragando” las arcas del Estado. Y nuestras escuálidas billeteras, monederos y faltriqueras.
El presidente Abdo Benítez, que estará de visita en nuestro país, vuelve con las manos vacías, tanto de España como de Alemania.