En los últimos tres años se incautaron 47 toneladas de cocaína “paraguaya”, tanto en nuestro territorio como en puertos marítimos de Europa. Un reporte presentado por el senador Enrique Riera señala que del total de droga traficada solamente se incauta el 10%, y calcula que por Paraguay se movieron cerca de 470 toneladas del polvo blanco.
Durante el gobierno de Mario Abdo Benítez el crimen organizado potenció sus acciones en Paraguay, como lo revela un informe sobre el comportamiento del negocio de la droga expuesto por el senador Enrique Riera durante sus reuniones en Estados Unidos, detallando cómo nuestro país pasó de ser proveedor de marihuana a convertirse en base de operaciones para el tráfico de cocaína.
Las evidencias son claras, desde el 2020 hasta la fecha, los organismos nacionales e internacionales incautaron 47.538 kilos. Estas cargas pasaron por los puertos paraguayos sin ser detectadas por los controles de la Administración Nacional de Navegación y Puertos, la Dirección Nacional de Aduanas, y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
La cantidad total de “cocaína made in Paraguay” decomisada que llegó a 47.538 kilos, tiene un valor de mercado de casi US$ 2.500 millones. Se estima que las incautaciones son 10% o menos del valor total exportado; es decir, el comercio de cocaína que pasó por Paraguay en los últimos tres años se calcula en US$ 25.000 millones, pues lo estimado de droga traficada sería 470 toneladas, según el informe.
Para referenciar el alcance del comercio ilícito, el dossier señala que el Presupuesto General de Gastos de la Nación (PGN) es de US$ 13.000 millones. O sea, el crimen organizado movió cargamentos cuyos costos representan un 92% más del presupuesto público para un año, casi el doble. En consecuencia, Riera remarca que durante este gobierno se batieron los récords de la narcoexportación.
RELACIONES
En el documento presentado por el senador también se destaca unos peligrosos vínculos de referentes importantes del Gobierno con personas capturadas sospechadas de activar en el negocio ilícito de tráfico internacional de cocaína. Entre ellos el mismo presidente de la República.
El legislador recuerda que Abdo Benítez, en plena campaña por la Presidencia, supuestamente recibió en su domicilio al presunto capo esteño Reinaldo Javier Cabaña, alias Cucho, y cuya imagen fue bastante viralizada. Este personaje del submundo delincuencial fue capturado por la Secretaría Nacional Antidrogas en setiembre del 2018, y desde la fecha se encuentra privado de libertad.
Otro de los casos mencionados por Riera es el de Arnaldo Giuzzio, quien tuvo puestos clave para el combate al narcotráfico, primero fue ministro de la Senad y luego ministro del Interior. Recordó justamente que Giuzzio fue removido de la cartera de seguridad tras revelarse su vínculo con el supuesto narco brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marqués de Padua, detenido en febrero pasado por la Policía Federal en Foz de Yguazú, en el marco del Operativo Turf.
Marqués de Padua, además de prestar la camioneta de su esposa al ex ministro del Interior para que continúe su viaje de vacaciones, mantuvo varios encuentros buscando ser proveedor del Estado, incluso la empresa del capo supuestamente realizó mantenimientos a vehículos tácticos utilizados por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) para la lucha antiterrorista.
Por último, Riera también resaltó que como titular de la Senad quedó Zully Rolón, una persona que hizo toda su carrera pública al lado de Giuzzio, e incluso fue candidata a senadora por la misma lista que su ex jefe, Lista 123 por el movimiento Somos Paraguay.
Cabe recordar que ya con Rolón como cabeza de la Senad falló en un importante procedimiento de detención, frustrándose la aprehensión en Paraguay de dos hombres sindicados narcos de mucho interés para el Brasil, Lindomar Reges Furtado y Marcus Vinicius, quien la noche antes de los allanamientos en nuestro país cruzó la frontera y afortunadamente los federales dieron con él.
A ULTRANZA Y PECCI
El informe del senador Enrique Riera también hace mención al asesinato del fiscal antimafia Marcelo Pecci, quien fue ejecutado en una playa de Colombia durante su luna de miel. Según el presidente de Colombia, Gustavo Petro, los autores morales de este horrendo crimen supuestamente son del grupo criminal liderado por el uruguayo Sebastián Marset, que tenía como aliado estratégico al clan Insfrán, cuyo líder es Miguel Insfrán, alias Tío Rico, hermano del narcopastor José Insfrán.
El narcopastor, además de posar en fotografías con el presidente Abdo Benítez, también apareció en varios encuentros como cercano al vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, declarado recientemente como significativamente corrupto por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Sin olvidar que el enlace principal era el ex diputado Juan Carlos Ozorio, hoy privado de libertad por sospechas de tráfico de droga.
Es importante recordar también que justamente Marset e Insfrán fueron objetivos del Operativo A Ultranza Py, y que según informes de inteligencia sensible revelaron varias filtraciones de las investigaciones a estos presuntos capos del narcotráfico que hasta la fecha no pudieron ser capturados.
El análisis de las aproximadamente 500 páginas del informe de inteligencia y transcripciones de escuchas telefónicas de la Unidad de Inteligencia Sensitiva (SIU) de la Senad, mostró que desde la Senad y el Ministerio del Interior alertaron de las pesquisas a la estructura de Marset. Incluso, se sospecha de un borrón de Lindomar en el esquema, puesto que llamativamente el capo brasileño no apareció en el radar de los agentes especiales y su nombre no aparece en el dossier remitido por la secretaría al Ministerio Público.