La empresa Área Límite, que estaba con la habilitación vencida, importó sin autorización 250 pistolas 9 mm procedentes de Israel. Pese a las evidencias, el actual director de la Dimabel, Gral. Aldo Daniel Ozuna, estaría operando para favorecer a la firma Área Límite y blanquear la carga. Sugestivamente la autoridad competente en el tema no actuó y fue Aduanas la que alertó y denunció ante la Fiscalía de la irregularidad. A casi cinco meses del caso, las autoridades no avanzaron en la investigación que había sido iniciada por el extinto fiscal Marcelo Pecci.
En controles realizados por agentes de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) con el escáner del aeropuerto Silvio Pettirossi el pasado 19 de febrero, fue detectado un cargamento de armas de uso civil, que había ingresado al país de manera irregular, puesto que, la importación de armas requiere de una autorización previa de la Dirección de Material Bélico (Dimabel).
Tras el procedimiento de rutina, la DNA informó del hecho a las autoridades de la Dimabel y del Ministerio Público, quienes se constituyeron en el sitio comprobando que la carga registrada a nombre de la firma Área Límite SA, que carecía de registro vigente y del permiso para la importación de armas, habría incurrido además en la falta aduanera de contrabando al intentar ingresar al país 250 pistolas fabricadas en Israel sin contar con los permisos correspondientes.
La báscula dio como resultado que el cargamento de armas pesaba 460 kilogramos por 25 cajas de pistolas, con 10 unidades cada una, 2 cargadores y un kit de limpieza. Las pistolas son de la marca Bull Cherokee. Todo el material quedó bajo custodia de la Dimabel, cuyo titular, el Gral. Aldo Daniel Ozuna, tuvo una tibia reacción pese a todas las evidencias que fueron halladas y solo se limitó a abrir un sumario para deslindar responsabilidades, pero que al final tendría como único objetivo el blanqueo de la operación para favorecer a la empresa Área Límite SA, representada por Miguel Ángel Armando Vera y Cinthia Carolina Brítez Viana.
La Ley N° 4.036/2010 “De armas de fuego, sus piezas y componentes, municiones, explosivos, accesorios y afines”, prevé la vigencia de los principios de legalidad, lo que implica que “todo material y actividad que no estén expresamente autorizados están prohibidos”, es decir, toda autorización para cualquiera de las actividades regidas por la ley debe ser otorgada previamente. Sin embargo, a sabiendas de la existencia de este marco normativo que rige a la Dimabel, que se trata de lo más básico y elemental de la materia de su competencia, cuando Aduanas le requiere informe el 1 de marzo, la Dimabel ya estaba en conocimiento de la llegada de las 250 pistolas 9 mm sin su autorización, pero no hizo absolutamente nada.
INTENTO DE BLANQUEO EN DIMABEL
Llegada la carga el 19 de febrero y retenida por Aduanas, a la empresa Área Límite SA se le empieza a complicar el panorama y realiza un desesperado intento por blanquear su carga, asumiendo incluso el riesgo de una confesión firmada ante la misma Dimabel. Insólitamente presentó en mesa de entrada de la institución, en fecha 22 de febrero a las 11:00, la nota dirigida al director, Gral. Aldo Ozuna, en la cual informa “la llegada al aeropuerto del cargamento de 250 unidades de armas” y adjunta toda la documentación sin hacer alusión al único documento habilitante para la importación, que sería la autorización expedida por la Dimabel por resolución firmada por su titular, con la que no contaba el importador.
Sin embargo, entre el 22 de febrero, fecha en que el director de Dimabel toma conocimiento pleno y sin ninguna duda de la llegada de 250 pistolas 9 milímetros que no contaban con su autorización previa requerida y el 3 de marzo en que responde escuetamente a la autoridad aduanera, el Gral. Ozuna no tomó ninguna medida tendiente a asegurar la retención de la carga, no comunicó a la autoridad aduanera, tampoco formuló denuncia ante el Ministerio Público, ni se constituyó a verificar la carga. Se desentendieron olímpicamente del tema, como si no fuera materia de su competencia.
En cambio, la Dirección Nacional de Aduanas, a pesar del tibio informe de la Dimabel, comunicó al Ministerio Público, que a través de la agente fiscal de Luque Sonia Pereira tomó intervención y comunicó además a la Unidad Nº 3 Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico y Nº 6 Especializada en la Lucha contra el Lavado de Dinero y Financiamiento de Terrorismo (a cargo de Marcelo Pecci); y en esta última dependencia se procedió a la apertura inmediata de la causa Nº 2.711/2022 caratulada “Miguel Ángel Armando Vera y otros s/ H.P. Previstos en la Ley Nº 4.036/2010″; que pasó a manos del fiscal Federico Delfino por recusación de los representantes de la empresa.
En cuanto a la nota a la Dimabel informándole la llegada de la carga al aeropuerto, unas 72 horas después del arribo de las armas, cabe calificarla como un intento más de la firma de darle apariencia de importación legal a su carga traficada, contando tal vez con la esperanza –o certeza– de una mano amiga por parte de la Dimabel. De hecho, posterior a todo lo acontecido, en la Dimabel se sigue tramitando la cuestión como un sumario administrativo pasible de sanciones por meras faltas administrativas y no han realizado mayores aportes a la investigación del Ministerio Público.
La investigación de la Dimabel ha obviado investigar respecto a una elemental cuestión, de una circunstancia grave y notoria que confirma –una vez más– el hecho de tráfico ilícito de armas.
A cualquier aprendiz del negocio de importación de armas de fuego o funcionario de la Dimabel no le pasaría por alto que el documento indispensable para que cualquier país productor autorice la exportación (en este caso Israel), así como para obtener la autorización del tránsito de la carga (España), es la autorización de importación y el certificado de destino final expedidos por la autoridad del país importador, que en Paraguay es la Dimabel. Estos mismos documentos son requeridos además para la tramitación en las aduanas de origen, de tránsito y de destino final.
¿SE FRAGUARON DOCUMENTOS?
Cuando Área Límite SA se presentó ante la Dimabel a solicitar autorización de importación de dichas armas, su carga se encontraba no solamente embarcada sino en tránsito con destino a nuestro país. La única respuesta posible razonable es que Área Límite SA haya falsificado los documentos que debió proveer indefectiblemente para que la mercadería le sea consignada y embarcada con destino a nuestro país, previa autorizaciones de exportación y tránsito expedidas por las autoridades de Israel y España.
Increíblemente no se les ocurrió investigar dicha posibilidad al alcance de la mano, sabiendo que los fabricantes y países exportadores están obligados a responder a pedidos de informes de las autoridades regulatorias en la materia de los países de destino cuando le sean requeridos.
La firma Área Límite SA recusó al fiscal Marcelo Pecci antes de su asesinato y por tal razón pasó a manos del fiscal Federico Delfino. Sin embargo, sus representantes participan de asiduas reuniones en la sede de la Dimabel, con su mismo director, el Gral. Aldo Ozuna, y su equipo de colaboradores más cercanos, quienes ordenan a los funcionarios la máxima colaboración con la empresa para que puedan solucionar sus problemas en la institución y señalando que en el Ministerio Público la cuestión está controlada por el Gral. Ozuna, quien se jacta de su amistad con el fiscal Federico Delfino, forjada en el tiempo que coincidieron en el norte del país en la lucha contra el EPP.
En definitiva, el encubrimiento sistemático de un grave caso de tráfico de armas por parte del Gral. Aldo Ozuna, director de la Dimabel, constituye una nueva arista a su nefasta actuación al frente de la institución.