Una fuente del Palacio de López dio detalles del procedimiento que estuvo a punto de frustrarse por la incontinencia de leales a Marito como el inefable Mauricio Espínola. El informe de Seprelad estuvo rondando por la sede presidencial por semanas hasta que una asesora pidió que se abrevie y se retoque para hacerlo más “masticable” para los periodistas. Este retoque supuso bajar de 160 páginas a 43. Luego la misma asesora entregó las copias con una condición: aguardar que Seprelad entregue el informe a la Fiscalía para así instalar la versión de una filtración desde tal institución. Pero no fue una filtración, fue una entrega.

Las airadas declaracio­nes del ex ministro del Interior con relaciones con narco Arnaldo Giuzzio en el mes de enero en contra de Horacio Cartes despertaron en primer lugar el respaldo del propio presidente Abdo Bení­tez, pero después que la Fis­calía tomó la denuncia con fines de investigación se pre­sentó una necesidad urgente: contar con un trabajo más o menos confiable, que avale las acusaciones de Giuzzio. Desde la propia oficina del Vicepresidente habría par­tido la orden que tales inves­tigaciones se produjeran en Seprelad, y de hecho hizo una reunión en su oficina sobre el tema, que es público.

MESES DESPUÉS

Al arribo del mes de mayo de este año, habría existido una fuerte presión para que el relato de Seprelad estu­viera concluido y filtrado a los medios. La caída de dos ministros del gabinete a causa de conexiones narcos, las nue­vas revelaciones posteriores, el caso del hermano del Vice­presidente y otros hechos car­garon de nervios al pedido de una mayor celeridad.

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Sumado a ello el fracaso en el intento del Vicepresi­dente de copar el Ministerio Público con la imposición de un leal, aún mejor si fuera su esposa, en tal función.

Antes de la quincena de mayo “el informe” se concluyó. Pero la asesora del Palacio puso reparos en la extensión del reporte y sobre todo que a la prensa habría que entre­garlo “mucho más digerido”. Fue cuando se convocó a un ministro y a un ex ministro a trabajar en tal misión de redu­cir el volumen y volverlo más espectacular. Ínterin tam­bién se producían “raras” revelaciones coincidentes por parte de la senadora Masi y el secretario Mauricio Espínola, muy vinculados al texto que después se reveló.

El Presidente no quiso estar ajeno al show y en dos o tres incursiones políticas elevó el tono de discurso y sacó pecho anunciando su “lucha contra el mal”. En el día previo a la divulgación en los medios, un joven polí­tico, ya con cierto rodaje, fue a anunciar al Palacio que, al igual que otros, iba a migrar hacia Honor Colorado. El mensaje que recibió en ese mismo recinto y por parte de las más altas cumbres fue: No te vayas porque sale una denuncia contra Cartes.

Esto configuraría un involu­cramiento de los principales cargos de la República en el uso político proselitista de un informe de Seprelad, entidad en pleno proceso de revisión de gestión en Gafilat. Desde donde se mire es grave.

NUNCA FUE FILTRACIÓN

Una vez que el ministro y el ex ministro terminaron el resu­men –no se sabe si el ridículo relato de la compra de cigarri­llos por parte de las empresas es solo parte del resumen o es del texto final– lo enviaron al Palacio de López y, tras la apro­bación de la asesora, la misma hizo llegar al Grupo Vierci y al Grupo Zuccolillo para su divul­gación.

Pero el envío del paquete (con tufo a pescado podrido) tenía un pequeño pedido expreso: aguardar que Seprelad lo remita a la Fis­calía y allí se dé entrada al informe. La torpe idea era que todos creyéramos que la “filtración” fue desde el Ministerio Público.

Pero no fue una filtración, fue una burda e ilegal entrega.

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