En julio del año pasado la Federación de Camioneros iniciaba un paro nacional, la medida duró veinte días y las consecuencias fueron letales desde lo social, lo económico y ni que decir lo político. Se perdieron puestos de trabajo, materia prima, productos, millones de dólares. Si el poder desgasta, las crisis en el poder desgastan aún más. El daño fue inconmensurable. Durante todo este proceso se vieron apoyos al paro de parte de sectores políticos.
Uno de los más identificados fue el Frente Guasu. Enviaron diversas señales y evidencias de que los camioneros eran su fuerza de choque. En igual sentido se dio con una fracción del oficialismo, llegando incluso a que poco tiempo después de concluir el paro este sector recibió el apoyo y compromiso electoral de los camioneros en un acto.
Amigos son los amigos, es el nombre de una serie argentina de televisión que fue un éxito en nuestro país en la década de los noventa. En la misma, dos hombres inician por casualidad una relación que termina fortalecida por el tiempo y transformada en una amistad a toda prueba. Tan fuertes eran los lazos que se mostraban entre ambos protagonistas que el mensaje central sería: a los amigos hay se los acepta y comprende aún en los peores momentos y aunque cometan los errores más tontos e inesperados.
Hoy estamos de vuelta ante un paro de camioneros y todas las consecuencias parecen mostrar que serán las mismas, a pesar que de que se esperaría que en esta oportunidad sean menores que en la primera ocasión ya que la reacción de una parte del Gabinete fue mucho más veloz. La realidad es que la multiplicidad de reclamos complejiza tremendamente cualquier negociación. Lo de los camioneros es apenas uno de los frentes, que logra mucha mayor visualización por la capacidad de impedir el constitucional derecho que tenemos los paraguayos del libre tránsito.
A estas horas, el presidente del Senado se vio forzado a suspender la sesión extraordinaria donde se debía tratar el proyecto de ley que proponía un fondo de cien millones de dólares que serían asignados a un subsidio en el precio de los combustibles. En el mejor de los casos, la sesión podía no tener quórum y en el peor escenario ser rechazada. En ambos implicaban lo que nadie quiere: extender la crisis.
Una de las fuerzas políticas que manifestó el rechazo al proyecto es el Frente Guasu, la misma que es parte de la mayoría que tiene preponderancia en la Cámara Alta, en amistad con senadores del oficialismo. La misma que había dado diversas señales de que los camioneros eran sus amigos. Tal vez, y solo tal vez estemos ante la primera muestra de lo que se viene advirtiendo desde hace mucho tiempo: en política, los amigos no son los amigos.