Panem et circenses (literalmente “pan y espectáculos del circo”) es una locución latina peyorativa de uso actual que describe la práctica de los gobiernos que, para mantener sedada a la población y tapar escándalos provee al pueblo de alimentos y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas.

Esta frase se origina en Roma en la Sátira X del poeta latino Juvenal (100 a. C.). En su contexto, la frase en latín se usa para graficar el elemento sobre el cual el pueblo romano prestaba atención.

El autor muestra su desprecio por la decadencia de sus contemporáneos. Los políticos romanos diseñaron una estrategia para ganarse el voto de la plebe logrando su simpatía: regalando comida barata y entretenimiento se conseguía la alienación del pueblo, despojándose de su espíritu crítico mientras a la vez se sentía satisfecho por esa falsa generosidad de los gobernantes.

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Esta estrategia demostró ser una forma muy efectiva de acceder al poder. Juvenal hace referencia a la práctica romana de proveer trigo gratis a los ciudadanos romanos, así como ostentosas representaciones circenses y otras formas de entretenimiento como medio para ganar poder político. Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o venderlo muy barato, a los más humildes. Siglos más tarde, continuaría la costumbre repartiendo dos panes gratuitos por día, y el circo seguía.

Mientras la agenda de un sector de la política muestra su peor rostro y tiene como única obsesión sacar a Sandra Quiñónez del Ministerio Público, la gente tiene otras prioridades. Pasa que la gente se volvió demasiado exigente: comer, comprar combustible, poder llegar al trabajo, al turno en IPS que le llevó tres meses conseguir o a su sesión de quimioterapia de la cual depende su vida (todo esto sin depender del humor de los camioneros), llevar a sus hijos a la escuela. Estos y otros lujos más a los que están acostumbrados en el primer mundo. El circo que se vio ayer en la Cámara de Diputados, protagonizado por un sector de las fuerzas políticas representadas (Añetete/Fuerza Republicana, sectores del PLRA y otros partidos de la pseudooposición que en realidad son más afines al oficialismo) fue de los peores circos de los muchos que se han visto. Se presentó el libelo acusatorio, se solicitó la sesión extraordinaria, hay quórum, los que pretenden desalojar a Sandra Quiñónez exponen los argumentos a favor del juicio político, posteriormente estos mismos se retiran de la sala de sesiones y el aparato político y mediático quiere enmarcar el debate de agenda pública y asignar culpas a quienes no presentaron el juicio político, ni pidieron la sesión y con suerte apenas lograron exponer algunos argumentos en contra de la iniciativa.

Estamos frente a un caso de delirio importante. Otro elemento es que se pretende instalar que hubo un sector que se alzó con la victoria en esta batalla. Otra mentira, todos pierden. Incluso, y aunque el Poder Judicial silbe y mire para arriba está sacrificando su bien más preciado: la independencia.

Lo que sucedió ayer fue de los peores circos. Porque hoy pasó el show y la gente sigue sin pan. Y sin huevos.

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