La escena gráfica de las sillas voladoras representa de ante­mano a la convención liberal, trayendo a la memoria que desde años se convirtió este hecho en un acto de protesta partidaria. Los abucheos, gri­tos y agresiones siempre ame­nizaron el ambiente de inter­nismo que se vive en carpas del Partido Liberal.

Ayer, para recibir a los casi 600 conven­cionales, las sillas de plástico fueron instaladas y prepara­das por la organización parti­daria, pero lo peculiar fue que se recurrió a los cintillos de plástico para evitar que sean arrojadas y convertirse esa escena en el cuadro principal de la convención.

Esta medida de seguridad no duró mucho tiempo, porque ni bien empezó el acto central los cintillos fueron cortados y desatados por los dirigentes. La decisión fue calificada de “antiarrojo” por el liberal y político Eduardo Nakayama. “Algunos ya están calculando cómo tirar de a cuatro o cinco tipo boleadora”, expresó.

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