En junio del 2020 la Comisión de Supervisión de Compras, presidida por Arnaldo Giuzzio, presentó un informe de que no hubo daño patrimonial en la compra fallida de medicamentos al clan Ferreira. Un mes después, a pesar del guiño político, la Fiscalía imputó a Justo y Patricia Ferreira, accionista y directora, respectivamente, de la firma por contrabando, asociación criminal y producción de documentos no auténticos.
A dos años del inicio de la pandemia, las compras covid que resultaron en un gran robo a la salud quedaron impunes gracias al blanqueo de la Comisión de Supervisión de Compras Covid, presidida por Arnaldo Giuzzio, que no vio irregularidades y se lavó las manos aludiendo que no hubo daño patrimonial al Estado.
El 18 de abril del 2020 arribó al país un cargamento con medicamentos e insumos hospitalarios tras una acelerada licitación de US$ 13,5 millones, que había sido liquidada en 72 horas. El gran adjudicado fue el clan Ferreira, que en teoría se presentó como dos empresas ganadoras; Eurotec SA e Insumos Médicos SA (Imedic), pero luego se reveló que ambas firmas pertenecían a una misma familia.
Eurotec estaba representada por Marcelo Ferreira e Imedic por Patricia Ferreira, ambos hijos de Justo Ferreira.
El caso no termina ahí, dado que, además de tratarse de una licitación direccionada, se produjo un gran escándalo por el ingreso irregular de los medicamentos y de los insumos, que además eran de dudosa procedencia.
Los insumos provenían de China e India y no contaban con los registros para su comercialización y nacionalización, para el ingreso al país de dicho cargamento incluso estuvo involucrado personal aduanero; sin embargo, para la comisión presidida por Giuzzio nada de esto fue motivo de sanción y terminó blanqueando la compra.
La comisión que debía fiscalizar las adquisiciones realizadas en pandemia se encargó de minimizar este fracaso de gestión. En junio del 2020, Giuzzio quiso enfriar el caso, alegando que no hubo daño patrimonial ni pérdidas, esto cuando ni siquiera sabía si se iba a cobrar la póliza de G. 25.000 millones tras la fallida compra.
No obstante, esto fue de contramano con lo que observó la Justicia, dado que el Ministerio Público terminó realizando numerosas imputaciones. En julio del 2020, Unidad Especializada contra Delitos Económicos y Anticorrupción formuló imputación contra Justo Ferreira, Patricia Ferreira y otras cinco personas, entre ellas personal aduanero, por la supuesta comisión de los hechos punibles de contrabando, producción de documentos no auténticos y asociación criminal.
Es llamativo que para Giuzzio este suceso no haya sido de mayor trascendencia; sin embargo, recordemos que la explosión de este caso también ocasionó la renuncia de la directora de Vigilancia Sanitaria Lourdes Rivaldi y del director de Administración y Finanzas del Ministerio de Salud Alcides Velázquez, por verse salpicados en este escándalo al conocerse que incluso compraron camas a precio de “oro”.
La licitación estipulaba la compra de medicamentos, mascarillas, trajes de protección y camas, que eran de una marca diferente o contaban con alguna característica que difería al contrato, esto sin mencionar que eran defectuosas.
En el acta de imputación también se menciona sobre el ingreso irregular de las camas. “No se encontraban incluidas en la declaración de llegada, pero fueron despachadas con una documentación adulterada”, señala el documento.
La comisión presidida por Giuzzio e integrada por el ministro de la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), René Fernández, prefirió no ver este alevoso robo a la salud; sin embargo, Eduardo González, abogado y apoderado de la Asociación Nacional Republicana (ANR), señaló que esta acción le valió al actual ministro del Interior para atornillarse al cargo, y que de hecho es lo que lo sostiene.
“Es notable, la Justicia dice una cosa y él nunca vio. Ese es uno de los detalles por el que no puede ser cambiando, porque evidentemente si sale del Gobierno va a empezar a decir cosas, que es lo que se quiere evitar”, señaló en una entrevista radial.
Mientras para Giuzzio el caso está cerrado, aún vive en la memoria de la ciudadanía, que aguarda que se haga justicia y se castigue a los responsables.