En la víspera, a la edad de 93 años, el sacerdote jesuita Francisco de Paula Oliva, más conocido como pa’i Oliva, dejó de existir. Su deceso se dio alrededor de las 15:00, según dijo la historiadora Margarita Durán Estragó.

Pa’i Oliva, sin dudas, fue una de las figuras más respetadas y representativas de los vecindarios que circundan la capital del país en la ribera del río Paraguay, como el Bañado Sur.

Al mismo tiempo, era una persona muy querida por las familias del humilde barrio ribereño.

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Por muchos años trabajó con las familias de los bañados y fue reconocido en vida como el “padre de los bañadenses”, tanto en su labor misional religiosa como por la defensa de los derechos humanos y la reivindicación de causas sociales.

Hace poco, pa’i Oliva recibió la visita de la reina Letizia de España, quien visitó nuestro país.

Hace dos años el padre enfermó seriamente, pero resistió y pidió volver a su casa del Bañado Sur, donde deseaba vivir sus últimos días de vida. Finalmente, este pedido no pudo ser cumplido, ya que necesitaba del cuidado especial de enfermeros y profesionales, por lo que finalmente aceptó vivir en Taita Róga, lugar donde falleció y donde van los sacerdotes jesuitas retirados.


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