Ocho meses después de revelarse el escándalo, terminada pero no inaugurada, ahora la “pasarela de oro” construida por el MOPC vuelve al tapete. Esta vez por la lentitud en que avanzan las investigaciones, así como los baches de las mismas.
Uno de ellos es el hecho de que el denunciante de la irregularidad, el arquitecto Jorge Kronawetter, no ha sido llamado por la Fiscalía para aportar datos acerca del caso.
La obra, que costó US$ 2 millones según cifra oficial, tendría en precio de mercado un precio que no sobrepasa los US$ 500.000, según cálculos de ingenieros privados.
“Aún no fue llamado, los tiempos de la Fiscalía no son los mismos de los medios”, respondió ayer el fiscal Luis Piñánez cuando le preguntaron si Kronawetter prestó declaración.
Este fue destituido poco después de visualizarse la sobrefacturación en la obra, conocida como “pasarela de Ñandutí”, construida por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
“El Ministerio Público abrió una investigación con base en un medio de comunicación y con base en una denuncia presentada por los diputados”, dijo el fiscal Piñánez al ser preguntado acerca del estado del proceso.
El mismo manifestó que la totalidad de los que integran la planilla de funcionarios afectados a la obra es sospechosa de haber tenido alguna participación, por lo que la evolución del expediente se torna lenta.
“Todos los funcionarios del MOPC que participaron del proceso son sospechados de una investigación por lesión de confianza. Entonces, no van a ser llamados como testigos todavía. Van a ser llamados por declaración indagatoria”, acotó.
Tanto el ministro del MOPC, Arnoldo Wiens, como otros subalternos, hasta el momento no dieron a conocer los argumentos legales que presentaron ante el Ministerio Público para justificar el sobrecosto de la construcción.
A la par de eso, el ente estatal se muestra renuente a inaugurar oficialmente la cuestionada pasarela, alegando que al estar en litigio no corresponde aún hacerlo.