La familia de Óscar Denis, el ex vicepresidente de la Repú­blica, quien sigue secuestrado por un grupo criminal, dirigió una carta a la misión de eva­luadores del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat), en la cual exhortan que requieran al Gobierno paraguayo que se incorpore una agenda estatal con accio­nes para combatir el lavado de dinero proveniente de la industria del secuestro.

“Creemos que es indispensa­ble y urgente que a estas estra­tegias de combate físico se sume el combate al lavado de dinero producto del secuestro y la financiación a este grupo criminal por parte de estruc­turas invisibles que permiten su subsistencia y crecimiento sostenido”, expresan Beatriz, Silvana y Lorena Denis en la parte final de la nota con fecha 1 de setiembre.

“Exhortamos a los señores evaluadores que requieran al Gobierno de Paraguay incor­porar en la agenda estatal de manera urgente las acciones necesarias para combatir y erradicar el lavado de dinero del secuestro y la extorsión que se da por medio del cobro de ‘cuotas revolucionarias’”, remarcan la esposa e hijas del político liberal, que fue privado de su libertad por el grupo criminal autodeno­minado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), desde el 9 de setiembre del 2020. Recor­daron el primer secuestro del grupo criminal al que convir­tieron en industria.

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“La industria del secuestro en Paraguay por parte del grupo terrorista EPP ha ini­ciado en el 2002 con el caso de la señora María Edith Bor­dón de Debernardi, quien fue liberada luego del pago de un millón de dólares y tras 64 días de cautiverio”, describen las Denis. Destacaron que con los secuestros realizados por los criminales se han fortalecido sus equipos; sin embargo, en sus hechos delictivos se han sumando asesinatos, abigea­tos, reclutamientos de meno­res, extorsiones, entre otros.

Mencionaron también la carta enviada a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Nacio­nes Unidas para los Derechos Humanos, donde expusie­ron angustia, desesperación e incertidumbre sobre la vida y el paradero de su padre secues­trado. Señalan también a los evaluadores del Gafilat que detrás de “este grupo terro­rista opera un grupo invi­sible que colabora en uno de los negocios más lucrati­vos en Paraguay: el lavado de dinero producto del secuestro y la extorsión. Estamos ante sumas exorbitantes que per­miten que esta actividad cri­minal siga subsistiendo desde hace 2 largas décadas y tras varios gobiernos de turno”.

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