Miguel Marecos, titular del Sindi­cato Nacional de Directores de Institucio­nes Educativas Públicas (Sinadi), indicó que el gran pedido de los docentes es la suspensión de clase presen­cial hasta finales de junio, a fin de que el sector educa­tivo pueda tener las condi­ciones de bioseguridad, ya que hasta hoy en día son innumerables las carencias en las escuelas y colegios que no están en condiciones de dar clases presenciales.

Asimismo, abogó que el Gobierno provea de vacunas para todos, en especial para el sector educativo, para no seguir lamentando muer­tes de docentes, directores y supervisores que a la fecha suman 155 los fallecidos desde febrero de este año.

“El regalo más grande que el Gobierno puede dar en este tiempo de pandemia a los docentes en homenaje y honor a los 155 fallecidos, desde febrero de este año a la fecha, es que vayamos a clases virtuales, todo el pri­mer semestre como mínimo”, manifestó en comunicación con La Nación.

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Al respecto, el profesor Marecos indicó que desde el próximo lunes 3 de mayo volverían las clases híbri­das (presenciales y vir­tuales), según el decreto del Ejecutivo, y queda a criterio de cada escuela y colegio definir si están en condiciones de llevar ade­lante sus clases presencia­les. A lo cual, el gremio no está de acuerdo por tres aspectos fundamentales, para mantener las clases virtuales hasta finales de junio, y pensar en volver a las aulas en forma presen­cial hasta después de las vacaciones de invierno, es decir, mediado de julio.

“Si mantenemos, podríamos mejorar el sistema de bio­seguridad, que no tenemos aún en condiciones en las 1.600 instituciones educa­tivas. Mejorar el sistema de infraestructura, de las aulas que no tienen buena ventila­ción, muchas de ellas están con balancines antiguos en las ventanas que no se pue­den abrir. A esto sumar las vacunas que van a llegar”, precisó.

CAMPAÑA DE VACUNACIÓN

Marecos resaltó que el otro gran regalo va ser la inmuni­zación del sector docente, aten­diendo que en solo dos meses y un poco más, han lamentado la muerte de 155 docentes. “De este número de fallecidos, uno es una supervisora de Ybycuí, 10 son directores de institucio­nes educativas, y el resto todos son docentes”, comentó.

Finalmente, aprovechó para felicitar a todos sus colegas docentes, resaltó que esta pro­fesión es un apostolado, y son personal de trinchera al igual que los médicos y enfermeras. “Nuestro trabajo no tiene pre­cio en términos financieros el trabajo que hacemos, noso­tros no nos vamos por el sala­rio, vamos porque nos gusta, a pesar de saber que el sala­rio no es bueno. Por eso feli­cito a los 75.000 docentes que están en las trincheras en el campo de batalla, dando lo mejor de sí para formar a los niños y jóvenes, y mediante eso tener un Paraguay mejor en el futuro”, concluyó.

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