POR LOURDES TORRES, PERIODISTA, lourdes.torres@gruponacion.com.py
El analista político sostuvo que no hay líder que se esconda y menos en tiempo de crisis; el liderazgo requiere tener una visión de futuro y visibilidad.
Desde que se desató esta segunda ola del covid-19 en Paraguay y llegó a sus picos más críticos en este mes de marzo del 2021, se notó y cuestionó el ausentismo total del presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Este hecho se intensificó desde que comenzaron los reclamos ciudadanos a raíz del silencio y la ausencia en los momentos más álgidos de esta crisis sanitaria, social, económica y hasta política que se ha visto en los últimos días.
Desde La Nación se buscó la opinión de expertos en materia política, a quienes se les consultó si es oportuno o no el silencio del presidente Abdo. En tal sentido, Roberto Izurieta, analista político y académico de la Universidad George Washington, señaló que en el mundo no hay líderes modernos “que no estén en comunicación constante y permanente en las redes sociales y también los medios formales, aunque la mayoría de ellos lastimosamente han sido cómplices y encubridores de un sistema político arcaico y disfuncional”.
Indicó que el Paraguay entra a un nuevo encierro sin que nadie crea en sus líderes políticos. “Cuando el liderazgo deja de oír y se encierra en su entorno o, peor aún, cuando lo único que supuestamente lee es la Biblia (cosa que tampoco creo mucho, a no ser que no haya aprendido nada), solo le queda el camino de la represión, el silencio o la mentira. Al fin al cabo es como fueron educados”, manifestó.
Izurieta señaló que el liderazgo requiere tener una visión de futuro y visibilidad. “No hay líder que se esconda”, enfatizó. Señaló que los líderes trabajan incansablemente en construir el país del futuro. “Lo hacen con capacidad de gestión, con transparencia, ofreciendo resultados, pero también comunicándoles a sus ciudadanos los progresos y los retos”, explicó.
ABIERTO A LAS CRÍTICAS
El analista político señaló que si verdaderamente se busca cambiar, se debe estar abierto a la crítica. Es en claro, confiado en abrir el debate, Izurieta señala que el triunfo de Mario Abdo fue el triunfo de esa vieja estructura política y mediática frente al desafío de un cambio, moderno e independiente de sus directrices. “El populismo vive de la mentira y el engaño, confiado en la ignorancia de sus víctimas. Y el viejo partidismo es transaccional, vive de los privilegios de contratos del Estado que se negocian debajo de la mesa y de la oferta de un empleo sin funciones”, comentó.
Señaló que, en lo personal, no es de la idea de cambiar lo poco por la nada, de un borrón y cuenta nueva. Al respecto, explicó que esos nuevos políticos sin experiencia o capacidad terminan siendo peor que los anteriores. “El país no está en esta urgencia para cantos de sirenas. Las cosas cambian poco a poco, con la gente, pero deben cambiar en la dirección correcta”, indicó.
Respecto a la convulsión social, indicó que la gente tiene razón de sentir rabia y de igual forma manifestó su empatía a flor de piel. “La gente tiene razón de exigir parar esos privilegios. Comparto el miedo de la gente que debe afrontar otra ola de contagios con un liderazgo de incompetencia y silencios intermitentes entre mentiras”, expresó.
FALTA LÍDER DE FUTURO
El analista Izurieta señaló que en nombre de la estabilidad institucional y política solo nos queda esperar, solo que el virus no espera y ataca como ha atacado al Paraguay. “La persistencia de un sistema político arcaico y la complicidad de muchos medios de comunicación a cambio de algunos denarios (para quienes leyeron solo un libro me puedan entender). ¡Eso es traición! Traición a la patria, traición a la esperanza de un cambio porque el Paraguay es mucho más viable como nación que cualquiera de los países vecinos y lo ha demostrado en su historia. Lo que le falta son los líderes del futuro que la pandemia exige que sean los líderes del presente. Dios bendiga al Paraguay”, concluyó.