El ministro de Relaciones Exteriores, Euclides Acevedo, fiel a su estilo, al ser consultado acerca del estado de las negociaciones y las entregas de las vacunas del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax) expresó, este viernes, en Palacio de Gobierno: “Yo ya quiero organizar una quiniela para ver cuándo llegan. Vamos a tomarlo con humor”. Con relación a lo pagado, dijo: “Esperemos que lo que teníamos que recibir esta semana, unas 65.000 (vacunas), bueno, lleguen la próxima semana”.
¿Qué pasó con las vacunas de Covax?, consultaron al canciller, a lo que respondió: “Esa una pregunta casi metafísica que hay que preguntarle al inefable Dr. Escoto para saber qué realmente ha pasado con ellas. Yo no te puedo decir porque no tengo capacidades mágicas”. Acevedo indicó que no se reunió ni se encontró con Luis Roberto Escoto, representante en Paraguay de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Al ser consultado acerca de si seguiremos vacunando a la gente con donaciones, Acevedo aseveró: “Da igual que sean donaciones, las vacunas sean donadas o no, lo importante es que sea una vacuna. Nosotros apelamos a la solidaridad. No a la mendicidad. No vamos a jugar de churros. Si hay donaciones, las aceptamos”.
INDIA Y EEUU
En cuanto a las donaciones de gobierno indio, expresó que “lo único cierto y seguro es que el domingo, a las 17:30, llegarán las 100.000 dosis de la vacuna india (Covaxin), de las 200.000 que el gobierno ha donado”. Consultado acerca de las autorizaciones paraguayas, dijo que en breve estaría siendo autorizada su aplicación en Paraguay.
Respecto a la negociación de dosis de AstraZeneca en Estados Unidos, dijo que en algunos días se podría tener una respuesta para que, eventualmente, se firme un contrato para la compra de los inmunizantes. Refirió que la ventaja con esta farmacéutica es que, si se firma, llegarían 2.000.000 de dosis de una vez. Acevedo confía en que avance.
RUSIA Y CHINA
En referencia a las vacunas rusas Sputnik V, Acevedo informó que aún no cuentan con una información precisa. Lo que se sabe es que a fin de mes hay un lote importante que va a venir de la Federación Rusa. Indicó que en conversaciones con el embajador ruso no les quiso dar ni el monto ni la fecha de entrega. “Monto razonable, en fecha en breve”, dijo el canciller Acevedo.
Consultado sobre su viaje al Consulado de la República Popular China en San Pablo, Acevedo se retractó y dijo que “no está calendarizado”, dando a entender que no será prioridad del gobierno adquirir vacunas chinas Coronavac de la biofarmacéutica Sinovac Biotech. La portavoz china indicó el miércoles pasado que solo cooperan con vacunas a pedido de los países. Sobre condicionamientos de China y de Taiwán, dijo que ese es un problema “entre chinos”.
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El periodismo necesita y tiene derecho a saber
La sociedad tiene derecho a saber y quiere saber. Los periodistas vamos por ello. Pero la mentira y el ocultamiento complejizan nuestro trabajo. Contar historias es peligroso.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza / AFP
Cada día con mayor insistencia coincidentes analistas consideran que “nuevamente” la humanidad se acerca peligrosamente a la guerra. De hecho, en la Unión Europea (UE) se teme que el conflicto entre Rusia y Ucrania, en el norte europeo, pudiera ampliarse e involucrar a otros países. Angustia social.
Los mismos miedos emergen en Oriente Medio, donde las acciones violentas entre el grupo terrorista Hamás e Israel hacen temer lo peor. La dignidad humana vuelve a ser vulnerada. Por los unos, por los otros y hasta por los nadie que descreen de esa condición, no la reconocen ni parecen tenerla. ¿Sus nombres? Para qué reiterarlos. Bien que los sabemos. Así estamos. Y tememos. ¡Grave!
La sociedad tiene derecho a saber y quiere saber. Los periodistas vamos por ello. Pero la mentira y el ocultamiento complejizan nuestro trabajo. Contar historias es peligroso. “La prensa está bajo fuego”, denuncia una y otra vez en donde se encuentre Guilherme Canela, jefe de Libertad de Expresión y Seguridad de los Periodistas de la Unesco.
“La vida no vale nada cuando otros se están matando”, canta Pablo Milanés acongojado. Millones queremos saber. Por nosotros y los otros. Somos periodistas. Tenemos que hacerlo. Tenemos que saber para hacer saber. La búsqueda de información se hace en cada instante más compleja. “El arte del engaño”, como Sun Tzu llamaba a la guerra, dinamita la verdad.
La política y los mercados la ocultan y amordazan a quienes pueden querer contar. Incluso con “acuerdos de confidencialidad” para clausurar filtraciones informativas. Pero, pese a todo, tenemos que informarnos para informar. Pero no nos quieren responder o mienten cuando lo hacen. Desde siempre ha sido, es y será así el complejo trabajo de procurar ese dato para que todos sepan. Es un derecho de todos.
MENTIRA ESTRUCTURAL
“La vida no vale nada si escucho un grito mortal / Y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga”. No calles, Pablo. ¿La mentira estructural capilariza en las instituciones? Tal vez. O, por lo menos, sé que existen quienes lo intentan o lo recomiendan. Y hasta cobran honorarios por el (des)honor de hacerlo. Los ejércitos se rediseñan para operar la desinformación. Ya casi no quedan fuerzas en la sacudida aldea global sin organizar –como armas– secciones, compañías, batallones o la estructura que fuere para lo que eufemísticamente llaman ciberguerra, para la ciberdefensa, para la ciberseguridad.
¿Serán tiempos de todo vale? Si no lo son, se parecen mucho. Hasta Pantaleón Pantoja, aquel tan oscuro como intrascendente capitán del Ejército peruano de ficción, que magistralmente creó Mario Vargas Llosa en 1973, es largamente superado en el mundo real por una minúscula élite de poderosos adictos a la perversión, a la mentira y al engaño.
“La vida no vale nada si ignoro que el asesino / Cogió por otro camino y prepara otra celada”. ¿Juglares o periodistas? Periodistas… y juglares. Como en la Edad Media, aunque en tiempos digitales. Ese es nuestro trabajo.
Sospecho que tal vez (¿o seguramente?) Gruneisen, Honan, Walton, Gueroult, Didier, Höfken o Loring, corresponsales de periódicos alemanes, ingleses, franceses de los que muy poco se conoce o sabe, que cubrieron en España la Primera Guerra Carlista entre 1833 y 1840; o acaso el mismísimo William Howard Russell, el primero de los corresponsales de guerra reconocido por la historia que en 1854 fue enviado por The Times para cubrir las acciones bélicas en Crimea, habrán tenido y padecido las mismas dificultades, las mismas dudas y los mismos engaños para acercarse a la verdad cuando quisieron informarse para informar.
Los trabajadores de prensa, como también se nos llama, tenemos claras las dificultades y riesgos de hacer público lo que desde el poder se pretende ocultar. La humanidad –a la luz de la historia– pareciera que en algunas cosas se repite. ¿Atrapados en la banda de Möbius? ¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo se deben proteger valores sociales como la libertad de expresión, el acceso a la información –claros derechos humanos, de todos y todas, no solo de periodistas y comunicadores– en un Estado democrático de derecho?
LIBERTAD
Allá por 1994, en el siglo pasado, en un texto de Niceto Blázquez titulado “Ética y medios de comunicación”, leí que “el periodismo es importante como registro histórico, como expresión de la sociedad, como desarrollo del conocimiento y porque fundamenta la libertad de personas y de sociedades”. El autor sostiene también que “el periodismo aporta elementos que, a pesar de sus limitaciones en exactitud, en análisis o en enfoque, contribuyen a la conservación de la memoria colectiva”.
Y, más adelante, destaca que “la más conocida razón de la importancia del periodismo es que, al servir como canal de expresión de la sociedad, impulsa cambios en la historia” porque “cada una de sus informaciones tiene un potencial de cambio que, al activarse, le imprime una dinámica de desarrollo a la vida social” y, desde esa perspectiva, acuerda con el maestro Gabriel García Márquez en que “lo mejor de la actividad periodística” se encuentra en “la posibilidad de cambiar algo todos los días”.
Así entonces enfatiza que “la sociedad necesita del periodismo tanto como el cuerpo humano de sus órganos de los sentidos”; precisa que “contribuye al desarrollo del conocimiento de la realidad” y resalta que ninguna “sociedad puede ser libre si no conoce la realidad de lo que sucede” porque, si no fuera así, “cuando no hay ese conocimiento, sociedades e individuos son manipulables”.
El 22 de setiembre de 2016, con las palabras de Blázquez, la Fundación Gabo, en su “Consultorio ético”, consignó “¿Por qué es importante el periodismo?”. Claramente, Blázquez, al igual que otros pensadores que en algunos casos son periodistas, aportó claridad al oficio de informar en tiempos que –tal vez como en la actual contemporaneidad– evidencian que la sociedad en su conjunto es protagonista de un cambio epocal perceptible en innumerables prácticas sociales primero y profesionales después.
Es tan necesario como urgente enfrentar la “desinfodemia” que aparece como indetenible. Periodistas y sociedad civil debemos asumir con convicción profunda que la libertad de expresión es la herramienta imprescindible para demandar derechos consolidados y construir nuevos valores sociales que claramente necesitan protección.
INTERÉS SOCIAL
Sin esa convicción, ¿cómo saber lo que debemos saber? ¿Cómo informarnos para informar? ¿Cómo llegar a ese dato al que no todos podemos llegar y es de clarísimo interés social? ¿Con qué herramientas contamos para verificarlo, contrastarlo y, tal vez, publicar? ¿Está la información al alcance de todos? ¿Hay simétrica posibilidad de acceso a la información? ¿Hay quienes tienen más acceso que otros para informarse y operar sobre la realidad o intentar construirla? ¿Cómo operan los dispositivos tecnológicos para resolver interrogantes como los planteados que lo son desde siempre en la historia del devenir humano porque son transversales a toda práctica y sector? ¿Siempre es así? ¿Cómo negarlo o aseverarlo?
Estamos frente a un dilema que pone en tensión varios conceptos desde la perspectiva de la sociedad civil respecto de múltiples polos de poder. A modo de ejemplo, pienso en el cambio climático que enfrenta dos proposiciones concretas a la vez que enfrentadas. “Es innegable que al medio ambiente lo afecta en particular la producción y quema de combustibles fósiles que producen efecto invernadero”, dicen unos. Los otros, los negacionistas, sostienen que se trata de “un proceso natural cíclico con consecuencias mínimas”.
Con ese marco los líderes planetarios debaten para encontrar un camino. ¿Con qué instrumento? Con la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCC, por su sigla en inglés) cuyos integrantes, en diciembre pasado, se reunieron en Dubái para participar de la Conferencia de Partes (COP) y abordar el conflicto. El debate fue intenso. Los enfrentamientos también.
Sin embargo, Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 13 de diciembre, cuando la conferencia hubo finalizado, fue claro y contundente: “A aquellos que se opusieron a (consignar) una referencia clara a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en el texto (final) de la COP28, quiero decirles que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es inevitable, les guste o no”. Guterres luego concluyó esperanzado su breve ponencia. “Esperemos que no llegue demasiado tarde”.
¿Qué pasará? La sociedad global tiene derecho a recibir información de calidad sobre la tragedia en ciernes. Con cada tormenta inusual, con cada sequía, con cada inundación, con cada incendio de bosques, con un terremoto en Nueva York, con cada fenómeno meteorológico como el que se abatió justamente sobre Dubái el martes pasado, afectada en forma directa o no, la sociedad civil quiere saber. Quiere tener certezas. Pero no lo consigue. Siente que algo grave pasa, que no consigue saber qué y crece la convicción de que “algo muy grave pasa y no nos dicen”. A través de periodistas, sistemas de medios o en las redes busca, pero no satisface la demanda.
“La información precisa y accesible al público es fundamental (…) en un Estado democrático de derecho”, sostuvo el Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, en el Club Nacional de la Prensa (NPC, por su sigla en inglés) en Washington DC, la capital de los Estados Unidos. Era casi el mediodía del martes último.
DESINFORMACIÓN
Los periodistas profesionales quieren saber cómo pararse frente a la desinformación y cómo informar con calidad para que todos y todas sepan sin categorizaciones. Algunos colegas tomaban café, aunque lo seguían con atención. El académico tiene la convicción de que “el periodismo de calidad es un bien público”.
Sabe también que –como lo reporta la Unesco en el informe de Tendencias Mundiales de 2021/2022– “el periodismo enfrenta muchas dificultades”. Comparte ese parecer y lo expresa. Execonomista jefe del Banco Mundial, Stiglitz, académico en la Universidad de Columbia, considera que “la pérdida de confianza en el periodismo” por parte de la sociedad civil es “consecuencia del aumento de la desinformación (en general) y en línea”.
En los últimos tiempos el catedrático aboga por crear políticas públicas que mitiguen los “daños sociales” que tal vez emergen de los desarrollos tecnológicos. “El individuo (ciudadano) puede (y tiene el derecho de) informarse sobre lo que el Gobierno está haciendo y/o lo que debería estar haciendo. Los economistas a esa búsqueda (de información) la consideramos (y llamamos) de ‘bien público’ porque beneficia a la sociedad en su conjunto y, por ello, nadie puede ser excluido de acceder a ello”, remarca.
Desde varias décadas estudia los fenómenos vinculados con la comunicación. De hecho, fue galardonado con el Nobel junto con sus colegas George Akerlof, de la Universidad de California, y Michael Spence, de la de Stanford, por el impacto en los mercados de “la información asimétrica”.
La economía –quién puede dudarlo– es claramente una ciencia social. Stiglitz asigna valor estratégico a la información. Aboga por medios independientes como propone la Agenda 2030 de Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) en la meta 10 del ODS 16. “Los medios independientes pueden ser el resultado, más que la causa, de una democracia sólida, el desarrollo (sostenible) y los derechos humanos”, resalta el profesor Stiglitz, quien entiende que “existe una correlación positiva entre el periodismo de calidad” y la solidez democrática.
No se puede tapar el sol con un dedo, afirma el dicho popular. “La comunicación es un elemento central en la vida social. Sea que se trate de la vida cotidiana, las organizaciones, el activismo, el periodismo, la política, o las corporaciones mediáticas y tecnológicas globales”, destacó, por su parte, unos pocos meses atrás el Consejo Mexicano de Ciencias Sociales (Comecso), que se reúne anualmente desde 1990.
ASIMETRÍA
En ese contexto –como Stiglitz– señala que “la comunicación (social) se desarrolla en escenarios asimétricos” y advierte que “las concentraciones de poder de cualquier tipo provocan desequilibrios en los procesos, contextos, medios, actores y prácticas de la comunicación”. Describe Comecso que las “asimetrías (en la comunicación) son multidimensionales, pues están atravesadas por la diversidad de género, etnicidad, nivel socioeconómico, región, entre otras” y, por ello, “abren problemáticas amplias, que van desde la falta de acceso a los medios y tecnologías para comunicarse, o las representaciones mediáticas injustas (…) o las opacidades en asuntos como la gestión de los datos digitales”.
Los académicos mexicanos puntualizan que las “asimetrías en distintos escenarios de la comunicación (que mencionan) atentan contra la democracia y afectan la toma de decisiones orientadas al bien común, en el contexto de crisis ambientales, sanitarias, políticas, sociales, educativas, culturales, científicas y económicas” y, con ese diagnóstico, proponen “el diseño y ejecución de políticas públicas” para asumir “el reto del consenso, la ética y los derechos humanos”.
Percibo coincidencias sustanciales entre las observaciones y los estudios realizados por el profesor Stigliz y la Comecso, al igual que en las preocupaciones. En ambos trabajos de investigación se reivindica –como premisa esencial– el pleno respeto de los derechos humanos. Se apoyan en la Declaración Universal que los consagra desde 75 años. Sin espacio para la confusión –más allá de múltiples interpretaciones sobre casos puntuales– ese documento de soft law no solo consagra el “derecho a la libertad de opinión y de expresión”, sino que precisa que ello “incluye” también la potestad “de investigar y recibir informaciones y opiniones” como así también “difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Para que ello sea posible, el profesor Joseph Stiglitz, en el NPC, apuesta a “crear un entorno robusto y saludable para el periodismo” como está previsto en la Declaración de Windhoek de 1993, “que establece que la prensa libre es fundamental para la democracia y un derecho humano”.
Propone “crear un entorno propicio para el periodismo profesional, (lo que) implica desarrollar regímenes legales que apoyan la libre expresión, como el derecho a contar. Destaca que para que el periodismo “pueda hacer su trabajo, necesita tener acceso a la información para poder ejercer el derecho a saber” para que otros sepan. Si bien luego consigna que “la mayoría de los medios de comunicación en las democracias son privados”, precisa que “hay evidencia (de) que (la existencia) medios de comunicación públicos fuertes mejoran la calidad y la confianza en los medios privados”.
Sin embargo, como problema puntualiza que “la mayoría de los países no los tienen”; que en otros se verifica “una enorme concentración de medios” y, en ese contexto, taxativamente opina en tono de advertencia que así como esos sistemas estatales con baja calidad democrática no son recomendables, “el poder del mercado socava la diversidad”.
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Argentina supera 180.000 casos de dengue, con 129 fallecidos
Argentina atraviesa una epidemia de dengue con cifras históricas que representan más de 6 veces que lo registrado en la temporada anterior 2022/2023. Entre fines de junio del año pasado hasta el 23 de marzo último, el Ministerio de Salud del vecino país contabilizó 180.529 casos, de los cuales 163.419 corresponden solo al 2024, y 129 fallecidos. Además, 398 casos fueron clasificados como dengue grave.
El boletín epidemiológico publicado el 2 de abril señala que el 90 % de los casos son autóctonos, 7 % en investigación y 3 % importados en lo que va de la temporada 2023/2024 (SE 31/2023 hasta la SE 12/2024). La incidencia acumulada hasta el momento para el total país es de 384 casos cada cien mil habitantes.
El panorama resulta crítico pese a que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) de Argentina aprobó en abril del 2023 la vacuna Qdenga contra el virus del dengue, desarrollada por el laboratorio japonés Takeda, que empezó a aplicarse en noviembre pasado para mayores de 4 años. Aprobado en la Unión Europea, Indonesia, Reino Unido, Islandia, Noruega y Brasil, el antígeno requiere de dos dosis, con un intervalo de tres meses, para obtener la protección contra los cuatro serotipos de la enfermedad.
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Brasil, Paraguay y Bolivia
En el mismo boletín se incluyen datos de la Plataforma de Información de Salud para las Américas (PLISA) de la Organización Panamericana de Salud (OPS) sobre la situación del dengue en otros países. En Brasil, hasta el 16 de marzo se reportaron 2.464.265 casos de dengue, tres veces el número registrado en el mismo período del 2023, y 561 fallecidos.
Bolivia informó 11.221 casos de dengue desde inicios del año actual hasta el 24 de febrero, un 82% menos que lo reportado el año pasado, y 9 fallecidos. Mientras que, en Paraguay, hasta el 9 de marzo se notificaron 176.664 casos de dengue, 22 veces lo registrado para el mismo tiempo en 2023. Los fallecidos para el período correspondiente a 2024 fueron 50.
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A pesar de récord de muertes, Argentina no va a ordenar vacunaciones contra el dengue
El gobierno de Argentina descartó el lunes incluir la vacuna contra el dengue en el sistema nacional que la haría gratuita y obligatoria al cuestionar su efectividad, cuando el país alcanza un récord de 79 fallecidos en ocho meses por este virus.
“La inmunidad se logra a través del paso del tiempo, por lo que vacunar ahora implicaría que esa inmunidad la vas a lograr en cuatro meses, donde ya el mosquito no sea un inconveniente, más allá de que la efectividad no está comprobada”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa.
Aseguró que la decisión de incluirla en el calendario “no está en agenda”, aunque la decisión puede cambiar en el futuro.
Entre julio del año pasado y marzo “se registraron en el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud 79 casos de dengue fallecidos, de los cuales 69 pertenecen al año 2024″, informó el fin de semana el Ministerio de Salud. Detalló que 22 de ellos corresponden a la última semana.
En lo que va de 2024 se reportaron más de 102.000 casos, lo que equivale al 86 % de los 120.000 casos registrados, otro récord.
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El presidente de Argentina, Javier Milei, opinó el domingo en una entrevista que la crisis con el dengue es “parte de la desidia del kirchnerismo”, refiriéndose al gobierno que lo precedió antes de asumir en diciembre y al que acusó de “no haber hecho una buena campaña hace un año”.
Contra este virus transmitido por el mosquito Aedes Aegypti existe en Argentina la vacuna TAK-003, también conocida como Qdengam, del laboratorio japonés Takeda.
Cada dosis cuesta unos 70.000 pesos (cerca de 80 dólares al cambio oficial), mientras el salario mínimo está fijado en 202.800 pesos (232 dólares).
Eduardo López, médico infectólogo del Hospital de Niños de Buenos Aires, contradijo a Adorni. “Los estudios muestran que las vacunas son seguras y eficaces”, manifestó al canal C5N.
Andrea Gamarnik, viróloga, especialista en el virus del dengue e investigadora del instituto de investigación científica Conicet denunció en la red X que Argentina está “en la peor epidemia de dengue de la historia” pero que no los “dejan trabajar” porque, considera, el gobierno está desmantelando al sistema científico.
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Hace un mes, decenas de miles de personas compartieron en todo el mundo videos de nubes de mosquitos en Argentina. Esa en particular se trató de una invasión de Aedes Albifasciatus, una especie que crece especialmente después de las lluvias y en lugares abiertos y con césped, a diferencia del Aegypti, que crece principalmente en ciudades y que además de dengue contagia zika y chikungunya.
Fuente: AFP
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PLRA: instalan Comisión de Poderes para la Convención del 3 de marzo
Luego que el Directorio del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) resolviera el pasado vienes la convocatoria de la Convención Nacional, este lunes se constituyó la Comisión de Poderes que será la encargada de organizar la Convención Extraordinaria del PLRA del próximo domingo 3 de Marzo en el Rowing Club a las 10:00. En tal sentido, fue designado como presidente de esta comisión Armando Espínola, mientras que Alex Olmedo quedó como secretario.
En conversación con La Nación/Nación Media, Olmedo comentó que de todos los movimientos partidarios internos a nivel nacional se presentaron 12 representaciones, registrándose la ausencia de los representantes del sector político que responde al senador Dionisio Amarilla, quien deberá presentar su defensa ante los convencionales.
“La labor principal de la Comisión de Poderes, es organizar el padrón, así como la verificación en el día que de la convención extraordinaria estén presentes, verificar el quórum, otorgar las acreditaciones; una vez hecho eso informar a la presidencia cuando ya se cuente con el quórum y así dar inicio a la asamblea”, explicó.
Indicó que el proceso que se está llevando en esta convención es bajo el régimen de extrema urgencia, que está establecido en el estatuto del PLRA. Mencionó que actualmente están habilitados 602 convencionales titulares que posee el partido, y una vez que esté presente el 33% correspondiente al padrón lo que sería un poco más de 200 convencionales, ya estaría habilitado el quórum.
En cuanto al tema presupuestario indicó que está a cargo del Directorio prever todo lo que sea necesario para la convención extraordinaria que se llevará a cabo en el Rowing Club de Asunción, con la correspondiente seguridad que necesitan los convencionales y las autoridades para asistir.
“La instalación hoy de la Comisión de Poderes se realizó de manera tranquila, estuvimos una mayoría de representantes a excepción del sector político de Dionisio Amarilla, que es un movimiento que creemos debe estar también representado en la comisión, para darle legitimidad y derecho a la defensa”, acotó.
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