El negociado en lici­taciones del servicio de guardia de segu­ridad, las multimillonarias y direccionadas compras de software en un Instituto de Previsión Social que hace pasar penurias a sus asegu­rados por falta de medica­mentos y otros, explotaron en un momento muy sensi­ble con otros casos de corrup­ción como la politización de los recursos de la institución, hechos que terminaron tum­bando al ahora ex presidente Andrés Gubetich.

Ayer a últimas horas de la tarde presentó renuncia Gubetich y de inmediato ya dieron a cono­cer desde el Poder Ejecutivo el nuevo decreto, el 4.975, firmado por el presidente de la Repú­blica, Mario Abdo Benítez, en el que se designa como nuevo presidente del IPS a Vicente Mario Bataglia Araújo, quien había sido nombrado como miembro titular del Consejo de Administración de la entidad en representación del Minis­terio de Salud Pública.

La ambulancia adquirida por la previsional en el marco de la emergencia y que fuera utili­zada por Víctor “Churry” Váz­quez, candidato a intendente de la ciudad de Alberdi por el equipo político de la senadora Lilian Samaniego, es la denun­cia más leve, pero más mediá­tica que terminó incinerando a Gubetich en redes sociales. La defensa que hizo de vuelta el ex presidente del IPS a la legisla­dora, alegando que es una polí­tica preocupada en “fortalecer la institución”, confirmó aún más la subordinación de su administración a los intereses políticos de la parlamentaria.

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El caso “Churry” encima tras­cendió en medio de los reclamos y denuncias que se dieron por la falta de insumos y los numero­sos escándalos en los que estuvo involucrado el ente previsional.

Una auditoría interna por el IPS reveló que los medicamentos “robados” de la institución for­maban parte de un lote entre­gado por convenio al Minis­terio de Salud Pública, que fueron derivados al Ineram y pararon en el mercado negro. Este esquema convertido en un cáncer que el ente nunca pudo controlar con la intromisión de políticos como el caso de la sena­dora que cuando era jefa del par­que sanitario del ente fue pro­cesada por un caso de robo de medicamentos que habían sido incautado en su mismo barrio volvieron a salir a la luz. Sus vínculos con jefas de áreas cla­ves de la previsional hizo saltar todo tipo de conjeturas sobre el manejo de la institución y que con los reemplazos deberán dar muestras de cambio a una ciu­dadanía que perdió la pacien­cia por la reinante corrupción.

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