En la caldeada noche del viernes, en medio de todos los incidentes y disturbios, se produjo un hecho considerado inédito y hasta histórico para muchos ciudadanos: un grupo de efectivos de la Policía Nacional, apostados en la esquina de Chile y Palma, entre el Panteón Nacional de los Héroes y el Ministerio de Hacienda, levantaron un paño blanco, en señal de paz, pidiendo una tregua a las agresiones de los manifestantes. Un hecho que nunca se había visto en ninguna manifestación o guerra campal en la que intervino la Policía Nacional.
Luego de un par de horas de que la protesta ciudadana se saliera de control y se tornara violenta, un grupo de agentes policiales, más conocidos como cascos azules, formaban una barrera humana impidiendo que los manifestantes bajaran hacia la Comandancia o volvieran hacia el Congreso Nacional. Pero, aparentemente, al verse sobrepasados por la muchedumbre, esto sacaron pañuelos blancos, lo cual fue tomado como una señal de paz, intentando una tregua a la violencia en la zona.
Al respecto, el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, confirmó a La Nación que el comandante de la Policía, Francisco Resquín, pidió al jefe de las Fuerzas de Operaciones de la Policía Especializada (FOPE) detener las acciones para que un grupo de manifestantes puedan acercarse a la Comandancia a hablar con él.
“Un grupo de manifestantes solicita hablar con el comandante, este llama al jefe de la FOPE y le pide que detenga las acciones porque le dice que quieren hablar con él y por eso usan la tela blanca. Luego Resquín conversa con ellos y estos le dicen que quieren dirigirse a la plaza para terminar la jornada”, explicó Giuzzio.
NO FUE UNA RENDICIÓN
Igualmente, la jefa de Relaciones Púbicas de la Policía Nacional, Cria. María Andrada, desmintió que la Policía Nacional se haya “rendido” ante la muchedumbre y aseguró que era “absolutamente falsa” tal afirmación. Aseguró que fue un llamado a la calma para la negociación.
“La bandera blanca desplegada fue un llamado a la paz, a la calma, al diálogo, considerando que el grado de violencia iba subiendo. Fue una estrategia para colocar un paño frío a la situación. Los grupos tácticos no se vieron sobrepasados. Retrocedían en ciertos momentos, a los efectos de dar paso a los vehículos tácticos y a los bomberos”, sostuvo.