La funcionaria lamentó estar en medio del juego político donde supuestamente ofrecen su cargo cuando que el Presidente le da su respaldo.

Tanto se venía diciendo que el penal de Tacumbú era una bomba de tiempo, que final­mente en la tarde de este mar­tes 16 de febrero estalló y de la peor forma, un motín interno por el traslado de un recluso, ante fuertes rumores de fugas, acabó con la horrenda muerte de 7 reclusos. El ya sabido haci­namiento inhumano, sumado a las luchas internas de los gru­pos criminales, y el fracaso del sistema judicial que encierra por años a un alto porcentaje de reclusos sin condena. A toda esta emergencia penitencia­ria ahora viene a sumarse un fuerte tufo de complot, de un sector político cercano al poder, contra la titular del Ministerio de Justicia, Cecilia Pérez.

Todos estos temas fueron abordados por la secretaria de Estado, quien estuvo como invitada anoche en el programa “Fuego cruzado”, emitido por el canal GEN.

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-¿Qué lectura tiene de todo lo que aconteció en Tacumbú; a qué causas cree que obedece todo el hecho?

-El detonante de todo esto fue el descubrimiento del plan de fuga, y el traslado como medida preventiva de Orlando Efrén Benítez a la Agrupación Especializada. Creo que es de público conocimiento el per­fil de Orlando Efrén Benítez y sus antecedentes de fuga de manera muy violenta de otros centros penitenciarios, por lo cual la información concreta, además de ser una informa­ción cruzada de inteligen­cia ya acabada y confirmada. También elevaba el alerta al saber quién estaba al frente del plan de fuga.

-¿Hay alguna información concreta respecto a lo que iba a suceder?

-¿De qué iba a haber un motín?, no. Nosotros creemos que el motín se iba a dar de cualquier manera, el día que se concrete la fuga, como un distractor para centrar la acción en retener el motín y no evitar la fuga. Eso es lo que creemos, y ayer con la revelación del plan, o la filtra­ción de la información, enton­ces como que se adelantó la reacción negativa que iba a haber de alguna manera en su momento.

-¿Ya se descarta que exis­tan más fallecidos? ¿Y por qué son asesinadas estas 7 personas?

-Nosotros ya hicimos una revi­sión total y conteo de la pobla­ción, y no falta nadie más, o sea podemos afirmar que son 7 los fallecidos. Ahora, por qué ellos fueron asesinados, en primer lugar, no fue una pelea o enfren­tamiento como sucedió en el penal de San Pedro, que fue un enfrentamiento entre el grupo del PCC y el clan Rotela. En el penal de Tacumbú no existe ese enfrentamiento, justamente nosotros evitamos remitir al penal de Tacumbú personas que tienen vínculos o sospe­chas con el PCC, porque se le pone en riesgo al interno que se le lleva.

-¿Ninguno está procesado por tráfico de droga?

-Pueden no estar procesados por tráfico de drogas, pueden estar procesados por cual­quier otro hecho, e ingresar al grupo después de haber ingre­sado al sistema penitenciario. Es por eso que trabajamos en una información de inteligen­cia antes de distribuir las per­sonas privadas de su libertad que ingresan al sistema, y lo de ayer, nuestra información es que las rencillas o diferencias que había normalmente entre internos, por algún motivo, y que nosotros en el marco de evitar mayores problemas, los separamos en pabellones diferentes. Los alejamos, si es que permanecen en el mismo penal, se cobraron ayer en el marco del motín.

-¿Usted dice que no hubo enfrentamiento de clanes, pero sí hay un clan dentro de Tacumbú?

-Los internos niegan pertene­cer a ningún clan. Ellos dicen que son todos iguales, pero ahí está Javier Rotela, él está preso en Tacumbú.

-¿Hay alerta de motín en otras cárceles en este momento? ¿Existe la posi­bilidad de que se pueda repli­car este mismo motín en otras cárceles del país?

-Nosotros siempre estamos en alerta, porque estamos en emergencia penitenciaria, cada día tiene su afán dice el refrán, para nosotros es así el trabajo. Diariamente, noso­tros estamos alertando, lo que este hecho en particular genera es tener un poco un grado de alerta sobre aquellas personas que estuvieron en Tacumbú y que fueron trasladadas en los últimos tiempos.

-¿El descubrimiento del plan de fuga es el único detonante que tienen como hipótesis, o existen otras hipótesis?

-Yo en lo personal tengo mis hipótesis. Nosotros desde que asumimos, tomamos la deter­minación de accionar todas las veces que tengamos prue­bas, de lo que todo el mundo sabe. Todo el tiempo se habla de hechos de corrupción dentro del sistema, y vienen a contar, pero nadie denuncia. Enton­ces, desde el momento en que de alguna manera obtenemos las pruebas, nosotros tomamos determinaciones de sumariar, destituir o procesar.

-¿Hay alguna fuerte hipó­tesis que los despechados pudieron haber detonado esto?

-Sí, yo pienso y creo, y no estoy hablando de una hipótesis, o solo de una idea, sino de hechos concretos, nosotros el año pasado tuvimos desvincula­ción del sistema penitencia­rio de personas que ya no se les renovó sus contratos, que amenazaron con poner bombas en los penales. Otras personas, en otras circunstancias ame­nazaron con dejar sin guardia los centros penitenciarios a fin de año, que iba a correr sangre, eso a nivel del sistema. Enton­ces, si las medidas que noso­tros vamos tomando provoca este tipo de reacciones abier­tas, también tenemos reaccio­nes no tan directas.

-¿Consideras que existe un aprovechamiento político para sacarte y dejarte de lado?

-Hoy tengo la creencia de que este episodio en particu­lar es la suma de muchos fac­tores, que ya estuve mani­festando, no encuentro un elemento vinculado puntual­mente al esquema que se había hablado sobre el ofrecimiento del Ministerio de Justicia con este hecho en particular. Pero puede ser la suma de muchos factores. Ahora, yo voy a ser muy sincera, no creo opor­tuno tener que contestar lo que manifiesta el vicepresidente de la República, porque noso­tros estamos en una situación crítica y que a mí como minis­tra me toca enfrentar ante esta situación creo que mi energía tiene que estar concentrada en resolver este tema.

-Llama la atención cómo la opinión pública estuvo muy a tu favor, y es evidente que tiene clara la película, cuando el senador Martín Arévalo habló sobre los ofre­cimientos, ¿habló usted con el presidente de la República al respecto?

-Cuando surgieron los rumo­res, el presidente (Mario Abdo) me llamó, me dijo que no iba a negociar cargos y él quería que yo trabaje tranquila y que yo contaba con todo su apoyo. A mí me molestó particular­mente, en lo personal, que se quiera instalar la idea de que el Presidente por debajo estuvo ofreciendo el cargo, cuando no lo hizo, porque él me lo dijo puntualmente. Y que, en esta contienda, en esta puja elec­toral interna, no tengo nada que ver porque yo no estoy en campaña, y yo no soy parte de ninguna campaña, que quie­ran usar la situación que yo me encontraba, para dar la vuelta como que se estaba ofreciendo mi cargo por debajo de la mesa.

-Los problemas penitencia­rios son bastante complejos, ¿cuándo y cómo se comienza a tomar a este toro por las astas?

-Nuestra postura es la misma de siempre en cuanto este tema, acá se debe comenzar de cero. Con los nuevos cen­tros penitenciarios, aprove­char la necesidad de cons­truir. Si hacemos un análisis macro, no es lo ideal, construir más cárceles, eso implica que se tiene una política criminal netamente represiva, que sola­mente toma medidas correc­tivas ante la comisión de deli­tos y no busca el origen del delito para combatirlo desde la prevención. (...) Tenemos que hacer un compromiso, la reforma penitenciaria debe ser una política de Estado, hoy es una política de gobierno a ser implementada, pero debe ser una política de Estado, porque no es solamente un problema del Ministerio de Justicia, o solo del Poder Ejecutivo.

-¿Cuáles son las medidas necesarias para calmar el campo de batalla a fin de impedir que esta situación se replique en otras cárceles?

-Ahora mismo tenemos que abortar totalmente y tener la certeza de abortar si es que existe viabilidad en ese plan de fuga. Nosotros tenemos que contener el sistema, y en eso estamos de acuerdo que tene­mos que hacer alguna reestruc­turación como plantean los sindicatos y agentes peniten­ciarios. Pero no sé si con el sis­tema existente vamos a apostar a una reestructuración que nos hará ganar un poco de tiempo, pero nosotros no vamos a refor­mar el sistema existente dentro del mismo sistema, eso no va funcionar.

-¿El tan hablado cierre de Tacumbú es un mito o se va dar en algún momento?

-Se puede dar, pero no inme­diatamente. Si vamos a hablar del cierre de Tacumbú, hoy no podemos porque tenemos casi 2.500 personas que tenemos que distribuir en el sistema. Cuando tengamos los centros penitenciarios cumpliendo este plan, tendríamos 1.100 personas que van a ingresar a los nuevos centros. Tenemos unas 1.350 personas que no tie­nen condenas, que deberíamos redistribuir. Entonces, nuestro trabajo tendría que abocarse a tener un penal más, para poder cerrar Tacumbú.

-¿El 60% de los reclusos en Tacumbú no tiene condena? ¿Con la Justicia este tema es objeto de discusión?

-Sí. Debemos reconocer que el trabajo de descomprimir durante la pandemia resultó bastante efectivo, sin haber hecho ninguna modificación legislativa, sin haber hecho una norma temporal de des­compresión, con un trabajo que hicimos con la Corte.

-El senador Martín Aré­valo dijo que le ofrecieron su cargo de ministra, ¿el legislador mintió o prefiere no hablar de eso?

-Yo no sé si él mintió, pero sí me llama la atención que no diga toda la verdad. ¿Si no le ofreció el Presidente, supuestamente quién le ofreció? También creo que es un juego que no es lim­pio, que no se dice todo y que se quiere aprovechar para golpear al Presidente y a mí me molesta estar en el medio de todo esto. Cuando yo sí recibo el apoyo del Presidente.


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