El juez de Delitos Económicos, Humberto Otazú, fijó para el próximo 10 de marzo, a las 10:30, la audiencia preliminar para Justo Ferreira y su hija Patricia Ferreira, accionista y presidenta de la firma Imedic SA, ambos acusados por contrabando, asociación criminal y producción de documentos no auténticos por la compra fallida de insumos médicos para el Ministerio de Salud durante la pandemia. El Ministerio Público pidió que el caso se eleve a juicio oral y público. El magistrado deberá analizar en la citada diligencia judicial si se eleva a juicio oral y público el proceso penal. En caso de ser así será un tribunal de sentencia el que tendrá que juzgar la conducta de los acusados en el presente caso.
ACUSACIÓN
Además de Ferreira y su hija, fueron acusados el aduanero Carlos Alberto Gamarra y los funcionarios de Aduanas, Guillermo Molinas y Gustavo Adolfo Acosta, por presunta complicidad. Igualmente, el Ministerio Público solicitó el sobreseimiento definitivo de Lauri Marcio Pool y Mario Joel Olmedo. La causa guarda relación con la compra de 400 camas hospitalarias manuales y 50 camas hospitalarias eléctricas, que no contaban con la autorización técnica de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria, ni la documentación legal correspondiente. Los fiscales de la Unidad Especializada de Anticorrupción, Osmar Legal, Francisco Cabrera, Jorge Arce y Diego Arzamendia, solicitaron prisión preventiva para todos los imputados en el caso de los insumos médicos chinos.
MILLONARIO CONTRATO
En su momento las empresas Eurotec e Imedic consiguieron un contrato con el Estado por G. 85.000 millones para la provisión de insumos médicos en el marco de la pandemia del covid-19, pero durante el proceso fueron saltando varias irregularidades y terminaron siendo rechazados por no reunir las condiciones.
La primera tanda rechazada fue de mascarillas quirúrgicas y trajes de protección. El 23 de abril se rechazó otra partida de trajes de protección y el 27 de abril camas hospitalarias. Posteriormente se comprobó que algunos insumos eran falsificados, no tenían las etiquetas al ingresar al aeropuerto, pero ya contaban al llegar al depósito del Ministerio de Salud, detectado por la misma Comisión de Compras Covid-19.
La misma comisión creada por el Poder Ejecutivo recomendó la rescisión de contratos con las empresas del clan Ferreira, pero en su informe final alegó que no hubo daño patrimonial, a pesar de los insumos falsificados, los precios alzados y el millonario monto recibido como anticipo, unos G. 17.000 millones, de los 85.000 millones del monto total del contrato.