Desde la empresa Agroganadera Pindó SA informaron que se encuentran preparando el “sexto” pedido de desalojo de las 1.500 personas que se encuentran ocupando de forma ilegal desde hace casi 9 años la propiedad. Al respecto, la representante legal de la firma, Margarita Colmán, indicó que entre esta y la próxima semana reiterarán el pedido de expulsión, tanto al Ministerio del Interior y la Comandancia, que deberán llevar adelante la orden de desalojo.
Asimismo, denunció a este medio que la situación de la estancia del mismo nombre, ubicada en Curuguaty, departamento de Canindeyú, por la invasión, deforestación y plantación de marihuana se encuentra totalmente descontrolada. Aseguró que los ocupantes han demostrado en reiteradas ocasiones lo violentos que pueden llegar a ser. Lamentó la desidia por parte del Gobierno Nacional, hasta con el Instituto Forestal Nacional (Infona), el cual detectó un salvaje tráfico de rollos en la locación.
Respecto a la situación de la ocupación y sus consecuencias, la abogada refirió que se encuentra totalmente descontrolada. Señaló que la tala de árboles nativos es imparable y que se está quitando lo poco que queda del bosque.
“Hay propiedades colindantes, también de la estancia, que fueron atacadas hace 2 meses, destruidas e incendiadas, desde sus cimientos. En el interior de la propiedad, a través de sobrevuelos de drones, se pudo constatar que dentro de los remanentes de bosques hay plantaciones de marihuana. Es prácticamente tierra de nadie”, comentó.
INVASIÓN SOLO PARA DEFORESTAR
En tanto, el Ing. Rolando de Barros, ex ministro del Ambiente, señaló que desde hace 9 años la estancia Pindó es ocupada por invasores, cuya única finalidad es la deforestación, porque han extraído los árboles nativos de mayor valor comercial. Indicó que todas las autoridades, incluyéndose a sí mismo, como ex titular del Infona y ex ministro del Ambiente, hicieron todos los esfuerzos posible en su tiempo con más de 10 intervenciones que no tuvieron su efecto.
“El caso de Pindó es una cuestión política y que requiere la intervención de las fuerzas públicas. Todo el sector de la izquierda radical está instalado ahí, y con la venta de los productos que extraen del monte financian sus campañas, pagan fiscales y autoridades de la zona para mantenerse en el lugar sin que sean expulsados”, comentó.