El director de Proyectos Latinoamericanos para la Escuela de Posgrado de Gerencia de Política de la Universidad George Washing­ton, analista de CNN en Espa­ñol, Roberto Izurieta, estuvo ayer como invitado del cierre de la primera semana del pro­grama “Fuego cruzado”, emi­tido por el canal GEN y condu­cido por los periodistas Augusto dos Santos y Benjamín Livie­res. El tema abordado fueron los últimos hechos de violencia que se dieron en el Capitolio de Washington.

–¿Cuál es la significación política y cómo queda la democracia y sus institucio­nes después de lo que pasó el pasado miércoles en el Capi­tolio?

–Soy optimista y yo creo que la democracia de los Estados Uni­dos quedó fortalecida. ¿Por qué digo esto? Porque después del asalto que se produjo al Con­greso quedaron al descubierto una serie de imposiciones que incitaron a la violencia. Aque­llos que somos demócratas tenemos principios y valo­res que defendemos política­mente, igualdad frente a la ley y la libertad de expresión, pero eso no significa la libertad de acción o menos aún el vanda­lismo. Cuando esto sucede, hay que saber separarlos y no inci­tarlos. Aquellos que cometie­ron esos actos son responsables ante la ley y se les aplicará todo su peso. Las responsabilidades políticas han sido expresas.

–¿Cómo sobrevivirá la rela­ción entre Trump y el Par­tido Republicano o debajo de esa cabellera mostaza se está gestando alguna plataforma propia para el futuro?

–En toda esta semana yo cité al senador Mitt Romney, quien es candidato a la presidencia del Partido Republicano, sus dis­cursos han sido sumamente inspiradores, un hombre de fe, un conservador, un hombre que cree en muchas de las cosas que definen la ideología más conser­vadora. Yo aspiro a que después de estos hechos tan graves y trá­gicos, personas como él tomen el control del partido aislando aquellos que no quieren creer en los hechos, que confunden las opiniones con los hechos, que niegan a la ciencia y han inci­tado a la violencia que debe ser excluida del debate político, del proceso político y debe ser tra­tado conforme a la ley y el orden.

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–¿Qué puede pasar en estos 12 días? ¿Está realmente garantizada una transi­ción ordenada y qué pasará después de que se plantó la semilla de la ilegitimidad?

–Este proceso electoral fue debatido en más de 500 cortes, entre locales y federales, fue tratado en la Corte Suprema de Justicia, en el cual unánime­mente teniendo el presidente Trump ahí tres nominados en su gobierno, lo cual es extraor­dinario, desecharon de oficio cualquiera de estas acusaciones o cuestionamientos, dos veces fue rechazado. Hay gente que no quiere creer. A mí eso no me preocupa, lo que sí me preocupa es que si tú no crees una cosa esas personas cometan acto de violencia, ahí existe otro pro­blema. Lo que tenemos que tener claro es que la democra­cia no requiere que aquel que pierde las elecciones tenga que reconocer el resultado electo­ral, no lo requiere, es un acto de caballerosidad, de política, en el cual la mayoría de los líderes políticos cumplen y para mí es parte de la democracia, la vio­lencia no.

–¿Qué pasó en esos días entre el Presidente y el Vicepresi­dente y cuál es el estado de su relación hoy a 12 días de la inauguración del mandato?

–El presidente Trump quedó al descubierto al incitar en su discurso a que la gente vaya al Congreso y que actúe con fuerza y una de las personas que también habló en ese dis­curso, Giuliani, utilizó la pala­bra combate para resolver esto, utilizó la palabra “ya que no hemos ganado en las cortes, definamos en combate”. Acá hay responsabilidades políti­cas y en ese momento quedó aislado del resto de los líderes del Partido Republicano, el mismo Vicepresidente, el líder del Senado, que básicamente le hacen saber al Presidente que hay ciertas líneas que no están dispuestos a cruzar y en esa misma noche a la madru­gada unidos, los demócratas y los republicanos cumplieron su deber ceremonial, que era certificar el resultado del cole­gio electoral, que es el resul­tado de la voluntad popular.

–¿El planteamiento de des­tituir a Trump tiene anda­miento, hay poco tiempo?

–Personalmente no estoy de acuerdo, no me parece que es la solución así mismo como me parecía inviable e inútil iniciar un debate de dos días para cumplir con una activi­dad ceremonial que signifi­caba confirmar el resultado del Colegio Electoral, esto sería similar. Creo que Donald Trump es uno de esos líderes políticos que necesita llevarse con rienda corta, el mantener esa amenaza política por decirlo así me parece que surte un efecto, que es lo que vimos en el discurso de ayer que asegura a la nación una transición orde­nada, entonces me parece que tenemos que pasar estos días.

–¿Qué es eso de la vestimenta de la tribu cívica y por qué irrumpe hoy en la historia de los Estados Unidos?

–Hay gente que cree que el mundo es plano, eso es un acto de ignorancia. Qué podemos hacer para que haya gente que sepa que el mundo no es plano, sin lugar a dudas el sistema de educación. Si hay gente que quiere creer eso, yo no tengo ningún problema en la medida que no sea una amenaza para el resto de los ciudadanos que somos consciente de que el mundo no es plano. Nunca he visto tantas personas cami­nando sin usar cubrebocas, ahí hay otro problema.

–¿Hasta dónde puede seguir este virus político avan­zando en los EEUU que está convencido de que puede interpretar la Constitución?

–Lo que se ha producido esta semana con estas acciones de Donald Trump lo pone en un extremo. Por lo tanto, da la posi­bilidad al Partido Republicano de volver a su raíces, cambiar el liderazgo y aglutinarlo en fun­ción de sus principios y valores conservadores, eso puede ser positivo. No descarto que en los Estados Unidos veamos en los próximos años el desarrollo de un partido o movimiento con características fascistas, como tenemos lastimosamente en Francia, en Austria y otras series de países desarrollados, eso no es bueno para la democracia.

–¿Si se veía en la televisión a uno o cuatro senadores aplaudiendo y un dirigente juvenil del PLRA saliendo del televisor, se pensaría que habían puesto de nuevo la película del Paraguay del 2017?

–Yo pienso que tiene que ser un test de nuestra consistencia en lo que creemos y defendemos. Cuando sucedió el incendio del Congreso en el Paraguay, yo res­pondí con la misma firmeza y claridad rechazando la violen­cia y la invasión promovida por un discurso político incendia­rio. Yo creo que es un momento para cuestionar nuestra con­sistencia en qué creemos, qué defendemos, porque eso es lo que nos dará la credibilidad.

–¿Cuáles son las otras reac­ciones que tiene la política, tu mirada sobre la izquierda, sobre el futuro y también sobre el estado de salud de republicanos y demócratas que han sido siempre la base de los partidos en EEUU?

–Todo partido político grande, en este caso el Demócrata y Republicano, tienen alas más conservadoras, más liberales o más de izquierda o más de derecha. El juego democrático lo que hace es permitir que esas expresiones se procesen den­tro del marco legal del debate de las ideas y en última ins­tancia de buscar mayor canti­dad de votos o de partidarios. Si tienes un planteamiento más de izquierda o de dere­cha, no lo vamos a resolver en la calle a patadas, lo vamos a resolver en reuniones civili­zadas donde nos ponemos de acuerdo un grupo de personas para avanzar y seguir catando cada uno de los temas. La demo­cracia consiste en eso y eso me parece sano. El problema es que cuando en ese grupo, en ese abanico de posiciones, tie­nen posiciones no extremas, sino que no son democráticas, son violentas.

–¿Cómo sigue esa historia entre Trump y el Partido Republicano? ¿Cuál es el futuro de esa relación?

–Espero y aspiro que se dé una reconstitución de las fuerzas dentro del Partido Republicano y de existir allí y cualquier ele­mento fascistoide, sea de quien venga, tiene que ser excluido. El Partido Republicano tiene que darle fuerza a muchos de esos líderes. Eso sería muy sano para la democracia y el partido.

–Si la situación económica de EEUU mejora en los próxi­mos años, evidentemente va a desalentar el surgimiento o el desarrollo de estas corrientes fascistas, Trump, sus seguidores, pero si eso no ocurre ¿también sería com­plicado?

–Tres factores determinarán eso. El mercado de valores ha reaccionado muy bien al triunfo de Biden y que se haya resuelto la crisis en cuestión de horas la toma del Congreso. El segundo, es la salud pública, la pandemia. El tener vacuna es el resultado de un efecto científico, dispo­nemos de dos vacunas científi­camente probabas. Y tercero, la capacidad de gestión. Creo que Biden por su experiencia en la administración pública de 30 años ha demostrado tener con su equipo una muy buena capa­cidad de gestión.

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