Julio Duarte Van Humbeck, presidente de la Asociación de Diplomáticos Escalafonados del Paraguay (ADEP), conversó en exclusiva con La Nación sobre “la carrera diplomática y la representación política”, actualmente en pleno debate en el Senado.
–¿Cuáles son los puntos que pretende cambiar el anteproyecto que modifica la ley de la carrera diplomática y consular?
–En primer lugar, debo señalar que nosotros como asociación desde marzo estamos solicitando audiencia con la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, para presentar nuestro punto de vista sobre un proyecto de ley que se presenta como un proyecto que modernizará al ministerio, pero si uno analiza el proyecto tiene más bien la finalidad de resolver la situación de un grupo de funcionarios que desea ingresar al escalafón con rangos superiores. Para ello plantean la modificación de los artículos de las disposiciones transitorias de la Ley 1335/99, que hace 20 años ya no están en vigencia. Es decir, hay un problema jurídico de fondo; pues, cómo es posible que artículos que ya no tienen vigencia sean modificados ahora. Hay otros aspectos que nosotros consideramos representaría un retroceso antes que modernización, como por ejemplo eliminar la prohibición de realizar proselitismo político partidario. Esto va en contra de nuestra propia ley, que señala que debemos lealtad únicamente a la República y a sus instituciones. Finalmente, podría decir que esta ley responde a intereses particulares por encima del interés general representado por los miles de jóvenes paraguayos que han participado de los concursos de oposición y mérito, ininterrumpidamente, desde el 2007 hasta el año pasado.
Este año tendremos el XIII Concurso Nacional para el ingreso a la carrera diplomática, pero nos preocupa sobremanera que los senadores decidieron realizar gestiones ante la Bicameral de Presupuesto para suprimir los 9 rubros de funcionarios diplomáticos vinculados al citado concurso. En caso que esta propuesta prospere, se truncará un proceso de profesionalización de la carrera que ha sido impulsado por sucesivos gobiernos.
–¿Cuáles serían los efectos si se aprueba la modificación de la carrera diplomática?
–En caso que llegue a aprobarse, no puedo describir el gran problema que representaría en términos presupuestarios y administrativos, pues no sé cómo el Estado podría crear más rubros en el Servicio Diplomático y Consular. Lo que debemos hacer es aplicar la ley vigente en primer lugar y que por ejemplo los procesos jubilatorios de los colegas sean observados, así como también la permanencia en los rangos.
Todo esto no es sencillo, requiere de gestión administrativa, financiera y sobre todo de disponibilidad presupuestaria porque en la actualidad tenemos serias dificultades para cumplir con los procesos de ascensos, o sea las limitaciones de rubros presupuestarios son un problema anual y que impide que tengamos un servicio previsible.
–¿Cuáles son los avances dentro de Ministerio de RREE?
–El próximo año cumpliré 25 años en el Ministerio de Relaciones Exteriores, y sí le puedo afirmar que he podido apreciar a lo largo del tiempo grandes avances, resultados en la gestión que han beneficiado al país en el campo económico, comercial, cultural y político. Hoy Paraguay es país cooperante y también receptor de cooperación internacional. Tenemos una diplomacia profesional que se está consolidando.
Los más de 100 jóvenes que han ingresado por concurso han fortalecido los cuadros especializados de la Cancillería. Hay muchos desafíos por delante, mucho por mejorar, mismo en la aplicación de la Ley del Servicio Diplomático y Consular para su cumplimiento efectivo.
–¿Cuál es su opinión respecto a la representación político-diplomática y la representación apartidaria?
–La diplomacia profesional está al servicio de los altos intereses de la República. La Ley 1335/99 ya prevé en su artículo 30 que los diplomáticos debemos lealtad únicamente a la República y a sus instituciones. Eso es importante que todo diplomático paraguayo lo comprenda y lo observe. Por otra parte, la Ley del Servicio Diplomático y Consular también prevé la designación de personas ajenas al escalafón diplomático, y hoy tenemos por ejemplo embajadores no escalafonados que están cumpliendo una destacada gestión en el exterior, como por ejemplo en Roma, Montevideo, Viena, por citar algunas capitales. Tenemos una excelente relación de trabajo en ese sentido.