Tras el “salvataje” al senador oficialista Rodolfo Friedmann, aprobado por una mayoría de 23 legisladores, y las distintas manifestaciones de “arrepentimiento” por las anteriores veces que votaron por la pérdida de investidura de seis ex senadores, uno de los expulsados, el liberal Dionisio Amarilla, llegó ayer hasta el Congreso Nacional a anunciar que presentó un urgimiento a la Corte Suprema de Justicia para que resuelva su caso a fin de que pueda volver a ocupar su banca lo antes posible, atendiendo que incluso “no tiene un proceso abierto”.
El político liberal del sector llanista asegura que han respetado los pareceres pertinentes, pero que ante los últimos hechos donde sus ex colegas han reconocido que obraron sin tener todos los elementos, y que reconocen que “su salida fue irregular, ilegal y no se ha ajustado al marco constitucional”.
Amarilla sostuvo que “a confesión de parte, corresponde que la Corte tome nota”, añadió con el anhelo de ocupar de vuelta su banca. “He firmado un urgimiento a la CSJ que solicita a esa instancia que sean tratados nuestros expedientes en el pleno. Nos llama poderosamente la atención que no se resuelva nuestro caso, que lleva ya casi 15 meses en poder de esa instancia”, expresó el ex senador.
Asimismo, dijo que los ministros de la Corte deberían tomar con seriedad las declaraciones de varios de sus ex colegas, quienes reconocieron que no hubo elementos para que lo apartaran de su caso. “Existiría predisposición de muchos de ellos para nuestro retorno al Senado”, dijo.
Mencionó que su ex bancada está analizando también la posibilidad de solicitar la anulación de la resolución del 6 de junio del 2019, por la cual lo despojaron de su investidura. Igualmente, señaló que ante esta posibilidad no descarta la idea de hacer lobby con sus ex compañeros para lograr que este planteamiento se dé ante el pleno. Aunque por ahora está “trabajando más en el ámbito del Poder Judicial, porque tiene que ser resuelto cuanto antes”, reclamó.
Amarilla fue expulsado del Senado por una licitación irregular llevada a cabo por el Instituto de Previsión Social, donde el político liberal fue denunciado por uso indebido de influencia para supuestamente favorecer a una firma de seguridad.
Este fue el motivo por el cual los 31 senadores en aquel entonces decidieron votar por su expulsión, aplicando el artículo 201 de la Constitución Nacional sobre la pérdida de investidura.
“Estamos cayendo en una especie de hipocresía"
“Me arrepiento profundamente”, fue lo expresado por el senador Enrique Bacchetta por haber votado por la expulsión de algunos senadores, que ni tuvieron tiempo para defenderse. “Nosotros los senadores estamos cayendo en una especie de hipocresía entre nosotros mismos, porque tratamos de una manera selectiva estas cuestiones”, mencionó. Agregó que por una cuestión de coherencia se debieron seguir tomando las mismas decisiones que se han tomado con los demás legisladores expulsados. “Hoy se le salvó a Rodolfo Friedmann por una cuestión de coyuntura de la mesa directiva, eso es categórico y no vamos a discutir entre nosotros, y me parece bien y es lo que se maneja permanentemente dentro de lo que se hace en nuestra vida política”, sentenció. Dijo que a diferencia de los demás ex legisladores, en el caso de Friedmann es muy fácil relacionar las acusaciones en su contra y su relación con la firma ESSA.