El Presidente confirmó que Petta seguirá en el cargo, pero le pidió públicamente una cuestión: “Asumir los errores con humildad”. Humildad es lo que menos tiene el ministro de Educación, aunque ayer, bajo presión, pidió disculpas y dijo que sintió vergüenza cuando vio la pifiada en los textos de matemáticas.
Sin embargo, cuando saltó el escándalo jamás demostró que haya tenido vergüenza por los errores. Al contrario, fiel a su arrogancia, desafió a los alumnos a que encuentren esos errores en aula.
Es más, lejos de haber sentido vergüenza, deslizó a través de sus redes sociales que fue la Unión Europea, entidad que donó la plata para la impresión de esos libros, la que pudo haber cometido los errores. Con esta actitud egocéntrica, de arrogancia y prepotencia, sería muy difícil construir un consenso con la comunidad educativa.
Los estudiantes piden la cabeza del ministro. Los gremios docentes también, sumados a un pedido casi unánime de la ciudadanía. Justo ahora, en vísperas del inicio de clases, el titular del MEC está metido en un berenjenal que poco favor le hace a la tal mentada transformación educativa.
Plausible decisión del Congreso con la aprobación de la Ley de Financiamiento Político. El punto ahora es que lo aprobado sea aplicable en serio y que la campaña no haya sido una cortina de humo para dejar de hablar sobre otros temas. En puridad, tanto el TSJE como otras instituciones tenían nomás luego herramientas para hacer la trazabilidad del financiamiento de los políticos.
Ahora, con la ley aprobada, en teoría habrá más control. Pero la pregunta es ¿quién controlará a los más de 200 mil candidatos que solo en estas internas municipales se presentarán? La lógica dice que los organismos de control de hecho ya podían indagar a aquel candidato que muestra un excesivo derroche en su campaña electoral. ¡Veremos qué se viene!
Sectores campesinos anuncian nuevas movilizaciones en un par de semanas. En principio hubo expectativas en relación con los cambios que se dieron en el Indert, sin embargo, nada ha cambiado dentro del ente. El esquema de supuesta corrupción sigue intacto y se siguen rifando tierras a favor del mejor postor antes que de los sectores más desprotegidos y sujetos de la reforma agraria.