- Por Víctor Cano Piris
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El periodista brasileño Lourenço “Léo” Veras fue acribillado de 12 tiros con una pistola 9 milímetros, en su domicilio en la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero, el miércoles 12 de febrero. Veras respondía al portal de noticias Porã News, que informaba sobre la disputa del narcotráfico en la frontera entre Brasil y Paraguay, y ya había recibido amenazas de muerte.
La Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji) exige a la Justicia de Paraguay y del Brasil el esclarecimiento del homicidio del comunicador. Calificó que todo asesinato de periodista es una tentativa de callar al mensajero, comprometiendo así el ejercicio de la libertad de prensa. De acuerdo con el comunicado del gremio de periodistas de investigación del Brasil, “Léo” Veras trabajaba hace más de 15 años en la región de Pedro Juan Caballero, capital del departamento de Amambay, colindante con la ciudad de Ponta Porá del Estado de Matto Grosso do Sul, una de las principales puertas de entrada de drogas y armas en Brasil.
La Abraji resaltó la fuga de 75 reclusos acontecida el 19 de enero pasado en la penitenciaría regional. Mencionaron además que, de acuerdo con fuentes cercanas a Veras, estos relataron que el periodista temía de la situación y de las posibles consecuencias.
Asimismo en el comunicado expresan que la “Abraji se solidariza con la familia, colegas profesionales y amigos del periodista. Y reitera la necesidad de que las autoridades supervisen de cerca las amenazas a periodistas y comunicadores. Es deber del Estado proporcionar todos los medios posibles para garantizar la seguridad de la prensa”.
INVESTIGACIÓN
El fiscal paraguayo Marco Amarilla expresó que “él (Veras) recibió amenazas estos últimos días. Él estaba nervioso, estaba inquieto, estaba temeroso. En una conversación que mantuve con su esposa, él se despidió, prácticamente. Él dijo: Amor, cuidate, cuidá a los niños. Prácticamente se despidió de su familia. O sea ya sabían que iban a matarlo”, dijo el fiscal Amarilla.
Asimismo manifestó que “estuvimos con la familia y ellos nos manifestaron que los sicarios descendieron de una camioneta Jeep, tipo Cherokee, de color blanco, con chapa paraguaya, que se detuvo frente al domicilio familiar. Bajaron dos personas armadas, según sus declaraciones, e ingresaron al recinto donde la familia de la víctima fatal se disponía a cenar”.
En ese contexto, la Fiscalía General de Estado conformó un equipo de fiscales integrado por Alicia Sapriza y Marcelo Pecci, de Crimen Organizado; Federico Delfino, de la Unidad Especializada de Hechos Punibles contra la Libertad de las Personas (Antiterrorismo y Antisecuestro); y Manuel Doldán, de Asuntos Internacionales del Ministerio Público.
Por otra parte, el fiscal Amarilla manifestó que están abocados a la tarea de indagar en las pertenencias y evidencias informáticas del fallecido. El aparato celular de Veras, así como su notebook, serán sometidos a peritaje a fin de extracción de datos e informaciones.