- POR JORGE TORRES ROMERO
- Periodista
Miembros de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar) estiman que dos millones de kilos de pollos por mes estarían ingresando de contrabando desde el Brasil sin ningún control sanitario. Esto genera para el sector una pérdida de G. 14 mil millones. Lo mismo ocurre con los huevos que son introducidos de manera ilegal. La situación de no controlarse pondría en riesgo el estatus sanitario, ya que no se obtendrían habilitaciones para la exportación. Piden urgente intervención de la Unidad de Lucha contra el Contrabando, a cargo de Emilio Fuster.
El gremio de los avicultores, al igual que otros varios sectores de la producción, tuvo un 2019 complicado. Entre noviembre y diciembre lograron un interesante repunte, porque en el Brasil subieron los precios del pollo a raíz de que aumentaron envíos a China. Hoy volvieron a desplomarse los precios en el vecino país y aumentó el contrabando hacia el lado paraguayo.
Pablo Mauger, presidente de la Asociación de Avicultores del Paraguay (Avipar), confirmó que las ventas para el sector se redujeron de una manera considerable, principalmente en las zonas de Alto Paraná, Itapúa, Guairá, Caazapá, Caaguazú y Asunción.
Hasta ahora solo han recibido promesas por parte de las autoridades a fin de que ejerzan un mayor control. “Recibimos la promesa de Aduanas de incrementar los controles y rotar a funcionario. Unos días se portan bien y después empiezan los problemas. Hacen oídos sordos y no ven nada. Son los furgones que pasan en frío de madrugada los que traen grandes cantidades para grandes acopiadores que están en Ciudad del Este, confabulados con la gente del Brasil”, explicó el productor.
Dijo que la semana pasada recibieron algunos videos y fotografías de algunas incautaciones realizadas de pollos y huevos, pero que el trabajo debería hacerse más eficiente por el perjuicio que está generando para el sector.
Mauger contó que desde el Gobierno se les ayuda para buscar nuevos mercados. “Queremos aumentar nuestra producción nacional y crear fuentes de trabajo. Pero nos preocupa que mantengamos nuestro estatus sanitario a raíz del paso de las gallinas vivas en mal estado que pone en peligro todo. Esto podría complicarnos a la hora de habilitar nuevos mercados”, remarcó el presidente de Avipar.
GALLINAS EN LOS MOTORES
El modus operandi del ingreso de las gallinas y pollos es muy peculiar. Mauger cuenta que se introducen al país gallinas vivas que son de descartes viejas. “Meten junto a los motores de los vehículos, ni siquiera en la cabina o en la valijera. Meten dentro del motor. Se levanta el capó y se observan las gallinas vivas o muertas. Algunas llegan vivas. Esos animales son maltratados”, comentó.
Desde el gremio de productores avícolas llegaron a hablar con el responsable de la unidad anticontrabando que está a cargo de Emilio Fuster. “Nos dijo que nos dará una mano. Esto es una cosa que no termina nunca. Se calma por un tiempo y después vuelve con todo. Estamos con este cáncer hace tiempo. Es muy violenta la caída de la ventas. Hay un grupo de productores menonitas que está muy afectado en la zona de Alto Paraná”, explicó Mauger.
PERJUDICA A 3.500 FAMILIAS
Desde Avipar dieron a conocer algunos números. Se estima que 2 millones de kilos por mes, equivalentes a G. 14 mil millones, están ingresando al país desde el Brasil sin ningún control sanitario.
En relación al pollo, la ausencia de transporte adecuado y las altas temperaturas de nuestro país conspiran para el inicio de un estado de descomposición, lo que arriesga la salud del consumidor.
Los huevos que ingresan de contrabando son fértiles con embrión. Estos venden para consumo humano. Esta práctica está prohibida en el Brasil. Se estima que en este rubro el perjuicio ronda los G. 2.500 millones mensuales.
El otro elemento no menos grave del contrabando de gallinas y huevos tiene que ver con la amenaza latente de que se pueda introducir la influenza aviar. El año pasado hubo un caso en Chile como primer país en desarrollar la enfermedad. Es por ello que se solicita de manera urgente la participación de las autoridades sanitarias de nuestro país, a fin de implementar medidas de bioseguridad. La aparición de esta enfermedad significaría el sacrificio de grandes planteles avícolas con el consecuente daño a la avicultura nacional.