El populoso barrio se creó bajo el régimen dictatorial; llevó el nombre del presidente Alfredo Stroessner hasta años después del golpe de 1989. Su nombre fue cambiado durante la administración municipal de Carlos Filizzola.
- POR LOURDES TORRES
- Periodista
- lourdes.torres@gruponacion.com.py
Por tradición, el barrio San Pablo de Asunción, considerado el feudo del estronismo en la capital, se caracterizó por las grandes fiestas cada 3 de noviembre, en conmemoración a la Fecha Feliz, el natalicio del general Alfredo Stroessner. Pero ese brillo y bullicioso festejo de los vecinos del barrio se fue apagando en los últimos años, tanto que el año pasado casi pasó desapercibida la fecha y este año existe incertidumbre sobre si habrá o no festejo.
De acuerdo a los relatos de los vecinos del populoso barrio, esta fecha comenzó a festejarse desde tiempos de la dictadura, en conmemoración a la fundación del barrio, el cual nació bajo el régimen de Stroessner. Es por eso que el barrio llevó el nombre del entonces presidente de la República, Alfredo Stroessner.
Según una recopilación hecha por el abogado y profesor Eduardo Ortiz Mereles, de la Asociación Cultural Mandua’arã, este barrio se formó gracias a un programa de viviendas sociales que impulsó el propio general Stroessner y el también general Pablo Rojas para beneficiar a la gente más humilde. Es así que ambos se ganaron la gratitud de los primeros moradores. El nombre se mantuvo hasta después del golpe de Estado de 1989, cuando Carlos Filizzola ocupó la intendencia de Asunción en 1991 y cambió el nombre por barrio San Pablo.
Por muchos años, ya en la era democrática, este populoso barrio mantuvo la tradición de festejar a lo grande y con mucho bullicio cada 3 de noviembre. Sobre todo, mientras vivió en Brasil el ex dictador Stroessner, quien falleció el 16 de agosto del 2006.
Este festejo era solventado gracias al apoyo económico que brindaba la familia Stroessner para mantener viva la memoria del ex presidente, apoyo que según los propios vecinos en los últimos años fue mermando. Esto propició que ahora, a 30 años de la caída de la dictadura, el festejo haya perdido fuerza en los últimos tiempos.
De acuerdo a varios vecinos del barrio San Pablo, no saben si este fin de semana (cae domingo) habrá o no festejo, o si cada familia lo celebrará a su manera con la explosión de alguno que otro petardo, solo para mantener viva la tradición del barrio.
“Era una gran fiesta, nos reuníamos todos los vecinos”
“Era una gran fiesta en la que nos reuníamos todos los vecinos para explotar bombas. Pero ahora lastimosamente se pelean todos por la plata. Nosotros, cuando éramos los organizadores, reuníamos a las familias y estábamos orgullosos por festejar esta fecha”, recuerda don Julián Mora, poblador del barrio San Pablo por más de 47 años.
“Lastimosamente, en los últimos años, incluso la gente se agarró a los golpes, por pelea de plata. En nuestro tiempo, nosotros nos divertíamos, nos alegrábamos entre los vecinos, encontrarnos para festejar. Nos reuníamos en la plaza y ahí festejábamos”, señaló don Julián, quien pidió disculpas por no recordar muchas cosas más debido a su avanzada edad.
“El club 3 de Noviembre se llamaba antes 15 de Mayo”
“El festejo de cada 3 de noviembre es la fecha fundacional del barrio y no la fundación del club (3 de Noviembre). El club se llamaba 15 de Mayo, fundado en 1959. Después, en homenaje a Stroessner, se puso 3 de Noviembre”, señaló Hugo Ayala, miembro de la comisión directiva del club deportivo y vecino del barrio San Pablo. “Stroessner solía venir en esta fecha a festejar su cumpleaños en el barrio. En el club no precisamente, sino en la plaza que está en frente. Él visitaba el barrio, se hacían algunos actos con los alumnos de los colegios y escuelas del barrio”, indicó. Contó además que en esa época él era estudiante y era obligado a acudir al acto que contaba con la presencia del General.
“Siempre había algo que inaugurar en esa fecha”
“Siempre había alguna mejora, algún asfaltado, empedrado, algún techo, siempre había algo que inaugurar cada 3 de noviembre, en que venía Stroessner”, señaló el actual presidente del Club 3 de Noviembre y vecino del barrio San Pablo. “La tradición se mantuvo después del golpe; ahí se hizo tradicional y como prácticamente era el único lugar donde se le recordaba al general Stroessner, sus hijos traían como donación los juegos pirotécnicos. Esto (la donación y colaboración) terminó el año pasado, que ya no se hizo nada. Pero era su familia la que se encargaba de organizar los festejos y solventar los gastos del festejo para mantener la memoria. La familia avisaba que querían usar la cancha para colocar juegos de artificio”, comentó.