- Por Lourdes Pintos, lourdes.pintos@gruponacion.com.py
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
Ellos son conscientes de lo que implica abrazar esta profesión, pero les es inevitable ocultar sus sentimientos al hablar de sus familias, con quienes comparten solo ocho días al mes.
“Todos los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) son seres humanos; son padres, son hijos, son madres o hermanos. Siempre es difícil, especialmente para la familia que se preocupa por nosotros, pero elegimos esta profesión conscientes de ello. Yo soy casado, tengo una esposa, dos hijas casi adolescentes y un niño de siete meses”, comentó el mayor Luis Apesteguia, director de Comunicación Social del Comando de Operaciones de Defensa Interna (Codi), quien comenzó su relato sobre la manera en que viven los efectivos militares en la zona norte, quienes dedican la mayor parte de sus vidas para servir a la patria.
De acuerdo a los testimonios a los que accedió La Nación, la mayoría de estas personas son conscientes de lo implica esta dura profesión. Sin embargo, no pueden ocultar sus sentimientos al hablar de sus familiares y esta es la parte más dura porque comparten con ellos solo 8 días al mes, los 22 restantes se dedican a cumplir con su misión.
Apesteguia sostiene que lo que a veces lastima, no tanto a ellos, sino a sus familiares, es que hay personas que no sabiendo la realidad ponen en duda la existencia del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
“Eso duele.Tenemos viudas de camaradas que cayeron en esta lucha, hijos huérfanos, familiares de personas trabajadoras que están secuestrados en este momento. Creo que por lo menos mínimamente es una ofensa a esas personas y a la memoria de los caídos”, manifestó.
La labor militar en el Norte
El mayor habló además del trabajo de las Fuerzas Militares en el norte del país, que es considerado como zona roja debido a la presencia del EPP.
“Este tipo de conflictos tiene mucha complejidad, es un problema sociopolítico en el que el centro de gravedad es la población. Nosotros estamos ganando esa lucha estratégica, la mayor parte de la población del Norte es honesta, trabajadora y apoya nuestro trabajo. En estos años se han dado cuenta de que los criminales que pretenden reivindicar una absurda lucha de clases ni siquiera son coherentes con sus “principios”, por llamarlo de una manera elegante. Han matado y secuestrado a trabajadores, gente humilde y siguen intentándolo”, manifestó.
Resaltó también que el Codi, del que forma parte la FTC, aparte de los operativos realiza operaciones de apoyo a la población en varios ámbitos, como asistencia médica a personas carenciadas (especialmente indígenas), en las distintas bases, evacuaciones médicas de pacientes graves, ya sea en sus ambulancias o vía aérea, en los casos más urgentes; además hacen apertura y reparación de caminos, preparación de suelo para la agricultura familiar, entre otras cosas; esto con ayuda del Batallón de Ingeniería Nº 3.
“Ayudamos a otras instituciones del Estado en la medida que nuestros recursos lo permitan. Estas son las acciones con las cuales nos acercamos a la población y vamos ganando cada vez más su confianza”, sostuvo.
Presupuesto
Nuestro entrevistado se refirió al presupuesto con el que cuenta la FTC, afirmando que muchas personas lo cuestionan por considerarlo elevado. Sin embargo, destaca que se han cumplido las labores sin la necesidad de utilizar presupuesto de otras entidades del Estado, solo el designado a las Fuerzas Militares (FFMM).
“El presupuesto de las Fuerzas Armadas en los últimos años se ha reducido notablemente, a pesar de ello, optimizando recursos se ha permitido formar una fuerza operativa con ciertos recursos y equipamientos acorde a la existencia de los tiempos actuales, la FTC, que cumple con sus labores sin utilizar presupuesto de otra institución del Estado, más que de las FFMM, que han tenido que optimizar al máximo su presupuesto para conformar lo que es hoy en día la FTC”, aseguró.
Agregó que hay personas que comentan que la FTC no tiene éxito. En cuanto a eso sostiene que son conscientes de que mientras no tengan tras las rejas o completamente neutralizados a los criminales seguirán siendo una amenaza, pero resalta el éxito considerable a nivel estratégico que han logrado hasta hoy.
“Gracias a los trabajos realizados por la FTC, los grupos criminales no han podido desarrollarse. Según el objetivo que ellos mismos se han propuesto en sus manuales, en diez años tenían que haber llegado al levantamiento popular y están lejos de lograrlo”, afirma.
Apesteguia cuenta que en otros países con mayores recursos, grupos criminales similares a los que se encuentran en el norte del país en diez años han logrado establecer zonas liberadas, lo que demuestra que la FTC está por el camino correcto. Aunque no están satisfechos aún, asegura que seguirán trabajando para mejorar cada día más, optimizando sus recursos para erradicar definitivamente del Norte a los criminales.
“Estamos preparados para estamisión y estamos para cumplir”
“Siempre hay un riesgo al que nos exponemos los personales de las fuerzas especiales que trabajan en las operaciones, pero este es nuestro trabajo, para esto fuimos formados y es lo que estamos haciendo. El día a día del personal de operaciones especiales es bastante variable, hay veces que el personal está un poco más relajado y otras veces hay mucho trabajo. Cuando estamos aquí en la base, el personal se levanta a las seis de la mañana, realiza actividades físicas, luego si podemos tomamos nuestro matecito antes de pasar a desayunar. Después de eso hay gente que hace sus respectivos entrenamientos para ponerse en condiciones, para estar atento ante cualquier actividad que venga de la sección de operaciones, que es donde se planean todas las operaciones que se van a realizar y nosotros estamos para cumplir nada más. El temor siempre existe, voy a mentir si les digo que no tenemos miedo, pero más que nada estamos preparados para esta misión, fuimos entrenados para esto y estamos para cumplir”.
“Mi mayor satisfacción es llegar a casa y que mi hija me reciba”
“La verdad es un poco difícil, así como todos los que estamos aquí somos seres humanos, tenemos familia, tenemos padres, yo tengo una hija de cinco años. Entonces dejar eso cuesta un poco, pero como militares estamos cumpliendo nuestro trabajo y tratamos de sobrellevar, hacemos lo que podemos. Mi mayor satisfacción es poder cumplir con la sociedad y el llegar a casa y que mi hija me reciba orgullosa de lo que yo hago. Aquí trabajamos en apoyo a la FTC, somos varios los pilotos que venimos, yo estoy desde el 2011, pero vamos y venimos, cada quince días somos relevados. Estamos aquí de manera permanente los quince días, recorremos todas las zonas de influencia del EPP. Estamos donde están todas las SAP (Sub Áreas de Pacificación) de la FTC, volamos toda la zona. Realizamos los trabajos de infiltración y exfiltración de las tropas que van cuando hay algún enfrentamiento. Yo soy de la Fuerza Aérea Paraguaya, me gustó siempre el tema de aviones y más el de los helicópteros porque justamente trabajo con tropas y por el contacto que hay con la gente”.
“Somos conscientes del peligro del lugar”
“Hace doce años que me recibí de la academia militar como guardia marina. Para venir aquí todo se da en base a la superioridad. De acuerdo a lo que ellos nos indican nosotros lo hacemos. De esta manera, venimos al Norte, ya sea trasladados o comisionados. Particularmente vivo en Asunción, tengo una hija de nueve años, la actividad diaria aquí para mí ya es normal porque nosotros ya estamos acostumbrados prácticamente a la convivencia con masculinos y es una actividad diaria que por lo general se cumple o se realiza en otras unidades de las Fuerzas Armadas. Somos conscientes de que es una zona muy peligrosa, pero uno trata de ver la manera de cuidarnos a uno mismo. Somos conscientes del peligro del lugar”.