El Gobierno de la Gente no para con su máquina de hacer papelones. El bochorno parece ser la única función del equipo político que rodea al Presidente.
El papelón de la semana se llama Lamborghini: un empresario trucho fue recibido con bombos y platillos en audiencia junto con autoridades nacionales y, para colmo de los colmos, el propio Mario Abdo anuncia eufórico la importantísima visita y sus supuestos planes de inversión.
Todos buscan culpables… La ministra de Industria, quien aparecía como la que lo llevó, ya dijo que fue a pedido del jefe de Gabinete, el famoso Ullón, compañero de banco del primer mandatario, sospechado y acusado varias veces de estar metido en fatos, diezmos y ahora parece que en la gestión de audiencias.
Esa vieja “industria” de las audiencias ha llenado más de un bolsillo a los encargados de la agenda presidencial, pero la reiteración de denuncias hace dudar de si el gestor no lo hace con el aval del propio mandatario.
La única cosa que queda clara es que es una muestra más de la pasmosa inoperancia del Presidente porque es él quien elige a sus jefes de gabinete, secretarios, asesores y ministros. Y, además de elegirlos entre varios impresentables con antecedentes, los mantiene en el cargo luego de las trastadas que hacen.
¿Cuánto más puede aguantar un presidente al frente de un gobierno que hace agua por todos lados? Parece que no se ha aprendido del último escándalo que estuvo a horas de mandarlos a la cuneta a él y a su vice.
Cuando todos esperábamos que aprendiera la lección y se liberara de las sanguijuelas que lo rodean, Marito redobló la apuesta jugándose de vuelta por los mismos personajes turbios e inoperantes que lo llevaron a esta situación. O sea, sería algo así como que luego de pegarse un tiro en un pie, apunta ahora al pie sano con la misma intención.