Renolfito en su primera entrevista como flamante ministro de Agricultura la pifió de aquí a la luna. Pequeño detalle, confundió cosecha con siembra. Recordó que la semana pasada estuvo con el Presidente en Concepción para el lanzamiento de la “cosecha de sésamo” cuando en realidad fue la “siembra del sésamo”. Convengamos que la culpa no es del chancho, sino del que le da de comer.
Desde el más reconocido periodista hasta el chismoso del barrio vienen desde hace meses repitiendo la misma perorata del cambio de ministro del Interior. Suponemos que eso se dará cuando se agudice la falta de terapias o no lleguen los kits escolares a tiempo. Lo cierto es que cuando se dé ese cambio todos dirán: “vieron que tenía razón”. ¡Famoooso!
Ojalá no sea verdad, pero desde el seno de la Policía Nacional se maneja que prácticamente el 90% de los integrantes de esa institución está en contra de la modificación de la ley orgánica que regula el funcionamiento de la Policía. Como no pueden exteriorizar sus inquietudes estarían haciendo brazos caídos. Tipo el equipo de fútbol disconforme con el técnico, entra a la cancha, corre todo el partido pero no mete los goles. Resultado, lo rajan al DT. ¿Ocurrirá lo mismo en el Ministerio del Interior? Veremos.
Nuevamente, el fantasma del juicio político anda rondando los pasillos del Palacio de López. Efraudín y Desesperanza Martínez anunciaron que existen sobradas razones para tal intención. Mientras los eternos enemigos políticos de los colo’o siguen con esta pretensión, el number one ignora la importancia de la unidad de su partido y apenas pasó la crisis, se pasó flirteando nuevamente con sus enemigos íntimos. No aprende nunca el muchacho.
La nueva ministra de la Corte, la misma que se presenta como la reencarnación de la Madre Teresa de Calcuta, hasta ahora no aportó nada positivo; al contrario, operó para nombrar a una amiga, con frondosos antecedentes en la función pública, al frente de la dirección de RRHH y además pidió 13 empleados a su cargo incluyendo un mozo exclusivo a su disposición. Para colmo, la mujer no tolera ni una sola crítica y sale con los tapones de punta a responder. ¡Qué bonita renovación de la justicia!