COMENTARIO

Por Óscar Tuma, abogado

Se tornó una práctica común el despilfarro de dinero público en las binacionales, siendo la más común el destinar altas sumas a supuestos “gastos sociales”, sin embargo, a pesar de los miles de millones de dólares consignados a los gastos sociales en nombre de la pobreza en nada se ha beneficiado a los más pobres y mucho menos al país, como seguramente hubiera ocurrido si esas sumas millonarias se destinaban, por ejemplo, en infraestructura del sector eléctrico, como lo propuse cuando era diputado, proyecto de ley que quedó en la nada a pesar que todos conocemos de la carencia y necesidad de contar con más líneas de transmisión.

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Ese ingreso multimillonario, proveniente de las binacionales, aprovechado eficiente y responsablemente constituye un seguro de crecimiento económico y la posibilidad de todos los ciudadanos de alcanzar un mayor bienestar y progreso, v.gr.: mejoren su calidad de vida, atiendan sus necesidades básicas, cuenten con mayor seguridad, mejor atención médica y educación, por citar algunos. Eso es lo que corresponde hacer para que nuestra sociedad se desarrolle y mejore la calidad de vida de nuestro país. Pero, como ese ingreso se despilfarra impunemente es obvio que nada va a mejorar y van a continuar los problemas de viviendas, salud, educación y la falta de oportunidades laborales, hasta que se realice un enfoque más integral, completo, riguroso y se diseñen soluciones que permitan crear un futuro sostenible y próspero para todos.

Estimo que estando a pocos años de poder contar con toda nuestra energía –salvo que se le encargue la “negociación” a otro Joselo– es un absurdo que los directores de las entidades binacionales sigan “jugando”, por decirlo de alguna manera, con el dinero de los paraguayos y es hora que se corrija de una buena vez por todas el zaperoco en el cual nos encontramos y que la Contraloría General de la República pueda auditar cómo se distribuyen esos fondos públicos, ya que hablamos de sumas millonarias que pueden utilizarse de forma más inteligente, por eso estoy de acuerdo con los que exigen que estos gastos sociales ingresen en la Ley del Presupuesto General.

Tenemos que ejercer la presión necesaria como ciudadanos para que el dinero público deje de despilfarrarse, y que se utilice en proyectos de interés nacional, como ser infraestructura, educación y salud. Los administradores de la cosa pública deben entender que el dinero que gastan no es de ellos, y sus cargos son circunstanciales y no están ahí para echar mano al dinero de todos los paraguayos, y ganar notoriedad política saliendo en fotos cuando entregan indebidamente millones y millones, supuestamente destinados al pago de “gastos sociales”, cuando en verdad en nombre de la pobreza derrochan millones de dólares.

Peor aún es cuando se destina fondos públicos a instituciones privadas, esto ya es una vergüenza y una falta de respeto. Días atrás se publicó que Itaipú entregó 2.664 millones de guaraníes a una cooperativa para compra de equipos de seguridad o que la dirección paraguaya de Yacyretá entregó 906 millones de guaraníes para la Embajada de Argentina en Asunción y residencia del embajador, pero hay mucho más, como compra de motocicletas, donaciones a ONGs, a gremios, etc. Tenemos que ser patriotas y sobre todo inteligentes para entender que el tiempo pasa y que cada día le sacamos oportunidad a nuestros hijos con este tipo de conductas.

En fin, se acaba el tiempo, y las autoridades que se encuentran al frente de las binacionales deben actuar en favor de todos los paraguayos y deben dejar de actuar como lo vienen haciendo, y si no lo hacen los ciudadanos debemos reclamar que lo hagan o que se vayan a sus casas.

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